Retirado en la paz de estos desiertos,
Con pocos, pero doctos libros juntos.
Vivo en conversación con los difuntos. Y escucho con mis ojos a los muertos.

(Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, 14.09.1580, Madrid - 8.09.1645, Villanueva de los Infantes)

Antecedentes

Cuando los españoles teníamos superada y olvidada la Guerra Civil (1936-1939), llega el socialista José Luis Rodríguez Zapatero y no endiña, sí endiña del verbo golpear, la Ley de Memoria Histórica 52/2007. Cuyo preámbulo dice: “La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales”.

Y cuando llega a la presidencia del gobierno español, un alumno aventajado de Zapatero en junio de 2018, tras una moción de censura a Mariano Rajoy, otro socialista Pedro Sánchez, nos golpea bajo la Ley de Memoria Democrática 20/2022. Preámbulo: “Desde el fin de las guerras civiles y conflictos mundiales (mentira las guerras mundiales siguen en Ucrania con la invasión rusa y en Gaza con el ataques a Israel y toma de ciento de rehenes por Hamás) que asolaron Europa en el siglo XX, y especialmente desde el holocausto, el impulso de las políticas de memoria democrática se ha convertido en un deber moral que es indispensable fortalecer para neutralizar el olvido y evitar la repetición de los episodios más trágicos de la historia. El firme compromiso con la pedagogía del «nunca más» se ha convertido en un imperativo ético fundamental en las sociedades democráticas en todo el mundo”. Su principal objetivo fue perseguir el franquismo de posguerra y sacar a Francisco Franco y a José Antonio Primo de Rivera del Valle de los Caídos en el municipio de Cuelgamuros.

Se olvida la “violencia roja” de la primavera del 36 (antes del 18 de julio) libro de Sergio Campos y José Antonio Martín, en Espasa, por parte de CNT, FAI, milicianos sueltos, anarquistas y comunistas, contra los perdedores de la CEDA (república de derechas), con persecución, detenciones, torturas en las checas republicanas y asesinatos por pistoleros de falangistas, empresarias, gente de derechas, sacerdotes y monjas, indiscriminadas mientras los gobernadores civiles del frente populista miraban para otro lado, siguiendo consignas del gobierno que había ganado las elección del 36, pero eso no daba derecho a una caza de cedistas. Queda abierta la veda para investigar sobre la Guerra Civil. En los gobiernos autonómicos gobernados por PP y Vox, se cambian estas leyes partidistas y subjetivas por Ley de la Concordia (juzgar a republicanos y sus víctimas).

Estamos de acuerdo en que hayan salido las leyes de Memoria Histórica y Democrática para que los investigadores objetivos estudiemos a los dos bandos enfrentado en una guerra fratricida.

Inicio de la Guerra Civil española

La Segunda República se impuso, a todas luces de una forma ilegal el 14 de abril de 1931 después de unas elecciones municipales, donde los republicanos ganaron en las principales ciudades y los monárquicos en el resto de poblaciones. Auto proclamación que no contentó a todos. Lo procedente debió haberse hecho un plebiscito o referéndum (consulta al pueblo sobre asuntos transcendentales para la nación en cuestiones de naturaleza constitucional, legislativa o administrativa). Como se haría en Italia en 1946 después de la II Guerra Mundial que decidió ser una república.

Como la Segunda República española nació coja, coja siguió a pesar de aprobarse una Constitución y hacerse después dos elecciones generales, pero estás se hacían sobre una base ilegal. Para poner un ejemplo gráfico: “Si un jugador de fútbol mete un gol, después de un fuera de juego, el gol será anulado por el árbitro”. Sí, ciertamente que la II República desde los balcones de los ayuntamientos, pero desde un fuera de juego, por lo tanto, el gol debió ser anulado. Durante cinco años hubo descontentos, y dos gobiernos o bienios, uno de izquierdas y otro de derechas bajo la presidencia de Alcalá Zamora. La derecha conspiró desde el primer momento para derrocar a la república laica y modernizadora de España. La quema de iglesias y conventos alentó el fracasado golpe de Estado de la Sanjurjada del 32 que finalizó con muertos y detenciones de varios generales entre ellos a general José Sanjurjo, al que se le dejó escapar y marchó al exilio de Estoril en Portugal, para seguir conspirando contra la república.

