Este año conmemoramos el centenario del Museo de Arte Moderno de Bilbao. Fue la primera institución en el País Vasco creada con la misión de conectar con el arte de su tiempo en un contexto cultural en el que únicamente Barcelona y Madrid contaban con museos dedicados al arte moderno, creados en 1891 y 1894 respectivamente.
Abrió sus puertas el 26 de octubre de 1924 bajo la dirección del pintor Aurelio Arteta, ocupando tres salas de un edificio de la Diputación Provincial en donde se reunían las 137 obras de la colección inicial: una veintena fueron adquiridas en la Exposición Internacional de Pintura y Escultura de 1919 por la Diputación Provincial, otras de artistas en activo fueron segregadas del Museo de Bellas Artes de Bilbao -inaugurado diez años antes en unas salas de la Escuela de Artes y Oficios situada en el antiguo Hospital Civil de Atxuri, bajo la dirección del pintor Manuel Losada- y a ello se le añadieron nuevas donaciones y adquisiciones.
La Guerra Civil española suspendió la actividad de ambos museos y el grueso de las colecciones fue almacenado o expatriado a Francia por mar. Con el final de la contienda el regreso de las obras hizo evidente la necesidad de una sede para alojarlas. Así, en 1945 se construyó un edificio de nueva planta según el proyecto de los arquitectos Fernando Urrutla y Gonzalo Cárdenas en el Ensanche moderno de la ciudad. Siguiendo modelos del repertorio neoclasicista, con una fachada de ladrillo caravista y piedra caliza, tiene planta en forma de L, elevándose en dos pisos a partir de un vestíbulo central que organiza los espacios.
Desde un principio se fijó el objetivo de reunir ambas colecciones e iniciar, por tanto, una trayectoria común. De este modo, se concretó una de las señas de identidad originales del Museo de Bellas Artes de Bilbao: la amplitud de miras en la extensión cronológica de una colección que aspira a la contemporaneidad y la asimilación de la diversidad artística -distintas técnicas, géneros y escuelas- en un modelo virtuoso de integración de las artes en la colección.
Entreacto
La exposición revisa la trayectoria y la formación de la colección del Museo de Arte Moderno de Bilbao, y su contexto histórico y artístico durante las dos décadas que van desde su fundación en 1924 hasta su incorporación de facto en 1945 -en 1969 lo haría administrativamente- al Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Incluye numerosas obras de arte y abundante documentación y material de archivo que permiten conocer lo que significó la puesta en marcha del nuevo museo.
Organizada en una serie de “casos de estudio”, las salas profundizan en acontecimientos clave de su devenir: la adquisición de obras de arte emblemáticas, las primeras exposiciones de arte contemporáneo, la evacuación de los fondos durante la Guerra Civil, la relación con otros proyectos museísticos de esos años en Bilbao y Madrid, o su implicación con los artistas y corrientes de su tiempo.
El proyecto ha sido comisariado por Miriam Alzuri, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo del museo, y Mikel Onandia, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco.
Coincidiendo con la exposición, se publica el trabajo de Mikel Onandia, Los orígenes de una colección. Los museos de Bellas Artes y Arte Moderno de Bilbao, 1914-1945, resultado de una beca de investigación BBK-Museo de Bellas artes de Bilbao.
Recorrido expositivo
I. Hacia un museo de arte moderno
En 1910 el colectivo de artistas de Bilbao toma conciencia del papel protagonista de la cultura en un nuevo escenario que vivía un desarrollo económico y urbanístico sin precedentes. Se crea entonces la Asociación de Artistas Vascos (1911), que reclamó a las instituciones el apoyo al arte contemporáneo y expuso a artistas de la vanguardia como Celso Lagar, Robert y Sonia Delaunay o Joaquín Torres García.
Tuvo además un papel destacado en la organización de la Exposición Internacional de Pintura y Escultura (1919) y en la creación del Museo de Arte Moderno de Bilbao. Junto a ello, intervino para que el arte vasco tuviera presencia en la I Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos de Madrid (1925), considerada el inicio de la renovación plástica española. La Asociación editó además la revista Arte Vasco y colaboró con Hermes.
II. Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1914-1936
Fundado en 1908, el Museo de Bellas Artes de Bilbao abrió sus puertas en 1914 en tres salas del antiguo Hospital Civil de Atxuri acondicionadas por el arquitecto Ricardo de Bastida. La creación de una colección pública fue impulsada por artistas y coleccionistas junto con la Diputación Provincial de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao. El pintor Manuel Losada fue su primer director. Durante sus primeros diez años de actividad contó con una sección de arte antiguo y otra de moderno, y recibió numerosas donaciones y depósitos de instituciones y particulares.
