Muchos medicamentos recetados pueden tener efectos secundarios perjudiciales para algunas personas. Sin embargo, algunos tienen efectos secundarios beneficiosos. Por ejemplo, millones de mujeres jóvenes descubrieron que los anticonceptivos orales mejoraban y a veces curaban su acné. Las estatinas son otro ejemplo. Se descubrieron en un tipo de hongo del suelo y se comprobó que reducían los niveles de colesterol en muchas personas. Dado que el colesterol alto es un factor de riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, las estatinas salvan vidas. Reducen la cantidad de colesterol que produce el hígado y ayudan a éste a eliminar el colesterol que ya está en la sangre. Las estatinas también reducen la inflamación de las paredes arteriales que puede provocar obstrucciones que dañen el corazón y el cerebro.
Al igual que otros medicamentos de venta con receta, la seguridad y eficacia de las estatinas se comprobaron en ensayos clínicos de acuerdo con la normativa de la FDA. Tras la aprobación de un medicamento de venta con receta, la normativa gubernamental y el sentido común exigen que los médicos controlen la salud y la química sanguínea de sus pacientes. Esto proporciona datos sobre los tipos de efectos secundarios adversos y su frecuencia. Los datos también pueden mostrar que el fármaco tiene beneficios adicionales inesperados. En el caso de las estatinas, también reducen los triglicéridos e inhiben la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) que las células cancerosas necesitan para migrar (metástasis) a otras partes del cuerpo y convertirse en mortales.
Así pues, las estatinas salvan vidas al ayudar a prevenir las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer. Sin embargo, las estatinas pueden provocar fuertes dolores musculares en algunas personas. A menudo provocan la disminución de una sustancia bioquímica clave llamada coenzima Q10 (CoQ10) en las células musculares. Se trata de un cofactor de la cadena de transporte de electrones, una serie de reacciones de oxidación y reducción (redox) que producen energía en forma de trifosfato de adenosina (ATP). La mayoría de las funciones celulares dependen de un suministro adecuado de ATP. Así pues, la CoQ10 es esencial para la salud de prácticamente todos los tejidos y órganos humanos. La CoQ10 es también un importante antioxidante lipídico. Como tal, previene la producción de radicales libres que dañan las proteínas, los lípidos y el ADN.
En muchas enfermedades relacionadas con una mayor producción de radicales libres y especies reactivas del oxígeno, la concentración de CoQ10 en el cuerpo humano disminuye. Una deficiencia de CoQ10 conduce a una cadena respiratoria disfuncional, lo que disminuye la eficiencia de las células. Por ello, muchas personas que toman estatinas toman una u otra forma de CoQ10 (como Qunol) para prevenir el dolor muscular. Sin embargo, los ensayos clínicos han arrojado resultados dispares 1-2.
La metformina (Glucophage®) es otro ejemplo de medicamento con efectos secundarios beneficiosos3-4. Se aprobó originalmente para ayudar a los prediabéticos y a las personas con diabetes mellitus de tipo 2 (DMt2) a controlar sus niveles de glucosa. Es el tratamiento de primera línea para la DMt2. La metformina también puede ser útil en el tratamiento de otras enfermedades e incluso para retrasar el envejecimiento. Reduce la incidencia del cáncer y la mortalidad, al tiempo que ayuda a las personas a conservar una función cognitiva adecuada. Así pues, la metformina influye favorablemente en los procesos metabólicos y celulares estrechamente vinculados al desarrollo de problemas relacionados con la edad, como la inflamación y la senescencia celular. Sin embargo, en algunas personas provoca molestias estomacales, diarrea, mareos y dolores musculares.
También puede afectar al envejecimiento al activar una enzima llamada proteína quinasa activada por AMP (AMPK) y reducir el daño en el ADN. Aumentar la actividad de la AMPK puede prevenir y posiblemente revertir los efectos del envejecimiento que acortan la vida. Algunos científicos empiezan a referirse a la AMPK como un supresor del propio envejecimiento. A medida que la AMPK disminuye cuando envejecemos, nos volvemos menos energéticos y más obesos, al tiempo que nos volvemos cada vez más vulnerables al cáncer y a las enfermedades asociadas con el deterioro de la función del ADN y de las proteínas. A medida que una persona acumula grasa abdominal, esto conduce a una menor sensibilidad a la insulina, a una inflamación latente en todo el sistema y al síndrome metabólico. Esto, a su vez, puede provocar muchas formas de cáncer, así como enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y autoinmunes (incluida la DMt2).
El estilo de vida occidental moderno, con su sobreabundancia de nutrientes y su bajo nivel de actividad física, agrava esta situación. Cuando la ingesta calórica de una persona es demasiado alta y/o la actividad física demasiado baja, la activación de la AMPK disminuye. Como consecuencia, las células disminuyen sus actividades de generación de ATP liberador de energía y pasan a procesos de almacenamiento de energía que generan nuevos depósitos de grasa y fabrican glucosa nueva en exceso. Además, la ineficacia energética acaba provocando las disfunciones que a menudo se describen como enfermedades (o síntomas) inevitables del envejecimiento. Así pues, restablecer la actividad de la AMPK en las personas mayores puede no sólo aumentar la longevidad, sino también ayudar a combatir los síntomas del envejecimiento. Esta hipótesis fue corroborada por un estudio clínico en el que sujetos con T2D recibieron metformina (que activa la AMPK) o placebo. Se les comparó con sujetos que no padecían T2D. Se observó que los sujetos diabéticos que recibieron metformina vivieron una media de un 15% más que los sujetos de control sin diabetes.
