Hoy hablaremos del tema: brujas y hadas, antiguas y modernas, con la escritora e investigadora lombarda Erika Maderna, licenciada en estudios clásicos con especialidad en arqueología por la Universidad de Pavía.
Actualmente vive en Maremma, donde escribe artículos y ensayos sobre la cultura clásica, colabora con varios periódicos y, a menudo, es invitada a hablar en congresos universitarios y que en Aboca Edizioni ha trabajado dos líneas principales de investigación.
La primera, relativa a los símbolos y las mitologías botánicas, que condujo a la publicación de los volúmenes Aromas sagrados fragancias profanas: símbolos, mitologías y pasiones perfumistas en el mundo antiguo (2009) y Las manos de los dioses: mitologías y símbolos de las plantas medicinales en el mito griego (2016), una exploración del patrimonio mítico vinculado a los arquetipos de las hierbas medicinales.
La segunda línea rastrea el conocimiento antiguo de las mujeres en la medicina, desde figuras imaginarias hasta la historia. El primer y exitoso libro Médicas: la vocación femenina al cuidado(2012), nos presenta un homenaje a la extraordinaria contribución de las mujeres al conocimiento médico.
Le sigue el más reciente En virtud de las hierbas y los encantamientos: la medicina de las brujas(2018), para descubrir los conocimientos de herboristería y medicina mágica fusionados en el acervo popular femenino.
Finalmente el último libro: Con la gracia del tacto y la palabra. La medicina de las santas. (2019), donde tras una cuidadosa investigación de la bruja como curandera, explora, de manera similar, la figura de la santa. Ambas son representaciones sacerdotales: la primera es arcaica y herética, la segunda está "sancionada" y por tanto reconocida.
Por tanto: experta en mitos y magia; simbolismos y arquetipos y una reina, para Aboca Edizioni, de plantas y aromas; perfumes y mitologías botánicas. ¿Quién mejor que ella puede ayudarnos a descubrir el Jardín del cuento de hadas y el cultivo de una historia?
Erica, ¿por qué la dimensión de la isla nos lleva a los cuentos de hadas, al mundo encantado de los arquetipos y la magia?
En su dimensión simbólica, la isla adquiere un valor iniciático muy fuerte. Es un espacio de la imaginación, donde las proyecciones del inconsciente cobran vida, donde el ego encuentra refugio y salvación en el naufragio de la vida y la identidad. El aterrizaje en la isla define el contacto con un omphalós, un centro geográfico y existencial ideal, desde el que es posible contemplar el infinito.
En la isla el héroe tiene la oportunidad de recuperar energía psíquica y evolucionar espiritualmente, pero también marca metafóricamente un regreso al útero materno. En los mitos, de hecho, es a menudo el lugar donde el protagonista entra en contacto con lo femenino a través de importantes encuentros iniciáticos: es lo que ocurre, por ejemplo, en la Odisea, donde el viaje de Ulises está marcado por su desembarco en cuatro islas diferentes, en el que le esperan otros tantos encuentros:
Circe, la femenina arquetípica y poderosa; Calipso, la mujer que cura el alma; Nausicaa, arquetipo de la hija y portadora de una profunda reconciliación interna; y finalmente Penélope, la novia, símbolo de lo sagrado del vínculo nupcial.
Es interesante observar cómo todas estas mujeres, divinas o mortales, son figuras de tejedoras: tejen el destino del hombre con la misma habilidad con la que las mujeres isleñas siempre han anudado las redes de pesca para sus hombres.
Entre brujas y hadas, antiguas y modernas, habéis analizado los arquetipos del mundo femenino, a menudo remontados a las costillas de otras divinidades. ¿Quién robó la herencia ancestral a las mujeres?
El robo de los valores más profundos y ocultos de lo femenino es un proceso que comenzó mucho antes de lo que estamos acostumbrados a pensar. Lo encontramos ya plenamente operativo en el mundo griego que, en sus epopeyas y mitologías, demuestra que ha olvidado en parte, o "domesticado" deliberadamente, el sustrato cultural prehelénico. Una huella de este proceso está presente en los noviazgos (en realidad intentos de violación) del dios Apolo hacia las ninfas de las que se enamora, cuyos valores y símbolos usurpa. Así como está presente en la transformación cultural de Circe de diosa (como todavía la llama Homero) a hechicera, e incluso a protobruja. La narrativa esconde, desconcierta, pero no borra. Más tarde, a las mujeres les fue aún peor.
Sin embargo, valores femeninos, que son muy fuertes, han resistido los elementos de la historia: han quedado mellados, han atravesado tenazmente los siglos oscuros, pero siempre han logrado resurgir de sus cenizas.
Hoy en día, en una sociedad de titiriteros y marionetas, sigue siendo relevante el cuento iniciático de Pinocho (Pin-Eye = Ojo Pineal o Tercer Ojo): un trozo de madera, esculpido por un artesano, al que la magia de una hada le da un alma. En un mundo ahora hiper-tecnológico, donde los científicos han reemplazado a los artesanos, ¿cómo describiría al Pinocho moderno?
Hoy hemos olvidado la naturaleza divina que el mito atribuía al artesano. Hefesto, para los griegos, era un dios sensible y refinado, un conocedor de la belleza y, no en vano, era el marido de la diosa Afrodita: un demiurgo experto en la magia del hacer, un alquimista. El poder inherente a la capacidad de forjar materia ha dado paso hoy a una tecnología que produce criaturas incorpóreas. Y un Pinocho moderno tal vez sería así, incorpóreo y virtual, hijo de un artesano tecnológico que conecta bits pero que no tiene manos callosas y expertas. Pero no hay que olvidar que Pinocho está hecho de madera, de materia viva que crece, respira y se transforma.
