Nadie. Ni los músicos ni quienes acompañaron el proceso de grabación se dieron cuenta del riesgo. Estaba a la vista de todos, solo era cuestión de tiempo para que alguien señalara eso de “Mamacita desde los fourteen” como un verso venenoso. El contexto gritaba por atención: de acuerdo a la Secretaría de Inclusión Social de Medellín ―ciudad donde nacieron Karol G, Feid, Maluma, J Balvin y Ovy on de Drums, cinco de los ocho músicos que firman la canción ‘+57’―, 139 niños y adolescentes han sido víctimas de explotación sexual en la capital de Antioquia en lo que va del 2024. De los otros tres nombres que faltan, Ryan Castro y Blessd, vienen de municipios que hacen parte del área conurbada del Valle de Aburrá, donde está Medellín. DFZM, el nombre faltante, viene de Buenaventura, puerto legendario en el Pacífico que inmortalizó el Grupo Niche1; sin embargo, las noticias relacionadas a la explotación de menores en Medellín fueron tema nacional, ¿cómo no lo vieron venir?

Horas después de su lanzamiento, el tema copó las redes sociales y empezaron las discusiones en los medios de comunicación. La primera crítica2 vino de la revista Rolling Stone: “Es gravísimo que, a estas alturas de la conversación sobre la narcocultura y la cultura de la violación, se sigan tocando libremente temas como la sexualización a menores en las canciones”. En los días siguientes entró la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres, que dijo como la canción menciona los patrones bajo los cuales se explota a menores de edad: amigos que apenas tienen la edad legal extienden invitaciones a espacios con drogas y alcohol, donde empieza la prostitución. La canción también tiene su verso sobre el consumo: “Aquí lo que hay es exotic, pepas, guaro, Hpnotiq…”.

Se llegó al debate de censurar, por la vía legal, ciertas canciones, medida que no apoyo bajo ninguna circunstancia. No sorprende a nadie que surgiera esta iniciativa si pensamos en la configuración política y social colombiana, donde siempre abundan los defensores de las buenas costumbres que atacan más a una canción que a las razones reales de la violencia contra las mujeres o del embarazo juvenil. Es más fácil pelear con lo etéreo.

En un podcast, La patria boba3, Ana Bejarano ―abogada reconocida en Colombia, columnista y directora de una ong que defiende la libertad de expresión, El Veinte― señaló que la canción era mala; yo coincido con su juicio. Además de no saber leer el momento, tenemos un intento fallido de composición a la que le queda grande el título (+57, indicativo del país), que cae en la repetición narrativa con otra representación de la fiesta y la noche en Medellín, con una nada memorable base musical (no soy capaz de tararearla de memoria, como ocurre con otros temas fuertes del reggaeton) y que no refleja lo que sería una colaboración de los grandes exponentes de un género.

El ejemplo perfecto para hacer una comparación nos lo brinda Ryan Castro, parte de los involucrados en ‘+57’, con su tema ‘El ritmo que nos une’. La canción fue el tema oficial de la Selección Colombia para la Copa América 2024: trae una gaita colombiana en su pista, incluye las voces de los futbolistas Luis Diaz ―figura del Liverpool― y Juan Fernando Quintero ―figura del Racing de Avellaneda y reciente campeón de la Copa Sudamericana―, logró captar la atención internacional4 ―la usaron de fondo musical miles de reels― y muchos compartimos en nuestras redes fragmentos y cantamos sus versos antes de cada partido.

El tema logró convertirse en una pieza con la que nos identificamos muchos colombianos. Canté antes de varios juegos: “Mami, prenda la radio, encienda la tele / Y no me molesten que hoy juega La Sele”, o “To' el mundo arriba de la silla / Esto parece el carnaval de Barranquilla / La cosa es sencilla / Si Juanes tenía la camisa negra, pues yo la tengo amarilla”; sobran los referentes. ‘El ritmo que nos une’ también cuenta con una narración deportiva colombiana, recurso que me recuerda al ‘El Pibe de mi barrio’5 de Doctor Krápula ―lanzado hace 19 años―, y que se acopla sin problema.

Si pasamos al video de la canción, ‘+57’ solo nos presenta una grabación en estudio con los artistas involucrados, nada más. ‘El ritmo que nos une’ tiene a los jugadores de la Selección Colombia dominando el balón, un partido de microfútbol, fanáticos de un partido de barrio, un bus muy tradicional, entre otros elementos visuales que remiten al país.

Puede que esta mirada más profunda sobre la difamada canción ‘+57’ parezca excesiva a alguien. Para mí, es una manera de evaluar que tanto se trabaja lo que produce la industria musical, donde las cifras importan tanto. Parece que poco se preparó para la reunión de estos ocho reggaetoneros. Por supuesto hay defensores de la canción, siempre habrá gente a le guste un producto, pero la evaluación de una pieza debe ir más allá de eso, tal como lo hablé hace unos meses en otro texto publicado aquí en Meer6.

Nos queda aprovechar los resultados: el debate sobre las letras y la sexualización de menores. La canción no es la culpable, solo es el reflejo de una sociedad donde se normalizó la prostitución de niños y adolecentes, tanto que se pudo usar como letra. La captura de 29 extranjeros en Medellín por este delito es la confirmación que la capital de Antioquia es, desde hace un rato, destino predilecto de los pedófilos. Algunos de los capturados habían visitado Medellín varias veces en los últimos años o meses. Ojalá que en la próxima reunión ‘avenguer’, los reguetoneros colombianos le pongan un poquito más de ganas y mente: no creo que nadie les pida una canción panfletaria o una sinfonía clásica. Yo esperaría una pieza que demuestre una mirada que vaya más allá de la fiesta, los aviones privados y el estudio.

Postres: por los mismos días que salió ‘+57’, un grupo de hip hop medellinense, Alcolírykoz, sacó un tema que vale la pena: ‘Dicotomía’7. Juliana, otra artista, publicó el video de ‘La Colombiana’8, una canción que me evocó por momentos a Thalia con ‘Amor a la mexicana’ y que muchos calificaron de una verdadera ‘+57’ en los comentarios.

Notas

1 Acceso al video musical de Grupo Niche.
2 Puede leer aquí la crítica de la revista Rolling Stones.
3 Acceso al episodio sobre +57 del podcast La patria boba.
4 Puede ver alguna de las reacciones al tema en YouTube.
5 Enlace al video de ‘El Pibe de mi barrio’ de Doctor Krápula.
6 Al respecto, los invito a leer mi artículo: El arte no es cosa de cifras.
7 ‘Dicotomía’, el nuevo tema de Alcolírykoz.
8 Link a ‘La Colombiana’, video recientemente publicado por Juliana.