Así pues, la metformina influye favorablemente en los procesos metabólicos y celulares estrechamente vinculados al desarrollo de problemas relacionados con la edad, como la inflamación y la senescencia celular. Al ser tan barata y fácil de obtener, la metformina podría ser especialmente útil en países donde mucha gente no tiene mucho dinero.
Sin embargo, la metformina no es suficientemente eficaz en todas las personas. A estas personas se les puede recetar Ozempic®, Wegovy® o Rybelsius®5-6. Los tres fármacos contienen el mismo principio activo, la semaglutida. Combinados con una dieta adecuada y ejercicio físico, pueden reducir la glucosa en sangre y el riesgo de accidentes cardiovasculares graves, como infarto de miocardio, ictus o muerte, en adultos con diabetes de tipo 2 y cardiopatía conocida7-8. Ozempic® se inyecta una vez por semana a una dosis de 0,5, 1,0 ó 2,0 mg una vez por semana, según las necesidades del paciente. Wegovy® se inyecta a una dosis de 2,4 mg cuando se utiliza para perder peso. También están disponibles los comprimidos Rybelsius® que contienen 7 ó 14 mg de semaglutida. Los efectos secundarios más frecuentes de la semaglutida son náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago (abdominal) y estreñimiento. Otros efectos secundarios menos frecuentes, pero a veces graves, son tumores tiroideos, pancreatitis (inflamación del páncreas), cambios en la visión, hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en sangre), insuficiencia renal, reacciones alérgicas y problemas de vesícula biliar.
La semaglutida influye en los niveles de glucosa en sangre al unirse a un receptor específico de las células del revestimiento del intestino delgado (células L), así como de la grasa subcutánea, los neutrófilos, el hígado, el páncreas, el sistema nervioso central y los riñones. Este receptor se une a la hormona denominada péptido-1 similar al glucagón (glucagon like peptide-1, GLP-1). El GLP-1 se produce en el intestino y se libera al torrente sanguíneo en respuesta al consumo de alimentos. Reduce el apetito y aumenta la secreción de insulina cuando se une a su receptor. Así pues, el estómago es un órgano endocrino además de un órgano del sistema digestivo. Cuando el organismo no produce suficiente GLP-1, agonistas como la semaglutida pueden unirse al receptor y tener el mismo efecto. Esta forma de actuar es diferente a la de la metformina. Así pues, Ozempic® Wegovy® o Rybelsius® pueden administrarse como monoterapia o en combinación con metformina o insulina. Es muy aconsejable en personas que padecen una enfermedad cardiovascular, especialmente aterosclerosis. La semaglutida aumenta la actividad endocrina de la grasa epicárdica y tiene propiedades antitrombóticas. Además, disminuye la inflamación y la aterogénesis.
La obesidad y los trastornos inflamatorios y metabólicos pueden provocar disfunciones del tejido adiposo, resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares6. Los neutrófilos del sistema inmunitario se comunican con las células adiposas y se infiltran en ellas. La inflamación crónica debida a la obesidad provoca una mayor infiltración de neutrófilos, aterosclerosis y cardiopatías. Se calcula que el síndrome metabólico (un índice de masa corporal elevado) causó 4 millones de muertes en 20159.
Sin embargo, actualmente escasea la semaglutida necesaria para fabricar Ozempic®, Wegovy® y Rybelsius®. Esto ha provocado quejas y controversia. Mucha gente piensa que la T2D es una amenaza mucho mayor y más inminente para la vida de los pacientes que la obesidad y que se le debería dar prioridad. Mientras tanto, el fabricante de estos medicamentos, Novo Nordisk, trabaja en tres turnos, 24 horas al día, siete días a la semana, para fabricar la mayor cantidad posible de semaglutida.
Notas
1 Taylor, B.A. et al. A randomized trial of coenzyme Q10 in patients with confirmed statin myopathy. Atherosclerosis, Vol. 238.2, p. 329-335, 2015.
2 Caso, G. et al. Effect of coenzyme q10 on myopathic symptoms in patients treated with statins. The American Journal of Cardiology, Vol. 99.10, p. 1409-1412, 2007.
3 Smith, R.E. Metformin (glucophage) may extend lifespan. Slowing down the aging process. Meer, Aug. 24, 2018.
4 Freire, T. Metformin and aging. Metformin currently shows promising effects against factors that promote aging. Meer, 29 Nov., 2021.
5 Berkovic, M.C. and Strollo, F. Semaglutide-eye-catching results. World Journal of Diabetes, Vol. 14.4, p. 424, 2023.
6 García-Vega, D. et al. Semaglutide modulates prothrombotic and atherosclerotic mechanisms, associated with epicardial fat, neutrophils and endothelial cells network. Cardiovascular Diabetology, Vol. 23.1, 2024.
7 Lincoff, A.M. et al. Semaglutide and cardiovascular outcomes in obesity without diabetes. New England Journal of Medicine, Vol. 389.24, p. 2221-2232, 2023.
8 Novomedlink, 2024.
9 The GBD 2015 Obesity Collaborators, New England Journal of Medicine, Vol. 377, p. 13-27, 2017.