Y ni siquiera debería sorprendernos, que sea una hada quien insufla su alma al títere: como las ninfas, las hadas son almas vegetales y comprenden íntimamente el "sentimiento" de los elementos naturales. Nuestro hipotético Pinocho tecnológico probablemente también tendrá que ser tocado por una varita mágica femenina si quiere adquirir un alma y convertirse en un niño de verdad.
¿Cómo describirías a un compañero de juegos que te recuerda que no debes descuidar a tu “niño interior”?
Un compañero que ve el mundo con ojos de asombro, invitándolo a acoger conexiones misteriosas, a ver lo invisible dentro del tejido de la realidad. O un ayudante mágico capaz de activar el poder de la intuición, un poco como la muñeca Vasilisa del cuento ruso Baba Yaga.
¿Qué importancia tiene en la sociedad de consumo entrar en sintonía con “los simples”?
El contacto con "los simples", es decir, con las hierbas medicinales comunes, nos remite a nuestra conexión profunda con la naturaleza y nos ayuda a experimentar el sentido de lo sagrado como cuidado y respeto por lo que nos rodea.
La percepción de lo sagrado de la creación es la recuperación más importante que la humanidad puede hacer si quiere acceder a un nivel de existencia más evolucionado y sostenible. Tenemos una gran necesidad de esa "sencillez" gracias a la cual el hombre antiguo comprendió que lo complejo se remonta a principios elementales, a energías puras, y que las plantas humildes, es decir, "cercanas a la tierra" (humus), son algo amable, beneficioso y valioso para todos nosotros.
Si las construcciones mentales del intelecto no están integradas por la textura de la intuición, ¿corren el riesgo de permanecer invisibles? En el ruido de la mundanalidad, ¿cuánto espacio queda para escuchar la propia música interior, los sonidos de la tierra y del cosmos?
La intuición es un gran recurso olvidado en nuestro tiempo, pero es muy importante ya que activa la capacidad de captar la realidad en su esencia. La intuición puede salvarnos del peligro, evita que nos metamos en problemas. Hoy en día, a pesar del acceso a un nivel superior de educación, sentimos cada vez más la necesidad de expertos que regulen y gestionen casi todos los aspectos de nuestras vidas, liberándonos de la responsabilidad de tomar decisiones equivocadas, mientras que en nuestro interior tenemos un maestro sabio que nos pide a gritos hacerse oír y llamar nuestra atención. Y esa voz es nuestra música interior, para usar la sugerencia que propusiste en tu pregunta; pero el ruido de fondo que nos rodea muchas veces nos lleva a otras sonidos y nos distrae de esas notas.
¿En qué medida las quejas constantes sobre todo impiden el desarrollo de un individuo? ¿Puede el incesante “Gemido” simbolizar al principal antagonista en el viaje iniciático del protagonista de un cuento de hadas?
¡Por supuesto, gemir puede ser un antagonista! Es un adversario que trabaja incansable y minuciosamente fuera y dentro de nosotros. Y el cuento de hadas, que siempre refleja lo que somos y se burla de nosotros presentándonos los peligros de nuestra psique, nos lo dice claramente.
Nuestros días están marcados por un molesto y constante gemido subyacente, el de la información, de la sociedad, de los clichés trillados que ponen en las noticias sólo lo que está mal, lo que no funciona. De esta manera nunca podremos mejorar. Pero lo que es peor, cuando este espíritu maligno se infiltra en nosotros, nos volvemos muy buenos para el autosabotaje, para vivir del victimismo. El cuento de hadas puede ayudarnos a desenmascarar incluso estos mecanismos nocivos.
¿Con qué simbolismo nos conecta el experto perfumista de los cuentos de Hadas?
“Tener nariz”: “ir por la nariz” o “tener nariz” sitúa a cualquier sujeto en una condición privilegiada, ligada a la intuición. Pero el olfato es también un sentido refinado, espiritual, dedicado más al placer del alma que a la satisfacción del cuerpo. Tiene el poder de penetrar profundamente en la realidad y está conectado con los centros de la memoria. El perfumista, por tanto, en una perspectiva arquetípica o de cuento de hadas, son los custodios de un arte capaz de embriagar, de transportar la mente y el alma a las notas olfativas. Y no es casualidad que la terminología de perfume siga a menudo la de la música, y que la música en los cuentos de hadas actúe a menudo como mediadora del encantamiento, del hechizo.
En el mundo primitivo, cuando aún no se conocía la función masculina en la procreación, sólo existían las madres, hoy hay 'padre y madre' al mismo tiempo. En familias separadas o familias arcoíris, ¿con qué simbolismo se pueden asociar?
Las recientes y rápidas transformaciones de la sociedad nos empujan a reflexionar profundamente sobre patrones y modelos culturales para reformular un concepto de familia que no niegue, sino que transforme los valores del pasado. En este sentido se vuelve importante, en mi opinión, considerar el valor de lo masculino y femenino que cada individuo porta, más allá del sexo. Los de "maternidad" y "paternidad" son elaboraciones que podemos metaforizar para definir una integración entre las dos polaridades, y el cuento de hadas puede hacernos reflexionar sobre la importancia de esta integración.
Las familias de cuento de hadas ofrecen a menudo modelos que nos repelen: padres que abandonan a sus hijos en el bosque, padres que se vuelven a casar con mujeres oportunistas incapaces de amar a sus hijastros, madrastras crueles. Pero en el fondo, al final, los príncipes y las princesas se salvan en su mutuo encuentro, lo que nos indica la profunda necesidad de reconciliación entre estas dos polaridades. Porque los cuentos de hadas siempre hablan de nosotros, y cada uno de los personajes que aparecen es la representación de un aspecto de nuestra alma.