En realidad, la Guerra Civil española no dio comiendo el 18 de julio de 1936, sino que se inicia con la Revolución de Octubre de 1934, en Asturias movimientos obreros armados promovidos por el PSOE y la UGT y Ezquerra en Cataluña, con Largo Caballero e Indalecio Prieto como principales responsables. Indalecio Prieto se encargó del avituallamiento de armas con el buque Turquesa (de siempre los socialistas han tenido muy mal perder). Revolución como una forma de protesta contra el gobierno de Lerroux que había tomado posesión el 4 de octubre, por incluir tres ministros de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autonómicas), partidos de derechas católicas y conservadoras, que eran imprescindible para gobernar tras las elecciones generales de noviembre de 1933, con una colación radical-cedista.

Acusaron a la CEDA de fascistas, cuando no lo eran. De mala manera la CEDA aguantó los envites de los socialistas, con precarias presidencias de Lerroux, Chapatrieta y Portela hasta a las elecciones de febrero de 36; que ganó con cierto fraude en la contabilización de las actas, el Frente Popular (Coalición de izquierda) que no formó grupo parlamentario, sino que se articuló en diversas minorías parlamentarias correspondientes a cada uno de sus integrantes.

Cuando en noviembre del 33 gana la derecha, los socialistas se soliviantan, porque tienen muy mal perder, no lo soportó Largo Caballero (lo hemos visto estos años con el socialista Pedro Sánchez), arman a los obreros de Asturias y en octubre se conforma una revolución, la huelga insurreccional se entendió a toda España. Para las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933, formó coalición con varios partidos, como el monárquico Renovación Española, con el fin de aprovechar las ventajas que la ley electoral otorgaba a la mayoría, obteniendo 115 actas de diputado convirtiéndose en la primera fuerza política en el parlamento, pero sin la fuerza necesaria para formar gobierno, por lo que en un principio se limitó a condicionar la política del gobierno formado por Alejandro Lerroux (PRR).

Hubo más de 1.500 muertos (entre ellos 100 guardias civiles), hubo atentados con dinamita a las casas-cuarteles. Con la intervención de la legión dirigida esta vez por el general Franco a las órdenes de Lerroux, hubo una brutal represión, con unos 30.000 detenidos. La policía detenía a los responsables de la rebelión como Largo Caballero, Teodomiro Menéndez, y en Barcelona al ex presidente del consejo de ministros Manuel Azaña, internado en el barco prisión «Ciudad de Cádiz» anclado en el puerto de la capital catalana. Es decir, que los propios republicanos le dieron la puntilla a la Segunda República, con intrigas, envidias y venganzas entre ellos mismos.

La trama de la rebelión militar en Alicante

Los vínculos del nuevo gobierno frente-populista de Manuel Azaña con Moscú eran evidentes, como ejemplo tuvimos al agitador húngaro Béla Kun y otros comunistas de Stalin. Lo que moviliza a los patriotas militares que se ven vendidos a una potencia extranjera. En cuanto el Frente Popular llega al poder se desbordan las demandas de las promesas electorales, Largo Caballero le exige a Azaña la prometida amnistía de los presos de la revolución de octubre del 34.

En Alicante hubo 8 checas como al del chalet Herrero, clínica Ollvaer, Convento de la sangre… entre ellas la de la Santa Faz,Alicante en guerra, p.80, cuyos carceleros, huyeron, la mayoría en el buque mercante británico "Stanbrook a Orán" (Argelia bajo control francés). Desmantelada la checa en julio del 1937. Se encontraron cadáveres en las criptas de la Iglesia, en el patio de claustro, y en el patio final de dicho Convento. Fueron trasladados al Cementerio Municipal en donde fueron identificados, recogiéndose meticulosamente restos de ropas, llamando incluso a sus familiares para completar ese cometido. No fueron enterrados la mayoría en la fosa común, sino en nichos.

