El decurso de la historia de las disciplinas científicas, tales como la antropología, abre también preguntas sobre la historia de las ciencias y acerca de los hombres y mujeres que las crearon, como demiurgos en tiempos de incertidumbres y tanteos.
La aventura del conocimiento o, mejor dicho, de llegar a él, queda periclitada en los libros y artículos donde no parece correr el ADN de los tiempos (con sus sinsabores y límites) al unísono con los logros.
Una vez más, escribo desde mi experiencia para hablar de un Diplomado en Historia de la antropología que realizó el Seminario de Historia, Filosofía y Sociología de la Antropología Mexicana, DEAS-INAH.
Este seminario se desarrolló desde el ocho de abril hasta el dos de diciembre 2024.
A lo largo de 33 sesiones, el seminario permitió acercarnos a la historia de las antropologías, junto a reconocidos especialistas en las disciplinas antropológicas en México.
Los conferencistas fueron el Dr. Rafael Guevara Fefer, el Dr. Eduardo González Muñiz, la Dra. Mechthild Rutsch, la Mtra. Mette Marie Wacher Rodarte, la Dra. Elsie Rockwell, el Dr. Nicanor Rebolledo Recendiz, la Dra. Rosa Brambila, el arqueólogo Ignacio Rodríguez, el Dr. José Luis Vera, José Carmen Díaz Miguel, el Dr. Francisco Mendiola Galván, la Dra. Claudia Jean Harris Claire, el etnólogo Hugo López Aceves, la Dra. María Teresa Romero, el Dr. Andrés Medina, el Dr. José Luis Martínez Ruiz, la Dra. Eugenia Macías, el Dr. Juan Manuel Rodríguez y, para concluir, el Dr. Francisco Vergara Silva, todos miembros del Seminario.
Desde la primera conferencia, titulada Introducción a la historia de las ciencias y de la antropología, los asistentes supimos que se trataba de una experiencia única, en la que más de 60 alumnos de todo México y otros países latinoamericanos tendríamos la suerte de aprender sin perder la gentileza y el rigor científico.
Destaco los gestos diarios de cordialidad y comunicación que la estimada Mtra. Gloria Santos nos proporcionaba, y cómo la Lic. Angélica Lovera estuvo atenta a todas nuestras inquietudes acerca de la bibliografía y las contingencias.
Nuestra curiosidad no hizo sino aumentar el espacio drive, donde las sesiones nos mostraban qué caminos andar.
Aprendimos acerca de la escritura y la investigación antropológica en México, en el antiguo Museo Nacional, construido en el siglo XIX, tanto por la lógica como por la investigación.
De aquellos tanteos primeros salimos a las experiencias formativas y formadoras del siglo XX.
Así, revivimos los días de la creación del INAH, el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el pasado siglo, por ejemplo.
Se trató de una experiencia de aprendizaje que puso en juego los recursos para la enseñanza en los espacios virtuales y las plataformas como Zoom, aunque sea inevitable que se sienten las desventajas de no poder visitar los museos y laboratorios.
La virtualidad, en cambio, acerca a los estudiantes que nos encontramos muy distantes, o a los que tienen escaso tiempo para viajar por otras responsabilidades.
La nación mexica es de innegable importancia para la antropología mundial.
Afortunadamente, las culturas de la América precolombina (o Indoamérica) son estudiadas por los más competentes profesionales a nivel mundial que conforman el Diplomado en Historia de la Antropología de México e Internacional del INAH.
Se trata de arqueólogos, antropólogos físicos, antropólogos sociales, lingüistas y biólogos formados en México que, desde que se impartió la antropología en el Politécnico Nacional, en los años de gobierno de Lázaro Cárdenas, han redescubierto nuestra región.
Ellos tienen su propia historia, la que ayudaron a construir dentro y fuera del campo científico, a través de los relatos de los descubrimientos, los tanteos científicos de los pioneros, las instituciones y las disciplinas.
Como bien han planteado en sus trabajos la Dra. Mechthild Rutsch y la Mtra. Mette Marie Wacher Rodarte, quienes dirigieron el Diplomado I (que en este mes de abril ya tiene abierta una nueva convocatoria para la segunda edición), no se trata de una historia de titanes sentados entre los tomos fríos de los gabinetes, sino de la historia de la historia de la antropología, con hombres y mujeres de su tiempo y para su tiempo.
Revisar el panteón de los artesanos y descubrir quiénes eran y por qué hicieron ciencias antropológicas, a los extranjeros que participaron de la empresa, los errores y carencias, junto a los avances indelebles, es una experiencia memorable de aprendizaje continuo, desde la primera conferencia que introdujo en las ciencias históricas y el método de investigación aplicado a la antropología, hasta la última, dedicada al racismo científico y el dilema ético de la práctica de las ciencias estudiadas en sus más de 200 años.
La próxima edición del Diplomado abrirá nuevos debates y horizontes que de seguro harán aprehender conocimientos a la nueva generación con tanto entusiasmo como a nosotros, los graduados de la primera cohorte.