La inteligencia artificial, desde sus inicios, se ha convertido en una disciplina dedicada a la construcción de programas informáticos capaces de realizar tareas inteligentes y complejas. Estos programas, a menudo, superan a otros en la realización sutil de dichas tareas.
Los objetivos fundamentales de la inteligencia artificial, tal como fue diseñado, son dos. En primer lugar, estudie el comportamiento inteligente de los seres humanos. En segundo lugar, desarrolle programas informáticos capaces de imitar dicho comportamiento. Si un ordenador puede resolver problemas complejos frente a un observador e imitar al ser humano, entonces estamos hablando de inteligencia artificial.
Es relevante mencionar aquí una definición atribuida a Marvin Minsky (1984):
La inteligencia artificial es el arte de construir máquinas capaces de hacer cosas que requerirían inteligencia si fueran hechas por seres humanos.
Dentro de este proceso, el lenguaje lógico se desarrolla por etapas, siguiendo una metodología que se basa en datos de la informática y la ingeniería, con el fin de representar el comportamiento humano. Por lo tanto, la inteligencia artificial es una disciplina multidisciplinaria, que se apoya en conceptos y técnicas de diversas áreas, lo que le permite ser aplicada en múltiples actividades.
Se desarrolla a partir de sistemas de inducción de reglas y árboles de decisión, así como de algoritmos y redes neuronales, este último siendo un instrumento de aparición más reciente. Vivir en modo robot, bajo la influencia de la inteligencia artificial, el razonamiento lógico se manifiesta en áreas como la traducción automática, la comprensión del lenguaje natural, la robótica y la visión artificial. Ya forman parte de nuestra vida cotidiana, integrados en cada "click".
Hoy en día, la inteligencia artificial está presente en el mundo de las finanzas, en análisis de contables, académicos, científicos, en el ámbito empresarial y en las escuelas. Estos sistemas incorporan conocimientos y, de este modo, apoyan los procesos de toma de decisiones.
Los sistemas inteligentes pueden construirse a partir de dos enfoques. Sin embargo, para hablar de inteligencia artificial y sus logros, primero deben establecerse procesos capaces de captar información mediante análisis de protocolos. Esto no solo incluye la captura del conocimiento experto, sino también la observación de los resultados de análisis de datos en ordenadores. Además, la búsqueda del conocimiento debe realizarse a través de programas informáticos capaces de generar nuevos conocimientos mediante el análisis de datos empíricos, lo que se conoce como aprendizaje automático.
Los sistemas expertos analizan los datos obtenidos de expertos(personas), los cuales se depositan en una base de datos (conocimiento declarativo), y al incorporar experiencia y conocimiento procedimental, logran un razonamiento lógico similar al de la mente humana por datos (pautas de actuación).
Vivir en modo robot, basado en técnicas de inteligencia artificial, no es otra cosa que analizar la eficacia de estas técnicas de aprendizaje automático. Con el paso del tiempo, estas técnicas se enriquecen con datos almacenados en redes neuronales, lo que reduce la dependencia del conocimiento de expertos humanos. En su lugar, se induce a partir de la información contenida en bases de datos nodales, lo que representa un avance en el desarrollo humano. Sin embargo, el desafío actual radica en controlar este avance y establecer límites basados en principios éticos, según los expertos, para mitigar los riesgos inherentes al desarrollo del conocimiento en una vida integrada con la inteligencia artificial.
Este enfoque implica un retroceso a la Edad Media, a pesar de que algunos expertos consideran que podría existir un temor similar al que predominaba en esa época sobre los avances a lo desconocido. La historia nos ha demostrado que el miedo a lo desconocido solo propaga más temor, pero también que nunca ha logrado frenar el avance del descubrimiento.
Más temprano que tarde, vivir en modo robot, basado en técnicas de inteligencia artificial, facilitará la solución a los desafíos de este paradigma. Esto será posible si adoptamos enfoques alternativos del aprendizaje automático, como los algoritmos de inducción de reglas y árboles de decisión que emulan el razonamiento de la raza humana.
En otras palabras, tangible es la inteligencia artificial que puede integrarse en la vida cotidiana, ofreciendo apoyo y facilitando la comprensión de temas complejos. Aunque como una herramienta avanzada, vivir en modo robot: La inteligencia artificial está aquí para quedarse, y su impacto dependerá de cómo la utilicemos y de las decisiones éticas que tomemos en su desarrollo y aplicación.