La Segunda República aprobó la Ley de la Defensa de la República en octubre del 31 y con ello impusieron la tortura de las checas o “chekas” soviética para imponer el terror, miles de inocentes pasaron por ellas y mucho fueron fusilados. Es cierto que una gran mayoría no comulgada con la Republica de su proclamación ilegal en abril del 31. En Alicante se consiguió controlar la sublevación de los militares por la visita del diputado Diego Martínez Barrios el 20 de julio del 36, que inmediatamente sustituyó al gobernador miliar Aldave por un coronel Espá, afín a la República y detuvo a los mandos más destacados p proclives a la sublevación y enviados a las checas o barcos prisión del puerto.

La ciudad de Alicante no era una plaza militar de importancia pero, aunque tenía un destacado valor estratégico, debido al puerto y a sus comunicaciones con Madrid (ferrocarril), la función defensiva que desempeñaba hay que situarla en el conjunto de la Tercera División Orgánica, en la que Valencia, sede de la división, contaba con una fuerte y complicada guarnición de tierra y un grupo de aviación -Manises-, y Cartagena era la principal Base Naval del Mediterráneo…

(Glicerio Sánchez Recio “La trama de la rebelión militar en Alicante, IAC Juan Gil Albert, 1990 página 19)

Hechos que se confiaron cuando estalló la Guerra Civil o Alzamiento Nacional. La UMRA, o Unión Militar Republicana Antifascista, fue como su nombre indica, una asociación surgida en el seno del ejército para defender la República y hacer frente al creciente empuje del fascismo, especialmente entre los miembros de las fuerzas armadas. Y en contra posición; por ello, los militares se habían agrupado en dos formaciones clandestinas de jefes y oficiales del Ejército: los de UME, contra la República y descontentos con la reforma militar de Manuel Azaña y le UMEU, a favor de la República.

El fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera en Alicante

El fusilamiento de José Antonio el 20 de noviembre de 1936 en la Prisión provincial de Alicante, además de ser un error de la República, el franquismo lo convierte en mito.

En la cumbre de terror rojo, en la primavera caliente del 36, sucedió que en marzo un grupo de pistoleros falangistas intentó asesinar al diputado socialista Luis Jiménez de Asúa el 12 de marzo, era el primer atentado de la Falange contra un diputado, salvó la vida, no así su escolta. Un mes después la Falange ordenó asesinar al magistrado instructor de la causa Manuel Pedregal. Aquellos sucesos provocaron que Manuel Azaña, en uno de sus característicos arrebatos de poder, declarara a la Falange fuera de la ley, y se iniciara la clausura masiva de sus centros en toda España, y la detención de sus dirigentes, como a su fundador José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera. José Antonio fue detenido el 14 de marzo, conducido a la Cárcel Modelo y condenado a cinco años de prisión. Ante el temor de una fuga fue trasladado, el 6 de junio. a la Prisión Provincial de Alicante, junto a su hermano Miguel. A Alicante vinieron Margarita Larios, la mujer de Miguel, y Carmen Primo de Rivera y se hospedan en el Hotel Victoria que se convertirá en un cuartel general falangista. Por qué el director de la prisión no prohibió los cientos de visitas al preso José Antonio.

Fernando, hermano de José Antonio, era militar de Caballería, aviador y médico de profesión, se hace cargo de la dirección de la Falange, fue detenido el 13 de julio en Madrid, el mismo día del asesinato de Calvo Sotelo, y llevado a la cárcel Modelo de Madrid donde la noche del 22 al 23 de agosto de 1936, sucedió el asalto de la turbas frente-populistas a dicha cárcel, ver la Matanza de la Cárcel Modelo, fue fusilado sin juicio en los sótanos de la cárcel junto a los políticos de derecha de la CEDA Melquíades Álvarez, Julio Ruiz de Alda, Manuel Rico Avello, entre otros muchos presos. Adscrito políticamente al españolismo radical, en 1933 fundó con su hermano la Falange Española. Desde marzo de 1936, y a instancias de su propio hermano José Antonio, que había sido detenido, tomó el mando efectivo de la Falange, a la que enlazó, en los meses previos al levantamiento del 18 de julio de 1936, con los militares golpistas.

