El pasado 25 de septiembre cumplí mis 25 años y este año la temática fue una fiesta de 15: desempolvé el vestido de cuando fui una quinceañera, bailé el vals con mis amigos, hubo carnaval carioca con cotillón y por supuesto: Soplé mis 25 velitas. Ahora que ya pasó el festejo me encontré preguntándome ¿de dónde vienen todas estas tradiciones? Hoy vamos a sacarnos la duda.
Como muchos sabrán, festejar los 15 años tiene un significado cultural e histórico que sobrevivió a los años: Las raíces de esta celebración tiene una mezcla de los pueblos originarios de América con los europeos que se fusionaron durante la época colonial. Los mayas y los aztecas solían realizar ceremonias de iniciación para las niñas que alcanzaban la adultez. Cuando llegaron a América los europeos mezclaron sus eventos de clase alta relacionados a las cortes reales con esta iniciación, naciendo la costumbre de realizar una presentación en sociedad de las mujeres, donde pasaban de usar ropas de niñas a la vestimenta de mujer. Pero además de ser un momento simbólico, cuando decimos presentación no nos referimos únicamente a que las familias mostraban a sus hijas al resto de la sociedad, sino que este ritual representaba el momento en que las niñas pasaban a ser mujeres disponibles para quienes quisiera pedir su mano y desposarlas. Por suerte, con los años lo que perduró fue solo la tradición de celebrar ese momento de la vida de las adolescentes.
Pero yéndonos todavía más para atrás, ¿por qué festejamos nuestro día de nacimiento? Todo empezó con las antiguas civilizaciones, por su parte los egipcios celebraban los cumpleaños de sus faraones con grandes fiestas, los griegos realizaban fiestas a sus dioses por fechas especiales como su nacimiento, y los romanos festejaban los cumpleaños de sus figuras públicas, lo que eventualmente terminó como una costumbre también para el resto de los romanos.
Con el cristianismo sucedió que las personas festejaban la fecha de cada santo y los bautizados con el mismo nombre también festejaban ese día. En el siglo XV el Papa Julio I estableció al 25 de diciembre como el día del nacimiento de Jesús, a partir de esto las iglesias comenzaron a registrar los nacimientos de las personas, dándole una importancia al día de natalicio que antes no existía. Fue durante el renacimiento que se comenzó a utilizar el día de nacimiento como una excusa para celebrar un año nuevo de vida.
En el siglo XVIII en Alemania los cumpleaños infantiles empezaron a adoptar la costumbre de darle a los niños una torta con velas. La cantidad de velas representaba la edad que el nene cumplía. Pero la realidad es que no fue la primera vez en la historia que se utilizaron tortas con velas. En la antigua Grecia hacia el siglo I antes de Cristo, cuando celebraban los cumpleaños de sus dioses, los griegos acostumbraban a poner tortas redondas con velas encima como una ofrenda para la diosa Artemisa, la diosa de la Luna. El fin de las velas era representar a la luna, creyendo que al apagarlas el humo se llevaba sus deseos y oraciones a los dioses.
En el caso de los regalos, esta costumbre también empezó con las antiguas civilizaciones. Egipcios, romanos y griegos creían que las personas estaban más vulnerables a los malos espíritus en sus cumpleaños, por eso entregaban regalos como una forma de protección y de darle buena suerte al cumpleañero.
Y no podemos no hablar de otra tradición tan especial. Seguramente cuando eras chico lo que más te divertía de ir a un cumpleaños era la parte de la piñata, pero nunca nos pusimos a pensar: ¿a quién se le ocurrió meter golosinas en una caja o globo y romperlo para que caiga su contenido? Se cree que la idea viene de China, donde para celebrar el año nuevo se solían utilizar figuras de animales de papel rellenas de semillas. Esas figuras se rompían para dejar caer las semillas como un símbolo de la buena suerte que vendría ese nuevo año que comenzaba. Y como tantos otros elementos que hablamos en otros artículos, esta tradición también fue llevada a Europa por los exploradores. Allí se adaptó a su cultura y su religión, siendo tomada para las celebraciones cristianas utilizando una figura de barro que se rompía para simbolizar la lucha contra el mal. Los historiadores aseguran que el explorador que llevó a Italia esta costumbre fue Marco Polo, ya que en sus escritos menciona que los chinos rompían una pignata (olla en italiano) con forma de buey que contenía semillas.
Así fue que después se sumó como otra costumbre religiosa que los colonizadores trajeron a Latinoamérica como una método de evangelización de los pueblos nativos, quienes en realidad ya practicaban un ritual muy parecido para festejar el solsticio de invierno y venerar al dios Huitzilopochtli.
Me parece muy interesante que estas costumbres nacieron de las antiguas civilizaciones provenientes del hemisferio oriental y fueron traídas por los colonizadores a América, cuando en realidad ya existían costumbres muy similares autóctonas. A pesar de las diferencias culturales, religiosas, de las distintas formas de vida y de estar en continentes tan distantes, sin haber forma alguna de que conocieran lo que se hacía en otro lugar, las civilizaciones antiguas crearon rituales muy similares. Dejo abierta la pregunta: si tanto los mayas como los antiguos chinos iniciaron como nuevo ritual el uso de las piñatas, ¿podemos establecer un origen?