Desde el inicio de la humanidad, uno de los grandes anhelos del hombre ha sido comerciar y vincularse con otros pueblos a través de las relaciones económico-comerciales-culturales; desde del comienzo de su historia la humanidad ha coordinado sus territorios a través de estas actividades para lograr sus objetivos.

El comercio internacional debería fluir de manera natural en condiciones óptimas del mercado, la libre competencia, la apertura de las fronteras, la mano invisible serían algunas de las premisas reinantes del comercio internacional bajo el liberalismo.

Covid-19 generó un alto grado de incertidumbre a nivel mundial con efectos directos en la operativa internacional. Un informe realizado por la Organización Mundial del Comercio pronosticaba una caída del valor de las importaciones y las exportaciones mundiales de entre un 13% y un 32% en el año 2020.

El Comercio Internacional promueve la especialización y la ésta a su vez incrementa la productividad, premisa que lo sustenta pues de otra forma sería y es un trabajo casi imposible. Sin embargo, la realidad internacional no se asemeja a estas condiciones perfectas, aunque han existido en el mundo, desde la antigüedad, formas de gobiernos embrionarios como las polis griegas, o más cabalmente el Imperio Romano. Alcanzando en la actualidad en el Estado moderno, formas de organización social que controlan, en la mayoría de los lugares, el mercado y los flujos comerciales.

Frente a este nuevo contexto de incertidumbre la Organización Mundial de Comercio contempla dos posibles escenarios: la diversificación y redistribución de los flujos comerciales para esquivar las restricciones derivadas de la pandemia o bien el cierre de fronteras y la apuesta por la producción doméstica, opción desaconsejada por el propio organismo, pues sería una forma de suicidio.

El poder estatal es el que permite o prohíbe, libera, habilita o restringe el comercio. Su poderío se sustenta en el ser nacional y de ser necesario en el uso de la fuerza, por lo tanto, la libertad de comerciar de las poblaciones de los respectivos países se encuentra bajo su órbita. La reducción del comercio internacional es un común denominador en situaciones de guerra, como la Primera y Segunda Guerra Mundial, en épocas de proteccionismo económico o crisis financiera. Este tipo de crisis mundiales afecta los flujos comerciales, irrumpiendo las transacciones de bienes y servicios.

La crisis iniciada por la pandemia del Covid-19 afectó directamente el centro la producción de bienes y servicios en los territorios nacionales y su respectiva comercialización internacional, pues fueron los Estados Nación que haciendo uso de su poder, legitimado en muchos casos por democracias representativas, tomaron decisiones frente a la pandemia que afectaron la estructura económica. Varios fueron los factores los que llevaron a la reducción del Comercio Internacional en la era del Covid:

  • La transmisión de la enfermedad comenzó a ser tan temida, originando que la asistencia por parte de los nacionales a los centros de producción y comercialización sean suspendidos. En algunos países se definieron administrativamente actividades como esenciales y no esenciales. Las primeras encuadradas como vitales para la sociedad siguieron realizándose, mientras que las segundas fueron suspendidas, abarcando muchas actividades de servicios y producción y su respectiva comercialización.

  • Los países se ensimismaron para poder contrarrestar las nuevas demandas sanitarias, enfocando toda su actividad en tareas vinculadas a la salud, como la producción de vacunas, el abastecimiento de insumos para los centros médicos, y el aprovisionamiento y puesta en funcionamiento de los centros de atención sanitaria para lidiar con los enfermos.

Frente a esta situación de postergación de la comercialización internacional como modus operandi, los países se abocaron al autoabastecimiento de productos considerados esenciales, y provenientes de fuentes locales. Y si bien cada país tomó medidas en forma soberana, se siguieron criterios semejantes, frente a las comunicaciones no vinculantes originadas en las Organizaciones Mundiales.

La caída abrupta del Comercio Internacional fue real:

En mayo de 2020 el volumen del comercio mundial de bienes cayó un 17,7% con respecto al mismo mes de 2019 y afectó especialmente a las exportaciones de los Estados Unidos, el Japón y la Unión Europea.

(CEPAL, 2020)

Prueba significativa en la reducción de los índices de exportaciones e importaciones durante la Pandemia del Covid-2019. Dicho brevemente, el comercio internacional se desplomó pues antes de la pandemia estaba afectado por un crecimiento mucho menor en comparación a décadas anteriores.

La crisis del comercio internacional en la pandemia del Covid-19, fue la caída más abrupta que ha sufrido ésta actividad, comparándose inclusive con la caída del comercio internacional durante la Segunda Guerra Mundial. Los países que exportaban productos agrícolas y agropecuarios no sufrieron en la misma medida que los que vendían productos industriales y que dependían de materias primas. Los ciudadanos aislados consumían para alimentarse productos locales y nacionales.