En la madrugar del 19 de julio, un grupo de 62 falangistas venido de la Vega Baja en tres camiones, y armados, dirigido por José María Maciá Rives «el Pollo» y Antonio de Pinié Roca de Tagore, barón de la Linde, pensando que la sublevación había triunfado en Alicante, fueron detenidos en Agua Amarga, por Guardia de Asalto y la Guardia Civil, detenidos 52 de ellos, fueron juzgados por el Tribunal Popular y fusilados. Los 52 falangistas el día 12 de septiembre murieron bajo el grito de “nos han engañado”. A mi entender, fue un error fusilar a José Antonio, puesto que, convirtió a Alicante en diana de bombardeos por la aviación italiana desde Baleares, aliada de los sublevados, en venganza.

El comandante de la Guardia Civil Enrique Ballenilla Herrera

Los partidarios de la sublevación, falangistas y antiguos dirigentes de la CEDA, fueron detenidos y llevados al Reformatorio de Adultos de Alicante para hacer posteriores “sacas” de presos, o alguna de las 8 checas como la situada en el santuario de la Santa Faz en San Juan. La reliquia de la Santa Faz se salvó milagrosamente por el alcalde comunista Rafael Millá y el ex alcalde Lorenzo Carbonell trayéndola a escondidas a Alicante.

Cuando el entonces teniente coronel jefe de la comandancia de Alicante José María Estañ Herrero se hallaba de permiso de verano en Málaga, le sucedió en el mando como segundo jefe el comandante Enrique Ballenilla Herrera, de 50 años, a punto de jubilarse, se negó a entregar las armas de la Guarda Civil a los Ayuntamientos, según orden del gobernador civil Valdés Casas; fue detenido el 24 de julio junto a otros oficiales como Ojeda de la Caja de Reclutas, capitán Meca de Estado Mayor, por orden del gobernador militar coronel Espá. Trasladado Ballenilla a Cartagena y después a Almería, un Tribunal Popular lo condena a la pena capital, y fue fusilado en Almería el 30 de agosto del 36. Tenía mujer y 5 hijos.

Cambio de nombre a la Guardia Civil en zona republicana

Con la detención y fusilamiento de su comandante, la Guardia Civil de Alicante acató la normas de la República y se unieron a la Guardia de Asalto, carabineros y milicianos republicanos a los que dieron armas, excepto en algunos Puestos.

En un principio, el gobierno del Frente Popular, ganador de la elecciones de febrero del 36, prescinde prácticamente de las fuerzas de Orden Público, de las que desconfía, dándose cuenta de la incompatibilidad entre dichas instituciones, en general informadas por unos principios tradicionales de honor y de disciplina y, por el contrario confía en los pistoleros y turbas armadas que defienden al régimen. Son numerosísimos los miembros de estos organismos de Orden Público que caen asesinados y muy escasos los que, como rara excepción, aparecen identificados con el Gobierno rojo y gozan de su confianza.

El Cuerpo de Policía y el de Seguridad, así como la Guardia Civil, son diezmados, y el nombre de este benemérito Instituto es substituido por el de Guardia Nacional Republicana, siendo llamados a sus filas, para reforzarlas y llenar los claros producidos por los asesinatos y cesantías, multitud de facinerosos.

Por Decreto de 30 de agosto de 1936 el gobierno de la Segunda República de reorganización de la Guardia Civil en la zona roja o republicana y pasa a llamarse Guardia Nacional Republicana Gaceta de Madrid. Diario Oficial de la República nº 244, p. 1564, de 31 de agosto de 1936 Sin pasarlo a debate en las Cortes. Siendo ministro de la gobernación Sebastián Pozas y presidente de la República Manuel Azaña; la Dirección General pasó a llamarse Comité Central en Madrid, y en las comandancias pasaron a llamarse Comité Provincial, los guardias pasaron a llamarse compañeros. Continuaron usando el tricornio con barboquejo y sus uniformes tradicionales hasta su disolución, junto a los Guardias de Asalto el 19 de octubre de 1937.

El Inspector de la Guardia Civil y luego de la GNR fue el general de brigada de la Guardia Civil José Sanjurjo y Rodríguez de Arias, leal a la República.

Al fin, el 31 agosto de 1936, la izquierda socialista y comunista conseguía su propósito histórico de disolver a la Guardia Civil, ideas que tenían los Progresistas desde que la fundara el duque Ahumada en 1844, en tiempos de la reina Isabel II de Borbón; sin embargo, lleva ya 180 años Una Segunda República que persigue a los que se quieren aliar con los fascistas, y unos falangistas y fascistas que no quieren que España se alinee con los comunistas de Stalin. Dos ideologías enfrentadas.

