Mi jefa mexicana me dijo que Gustavo Petro, presidente de Colombia, amenazó con tomar los ahorros de los colombianos por la inversión forzosa. Yo, que llevaba un tiempo sin escuchar noticias de mi país, le prometí indagar un poco más. Recurrí a un podcast en el que confío porque verifican y contrastan la información tanto como les es posible: Presunto Podcast1. Ellos se dedican a hacer crítica de medios, lo que incluye defender a los periodistas cuando su labor se ve entorpecida por los políticos de turno, entre los que también está Petro. Al final, el supuesto saqueo de ahorros no era tal, todo fue una pésima interpretación de la mayoría de medios: algo común en los dos años de este gobierno.

En estos 730 días, las posturas de los noticieros matutinos de radio ―muy importantes en la agenda del país―, así como las de los medios impresos y digitales han mostrado una parcialidad lejana a los intereses de Petro. En algunas ocasiones, justificada ―lo cual puede notarse en los datos que sustentan las denuncias de corrupción―; en otras, con más ganas y emociones que argumentos. Aquí me enfocaré en algunos ejemplos de lo segundo. Lo hago porque como periodista sí considero que hay un claro desbalance informativo. No, no todo lo que ha hecho Petro en estos dos años es maravilloso, pero tampoco somos el peor país del mundo.

El primer ejemplo puede ser lo que pasó hoy, que escribo este texto: en la mañana se anunció que varias aerolíneas cancelaron vuelos porque, presuntamente, no había combustible para los aviones. Las redes sociales y los periodistas de siempre pusieron el grito en el cielo porque todo era causa del apagón en una refinería ―que ya ha sufrido apagones antes en otros gobiernos―, sin embargo, se lo querían achacar todo al gobierno actual. La Aeronáutica Civil de Colombia anunció entonces que investigaría cada caso y sancionaría a cada aerolínea que cancelara vuelos sin justa razón. Para la tarde noche, las aerolíneas anunciaban que operarían con normalidad2.

Otro ejemplo pudo ser el caso de Xavier Vendrell, asesor político catalán de la campaña de Gustavo Petro y a quien el diario ABC de España acusó de amasar una fortuna en Colombia3 y de tener nexos terroristas en su país de origen. Lo primero a considerar es que como periodistas siempre hay que seguir el dinero: de momento no hay una prueba concreta de que dicha afirmación sea cierta, no hay cuentas nacionales o en el extranjero con grandes cifras o nombres de testaferros. Ante lo segundo, entra un juego político de simpatías ya que Vendrell estuvo vinculado al movimiento independentista catalán, algo que supera este texto, lo que no impide que el lector vaya a las fuentes.

Vendrell tuvo dos extensas entrevistas en radio este mes, una en La W4 y otra en Blu Radio5. En ninguna lograron acorralarlo o desmontar su discurso; por momentos las preguntas, que iban de nuevo con más emoción que fondo, recibieron con un no rotundo ante las acusaciones y no hubo una contrapregunta que desmintiera o dejara mal al entrevistado. El texto más riguroso sobre Xavier Vendrell lo publicó La Silla Vacía6 y es donde quizás pueda discutirse el origen del político en cuestión, mas no el poder que se le estaba otorgando en el gobierno actual.

Para cerrar podemos volver al inicio: la inversión forzosa. Lo primero es que dicho modelo ya se aplica en Colombia: desde hace treinta años los bancos privados están familiarizados con un método que busca incentivar ciertos sectores, como el campo. ¿Cómo pasamos de esto a la expropiación de ahorros? No es claro, pero pasó. Pese a que varios expertos hablaron de cómo la inversión forzosa ya existe y de su conveniencia o no, el mensaje se quedó en las perversas intenciones. Todavía no le he podido decir a mi jefa que se tranquilice, que no van a meterse a las bóvedas bancarias y que primero la propuesta tiene que pasar por el senado, como cualquier ley en un sistema donde hay equilibrio de poderes, lo cual existe en Colombia: hasta hace unos meses el presidente del senado era de la oposición.

Como cereza del pastel, algunos sectores contrarios al gobierno proponen a una periodista ―famosa y carente de la rigurosidad periodística― como candidata presidencial para el 2026: Vicky Dávila. Diré que la victoria de Milei en Argentina alentó a muchos locos. Lo cierto es que mientras la economía argentina parece complicarse cada día más, la colombiana parece resistir a las malas noticias infundadas y a los retos reales.

Notas

1 Acceso al canal de Presunto Podcast.
2 Puede leer el anuncio de las aerolíneas colombianas en este artículo.
3 Acceso a la nota de ABC sobre Xavier Vendrell.
4 Enlace a la entrevista a Vendrell en La W.
5 Link a la Vendrell en Blu Radio.
6 Para ampliar sobre lo dicho por La Silla Vacía sobre Vendrell, acceda a la siguiente nota.