Me encantan las historias singulares, diferentes. Disfruto mucho cuando un documental sobre vegetales acuáticos se transforma en una historia de ambición, control y poder. Es la vida misma, son esas camisetas estúpidas que hablan de lo cotidiano que van cubriendo a personas que no son nada normales y pueden cambiar el mundo. La historia de los nenúfares o lirios acuáticos más grandes del mundo es una de esas fascinantes revelaciones de la naturaleza.

Hay ríos y lagos poco profundos en muchas regiones del mundo, América del Sur, especialmente en la Amazonia, existe un conjunto numerosísimo de ellos. Estas aguas poco profundas son propicias para el movimiento de plantas acuáticas que no están sujetas al lecho de los cursos de agua o que simplemente permiten que floten hasta llegar a estuarios o lagos. Es en estos remansos donde muchas de estas plantas nómadas empiezan a acumularse. Es un proceso largo que transcurre durante las temporadas de mayor calor y que permite a estas especies crecer y reproducirse, captando toda la energía solar posible, es decir, cubriendo toda la superficie de agua disponible… hasta que llega la Victoria Amazónica.

Oculta en el fondo del río o lago, la Victoria amazónica espera el momento adecuado para salir a la luz. Como si de un extraterrestre se tratara, despliega sus brazos. Son armas. Los tallos crecen en pocos días desde pocos centímetros hasta cubrir longitudes de siete u ocho metros. Están completamente cubiertos de espinas y en su extremo aparecen tipos de capullos que son terroríficos para toda la flora que las rodea. Se trata en realidad de bocas formadas por lo que después será el nenúfar. Bocas llenas de espinas y estructuras resistentes de color morado que van desplegándose poco a poco. Lo primero que hacen estas terminaciones de los tallos mientras crecen es, nada más llegar a la superficie, hacer recorridos circulares para crearse un espacio libre de otros vegetales. Es así como realizan la primera limpieza de competidoras, siempre que sea posible.

El segundo paso es el despliegue. Con las fuertes estructuras moleculares rellenas de aire, esas bocas empiezan a abrirse y crecer. Dado que la parte inferior de estos nenúfares (ahora enrollados en sí mismos) posee fuertes y grandes espinas, al desarrollarse van clavándose en sus vecinas flotantes. Las plantas que flotan tienen alojada dentro de su estructura una cantidad suficiente de aire para no hundirse, aire que es liberado por los pinchazos de las hojas de la Victoria amazónica mientras se despliega e invade la superficie de sus vecinas.

Una vez que las hojas de la Victoria empiezan a desplegarse, ya solo les queda crecer. Esa es otra gran habilidad de esta planta, sus hojas pueden crecer hasta metro y medio o incluso dos metros de diámetro, invadiendo así, con sus siete u ocho hojas una gran superficie de valiosísima radiación solar. Estos paneles solares flotantes e invasores colonizan así a las otras indefensas e incautas especies que se daban por victoriosas antes de que el monstruo saliera a la luz.

Si lo queréis, podéis indagar más sobre las curiosidades de esta especie vegetal que nace hembra y muere macho, yo quería enfocarme en la historia de conquista e invasión por la supervivencia. La Victoria amazónica es una especie agresiva y aún así ha estado en peligro de extinción. Muchas contradicciones se dan en la Victoria amazónica porque aniquila a sus adversarias cortándoles el acceso a la luz, a la vida y al mismo tiempo sirve de refugio a los yacarés para que maten a sus presas ocultándolos, así como ellas mismas se ocultan en la profundidad del lecho esperando el momento idóneo para salir a conquistar la superficie. Son vegetales oscuros, agresivos y a la vez indefensos ante la mano del hombre. Son ejemplos de lo peor (matar al adversario) y de lo más necesario (sobrevivir año tras año, crecer). ¡Y son vegetales! No tienen movimientos coordinados o relacionados con la intencionalidad que tenemos los animales, menos aún un pensamiento racional como los humanos… pero allí están, al acecho y clavando sus espinas cuando es necesario.