En Alicante se constituyó el Comité Provincial de la GNR el día 9 de septiembre de 1936, y abrió un libro de Actas con anotaciones diarias diez días después, el 19 de septiembre de 1936 en Alicante hasta el 12 diciembre del 36 que finaliza en Orihuela, consta de 100 páginas manuscritas. El cuartel de la Comandancia estaba entonces en la plaza del Ayuntamiento. El Comité provincial estuvo compuesto por siete compañeros miembros llamados entre sí compañeros o camaradas, sin graduación.

La Guardia Nacional Republicana a las órdenes del gobernador civil Francisco Valdés Casas, entregó armas a los ayuntamiento, y éstos a su vez a los milicianos republicanos, se los unió a los Guardias de Asalto para dar seguridad y organizar la defensa pasiva con más de 90 refugios antiaéreos, de los 83 bombardeos que recibió Alicante durante los 3 años de guerra. Los bombardeos más destacados fueron los del 28 de noviembre de 1936, llamado el de "las ocho horas", en venganza por el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, fundado de la Falange, el 20 de noviembre del 36 en la Prisión Provincial de Alicante, y el del 25 de mayo de 1938 con 313 muerto en el Mercado Central. Además de Alicante capital se bombardearon por la legión aérea italiana (con base en Baleares) los pueblos de Denia, Jávea, Benidorm, Alcoy Villajoyosa, Villena, San Vicente del Raspeig Santa Pola y Torrevieja.

Aunque la Guardia Nacional Republicana duró 13 meses y medio, hasta ingresarse en un nuevo Cuerpo de Seguridad, depurados evidentemente, hasta el 19-10-1937.

En Alicante existían dos aeródromos el de El Fondó en Monóvar y el de Rabassa en Alicante, donde además existía un taller de mantenimiento y reparación de motores de los aviones rusos republicanos, de donde despegaban aviones para bombardear zonas nacionales, como el bombardeo republicano de Zaragoza, el 24 de agosto de 1937.

En la provincia de Alicante se construyeron por la República cientos de búnkeres, trincheras y nidos de ametralladoras para la defensa aérea y posible ataque terrestre, según: (Referencias del libro de Actas en el Archivo Histórico Provincial de Alicante: GC-B 00019.001 / 19-09-1936 / 19-12-1936. Libro de actas del Comité Provincial de la Guardia Nacional Republicana /Gobierno Civil).

Historia Institucional de los Cuerpos de Seguridad en la República

Hay que recordar y aclarar que el decreto de 29 de diciembre de 1936 del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra (Ministerio de la Gobernación), desde Valencia, creaba para la capital el Consejo Nacional de Seguridad y para el resto, Consejos Provinciales de Seguridad en cada capital de provincia. En ese decreto el Cuerpo de Seguridad se dividía en Grupo Uniformado y Grupo sin uniforme. El Grupo Uniformado se dividía en 3 Secciones: Seguridad Rural, Seguridad Urbana y Seguridad de Vanguardia. El Grupo sin uniforme en 3 Secciones: Sección de Fronteras, Judicial y de Investigación. Por uno de sus artículos quedaban disueltos los Cuerpos de la Guardia Nacional Republicana, Seguridad y Asalto, Vigilancia e Investigación y Milicias de la Retaguardia.

Es decir, que la Guardia Nacional Republicana, repito, duró 13 meses y medio, porque se disuelve y queda integrada en el llamado Cuerpo de Seguridad de la República, por lo que la GNR desapareció, así como la Guardia de Asalto, bajo el mando un Inspección general del Cuerpo de Seguridad (Grupo uniformado).

El Cuerpo de Seguridad creado por decreto el 26 de diciembre de 1936 se denominará 'Cuerpo de Seguridad', y tendrá como misión primordial el mantenimiento del orden, vigilancia e investigación, quedando constituido por las fuerzas y personal de los distintos Cuerpos de Vigilancia, Seguridad, Asalto y Guardia Nacional Republicana. El Cuerpo de Seguridad estará dividido en 2 grupos: Grupo Uniformado y Grupo Civil. El Uniformado se compondrá de 2 Secciones: la de Asalto y la Urbana. El Civil estará constituido por 3 Secciones: Policía interior, Policía exterior y Policía Especial. El personal del Grupo Uniformado ingresará en las Secciones de Asalto y para pasar a las Urbanas habrá de prestar servicio en Asalto por un tiempo mínimo de 2 años (Gaceta de la República del 13 de agosto de 1937).