Entre las obras que entraron en la colección en sus dos primeras décadas se encuentran El rapto de Europa de Martin de Vos, San Sebastián curado por las santas mujeres de José de Ribera, Lot y sus hijas de Orazio Gentileschi y el importante legado de Laureano de Jado.
Los problemas de espacio fueron crecientes y ya en 1920 se proyectó un Palacio de Bellas Artes que no llegó a construirse. A partir de 1924 y con la apertura del Museo de Arte Moderno, la colección del Bellas Artes se orientó exclusivamente al arte antiguo.
III. Arte moderno en el Museo de Bellas Artes, 1914-1924
Hasta 1924 el Museo de Bellas Artes dispuso de una colección de arte moderno con obras de artistas vascos como Adolfo Guiard, Darío de Regoyos o Aurelio Arteta, adquiridas por la Diputación y el Ayuntamiento. Artistas, aficionados y críticos solicitaban una orientación más moderna y de este modo pudieron sumarse obras procedentes de exposiciones celebradas en la década de 1910 en galerías o en la Asociación de Artistas Vascos. En la misma línea, las suscripciones populares de esos años compraron para el museo pinturas de Gustavo de Maeztu, Benito Barrueta, Ignacio Zuloaga, Cristóbal Ruiz o Daniel Vázquez Díaz.
La organización en 1919 de la importante Exposición Internacional de Pintura y Escultura en Bilbao facilitó la adquisición de piezas significativas de Mary Cassatt, Paul Gauguin, Paul Sérusier, José Gutiérrez Solana o Julio Antonio. Tres años más tarde, las compras realizadas en el III Congreso de Estudios Vascos de Gernika permitieron asimismo incorporar a una nueva generación de artistas como José María de Ucelay, José Benito Bikandi, Asunción Asarta o Ramiro Arrue.
IV. Creación del Museo de Arte Moderno de Bilbao, 1922-1926
Por iniciativa del diputado y coleccionista Lorenzo Hurtado de Saracho, en 1922 se fundó el Museo de Arte Moderno. Inaugurado el 26 de octubre de 1924 en unos locales situados detrás del Palacio de la Diputación, su colección inicial estuvo formada por obras de artistas vivos que conservaba el Museo de Bellas Artes, salvo las de Zuloaga –el museo las reservó por considerarlas importantes– y las esculturas de gran tamaño de Nemesio Mogrobejo, Moisés de Huerta o Quintín de Torre, por falta de espacio.
Fue su primer director el pintor Aurelio Arteta, que, ateniéndose a la figuración vigente en el arte internacional de su tiempo, impulsó la adquisición de obras que asimilaban de forma atemperada lenguajes vinculados al cézannismo y el “retorno al orden”, tal y como atestiguan las piezas de Francisco Durrio, Juan de Aranoa, Gabriel García Maroto, Roland Oudot, Louis Robert Antral o Jean Berque.
V. Museo de Arte Moderno de Bilbao, 1926-1936
En 1926 el Museo de Arte Moderno celebró dos exposiciones importantes: la primera en homenaje a uno de los principales iniciadores de la modernidad en el País Vasco, Francisco Iturrino, fallecido dos años antes; la otra, la Exposición de Artistas Vascongados, que se celebró también en 1932 y 1934. Por este medio llegaron al museo obras de Jesús Olasagasti, Jenaro Urrutia, José Benito Bikandi, Julián de Tellaeche, Quintín de Torre o los hermanos Arrue.
En 1927, la reprobación de Arteta como director por parte del Ayuntamiento provocó su dimisión y la de parte de la Junta de Patronato. El pintor, que recibió un significativo apoyo de la intelectualidad española, fue sustituido interinamente por Manuel Losada. Volvió a la dirección del Museo de Arte Moderno en 1931, tras la proclamación de la República, si bien de manera intermitente. Durante estos años el Museo de Arte Moderno ingresó valiosas piezas de Daniel Vázquez Díaz, Joaquim Sunyer, Darío de Regoyos, José Moreno Villa o grabados de Paul Cézanne. En paralelo, el Museo de Bellas Artes compró igualmente obras importantes, como el Retrato del poeta Moratín de Francisco de Goya. Toda esta actividad coleccionista quedaría cercenada por el estallido de la Guerra Civil en 1936.
