La Navidad es una celebración que trasciende culturas y fronteras, un momento del año que evoca alegría, paz, además de unión familiar. Sin embargo, detrás de cada rincón decorado, villancico entonado y festín preparado, se esconden historias que revelan los orígenes de los símbolos que hoy se consideran emblemáticos de esta festividad. Desde el icónico árbol iluminado, el inconfundible muérdago hasta el tradicional pesebre, cada elemento tiene su propia narrativa, la cual a menudo es entrelazada con mitos, tradiciones antiguas o creencias religiosas.

Para conocer el origen, significado y otros datos curiosos de estos emblemas mundiales, los invito a leer este artículo.

Colores

Año tras año, cada persona decora a su gusto, utilizando los tonos de su preferencia, pero no hay que olvidar los colores clásicos de la Navidad: rojo, verde, dorado y plateado; cada uno de ellos tiene un significado diferente.

El rojo representa la pasión, el amor, así como la sangre de Cristo, mientras que el verde simboliza la esperanza, vida y felicidad; juntos, evocan sentimientos de alegría e incluso de celebración. Asimismo, figuran el dorado para hacer referencia tanto a la prosperidad como a la riqueza, entre tanto el plateado significa la inocencia, al igual que la transparencia.

El árbol de Navidad

Es un símbolo de renovación y esperanza. Su montaje, una de las tradiciones más emblemáticas, tiene sus orígenes en la Alemania del siglo XVI. Se dice que Martín Lutero, inspirado por la belleza de un bosque cubierto de nieve, llevó un árbol a su hogar y lo decoró con velas encendidas para simbolizar la luz de Cristo. El ícono en cuestión se hizo popular en Gran Bretaña durante el siglo XIX, dicha popularidad se extendió por Europa, hasta llegar al continente americano en el año 1820.

Hoy en día, el árbol más grande del mundo está ubicado en la ciudad alemana de Dortmund. Tiene una altura de 45 metros, por lo que es decorado con 48.000 luces. En segundo lugar, está el del Centro Rockefeller en Nueva York, cuya altura aproximada es de 24 metros, adornado con 30.000 luces.

Luces y velas

Las luces navideñas representan la luz de Cristo, la cual ilumina al mundo entero durante la oscuridad del invierno. La llegada de las mismas ocurrió en 1894, cuando el presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland, inauguró el primer árbol de Navidad encendido con ellas.

Cabe destacar que, anteriormente, los árboles eran decorados con velas y manzanas. Se dice que las velas colocadas allí eran símbolos de gratitud que hacen referencia tanto a la luz como al calor del sol durante el invierno. Además, demuestran la luz que trae el nacimiento de Jesucristo.

Bambalinas

Simbolizan abundancia, alegría, deseos de amor y prosperidad. Se sitúan en los árboles o coronas para hacer referencia a los frutos. Pueden estar hechas de diferentes materiales y colores para dar vida a la decoración.

Piñas

Son utilizadas para adornar el árbol, las coronas o, incluso, los centros de mesa. Representan la esperanza, la unión familiar y la inmortalidad.

Corona

Generalmente, se coloca en las puertas o como centro de mesa; su forma circular refiere el amor infinito e incondicional de Dios. Encarna la vida eterna al estar compuesta por los colores verde y rojo; el primero simboliza la vida, al igual que la luz, mientras que el segundo hace referencia a la protección.

Muérdago

Es un símbolo de prosperidad, felicidad y unión que además trae purificación al hogar. Pueden colocarse en el árbol o en coronas; también son un buen elemento para decorar las puertas. Aunque no lo creas, cuenta la leyenda que los enamorados deben darse un beso debajo de este adorno para asegurar que su amor sea eterno.

Campanas

Anuncian la llegada de la Navidad y, con ella, el nacimiento del Niño Jesús. De acuerdo con la tradición pagana, su sonido antecedía el arribo del otoño e invierno, el mismo era capaz de espantar a los espíritus malignos durante las noches.

Pero, hoy en día las campanas son un símbolo de celebración, su uso resulta muy común a la hora de interpretar villancicos.

La estrella

Reproduce la estrella de Belén, conocida por guiar a los Reyes Magos hacia el lugar donde se llevó a cabo el nacimiento de Jesús. A su vez, refleja la luz divina y la esperanza que brilla en la oscuridad. Este ícono tiene su origen en Filipinas, los residentes de ese país construyen antorchas o lámparas en forma de estrellas de cinco puntas para iluminar el acceso a los hogares.

El belén o pesebre

Es una conceptualización del nacimiento de Jesús, manifiesta valores como la paz, generosidad o esperanza. Simboliza el mensaje central de la Navidad, que se traduce en la llegada de Jesucristo al mundo. Es preciso mencionar que San Francisco de Asís creó el primer nacimiento viviente en el año 1223 en Italia para mostrar a las personas una forma tangible de vivir el espíritu navideño y hacer que entendieran de una mejor manera el natalicio del hijo de Dios. Con el paso de los años, esta representación tomó popularidad por lo que, posteriormente, comenzó a realizarse en otros países de Europa.

La flor de Navidad

A la planta típica de esta festividad se le suele llamar poinsetia, flor de pascua, flor de nochebuena o estrella federal. Su nacimiento se da durante del invierno (especialmente en diciembre y enero) motivo por el cual es considerada la “planta de Navidad”. El elemento más llamativo son sus hojas rojas, que significan suerte y buena fortuna.

Al explorar estas curiosidades es posible apreciar la forma en que estos símbolos nos conectan con la historia y la cultura, recordándonos que, más allá de los regalos o decoraciones, la Navidad es una oportunidad para reflexionar sobre lo que verdaderamente importa: compartir momentos con los seres queridos, además de fomentar la bondad en el mundo.