VI. Museo de Reproducciones de Bilbao
Fue impulsado en 1922 por Manuel Ramírez Escudero, que propuso al Ayuntamiento de Bilbao y a la Diputación Provincial de Bizkaia la creación de una colección de vaciados en escayola de estatuaria greco-romana y renacentista. Debía contribuir a la formación del alumnado de la Escuela de Artes y Oficios y del público en general. El coleccionista Antonio Plasencia y los arquitectos Ricardo Bastida y Mario Camiña formaron la primera comisión junto con los pintores Ángel Larroque, Alberto Arrue y Antonio de Guezala, y los escultores Moisés de Huerta e Higinio Basterra. El proyecto se aprobó en 1927.
El museo se instaló en unos locales del Ayuntamiento en las Escuelas de Berástegui. Abrió en 1931 con una importante colección adquirida en los talleres de vaciado del British Museum (Londres), el Instituto de Arte de Florencia, los Museos Capitolinos (Roma), la Academia de Bellas Artes de San Fernando y el del escultor Benito Bartolozzi, de Madrid. En 1955 el derribo del edificio de Berástegui motivó su traslado a las escuelas del barrio de San Francisco. La insuficiencia del espacio hizo que once de sus obras de mayor tamaño se expusieran durante varios años en la galería del nuevo edificio de los museos de Bellas Artes y Arte Moderno de Bilbao.
VII. Museo de Arte Moderno de Madrid, 1931-1936
Creado por Real Decreto en 1894, abrió sus puertas en 1898 en el entonces Palacio de Bibliotecas y Museos, que albergaba también la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico y el Museo Arqueológico. Su colección se nutrió de las adquisiciones que el Estado realizaba entre las obras premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y de los envíos de los artistas pensionados en Roma. Hasta 1931 su dirección se encomendó a pintores y escultores de prestigio, como Pedro de Madrazo, Alejandro Ferrant, Mariano Benlliure y Eduardo Chicharro. Ese año, con la llegada de la Segunda República, el nuevo Patronato nombró al crítico bilbaíno Ricardo Gutiérrez Abascal, conocido por su seudónimo, Juan de la Encina.
Durante su dirección, el museo incorporó el trabajo de jóvenes creadores como Alberto Sánchez o Benjamín Palencia, pero también de autores determinantes en el arte moderno, lo que supuso la entrada del arte vasco en el museo con obras de Darío de Regoyos, Juan de Echevarría, Gustavo de Maeztu, Francisco Iturrino e Ignacio Zuloaga.
VIII. Guerra Civil y exilio, 1936-1939
En septiembre de 1936, los bombardeos de la aviación franquista sobre Bilbao motivaron el cierre de sus museos. Una decena de obras del Museo de Arte Moderno fueron trasladadas a la sede provisional del recién creado Gobierno Vasco en el hotel Carlton. En los meses siguientes las colecciones del Museo de Bellas Artes fueron llevadas al Depósito Franco de Uribitarte. Ante la inminente caída de Bilbao, en la primavera de 1937 las del Museo de Arte Moderno fueron evacuadas a Francia.
Una parte tuvo como destino el Pabellón Español de la Exposición Universal de París, en donde se mostró el Guernica de Picasso; otras participaron en exposiciones europeas para dar a conocer la cultura vasca. Un envío posterior nunca llegó a su destino y fue embargado en el puerto francés La Pallice-La Rochelle. Numerosas obras de colecciones particulares fueron también evacuadas y no regresaron hasta décadas después. Entre ellas los tres “Goyas de Zubieta”, pintados en la década de 1780.
Tras la toma franquista de las instituciones, se renovaron lo patronatos de los museos, que recibieron depósitos de colecciones particulares incautadas, y entre 1939 y 1941 comenzó el retorno de las obras del Museo de Arte Moderno.
IX. Un edificio propio, 1940-1945
A partir de 1940 y en un contexto condicionado por las consecuencias de la contienda, el Museo de Arte Moderno recibió distintosingresos. Es el caso de obras de Darío de Regoyos, Manuel Losada, Ángel Larroque, Genaro Lahuerta o Aurelio Arteta, fallecido en el exilio en México en 1940. Por su parte, el Museo de Bellas Artes compró obras importantes, como San Francisco en oración ante el Crucificado del Greco, La Sagrada Familia de Jan Gossart o La Virgen con el Niño Jesús y San Juan Bautista niño de Francisco de Zurbarán.
A finales de 1938 comenzaron las gestiones para la construcción de un nuevo edificio que albergara los museos de arte de Bilbao, obra de Fernando Urrutia y Gonzalo Cárdenas.
Inaugurado en 1945, reunió los fondos del Museo de Arte Moderno y del Museo de Bellas Artes, lo que supuso su fusión y el inicio de una nueva etapa en la historia del Museo de Bellas Artes de Bilbao.