La Gaceta de la República crea el 19 de octubre de 1937 (ps. 242-243, la Inspección General del Cuerpo de Seguridad (grupo uniformado), con sus dependencias y competencias. Firmado en Valencia, 17 de Octubre de 1937.

Traslado del Gobierno de la República a Valencia

Este Decreto se firmó en Valencia porque el gobierno de la República se trasladó de Madrid a Valencia el 7 de noviembre de 1936, por orden de Largo Caballero, y permaneció en la capital del Turia hasta el 31 de octubre de 1937, en que paso a Barcelona. Por ello, Alicante quedó aislada del gobierno de la República, como un reducto de republicanos venidos desde Madrid, como niños a colonias colectivas, para tratar de embarcar hacia Francia o al Norte de África en los barcos Tucumán (destructor argentino) y el Stanbrook (británico). La población de Alicante y su provincia se elevó considerablemente. Al elevarse la población disminuyeron los recursos alimentarios en la retaguardia y se imponen las cartillas de racionamiento y surgen el contrabando y el estraperlo.

El recién nombrado presidente de la República Manuel Azaña se traslada del palacio Real de Madrid al refugio cartujo de Portaceli en la Pobleta de Valencia, posteriormente se traslada a Barcelona y desde aquí a Francia donde fallecerá el 3 de noviembre de 1940 en Montauban (suroeste de Francia), a los 60 años.

Guardias Civiles en la columna de Joaquín Pérez Salas

A finales de agosto de 1936 el líder y militar republicano Joaquín Pérez Salas reorganiza en el Levante español, entre ellas en Alicante y Alcoy, una columna que participa en la fallida ofensiva de Córdoba, operación que estaba dirigida por el general Miaja. Pérez Salas estaba a cargo de una columna compuesta por una sección de carabineros, 300 guardias civiles, un grupo de guardias de Asalto, dos compañías de marineros, un grupo mixto artillería y numerosos milicianos. (Según el historiador Francisco Moreno Gómez, Guerra Civil en Córdoba, Alpuerto, 1985, p. 243).

Por fortuna para la Benemérita, al terminar la guerra se salvó de ser disuelta por los primeros gabinetes de Franco, ya que tenía varios altos cargos que admiraban a la Guardia Civil como el general Alonso Vega, a la que consideraban patrimonio de España y parte de las Fuerzas Armadas, y que en algunos casos tenían un amplio sentido de Estado y altura de miras. Destacaban en esta defensa del Cuerpo los generales Dávila, Asensio, Yagüe, Varela, el coronel Valentín Galarza y especialmente Muñoz Grandes, este último el más brillante e indisimulado amante de la Benemérita. A ellos se unían otros militares allegados a Franco, como el general Camilo Alonso Vega (paisano de Franco) y el general Vigón, que ejercían influencia sobre el Caudillo, y que no veían con buenos ojos la pretendida disolución ni tampoco la alternativa al cuerpo. Además son años de la Segunda Guerra Mundial y la entrada en España del maquis enviado por el PCE en Francia.

Conclusiones

El pensamiento crítico se obtiene cuando se ha tenido muchas lecturas y se han consultado muchos libros de uno y otro bando.

En definitiva y haciendo una breve cata en los sucesos de la Primavera de 1936 en Alicante, haciendo uso de mi libertad de expresión según la Constitución del 78, y de acuerdo al hecho de haberse levando la veda sobre la Guerra Civil, y gracias a que hayan salido las leyes de Memoria y Democrática, arriba referenciadas, para que los investigadores objetivos estudien a los dos bandos, sin exaltar ni ensalzar ni a unos ni a otros, y con el respeto máximo a la víctimas y familiares de ambos bandos, es hora de internar una reconciliación entre las dos Españas.

La violencia solo trae más violencia, el odio solo trae más odio, y nunca se le debe dar voz a los cañones ni a las pistolas, fusile ni bombas. Las guerras son un túnel sin salida, que siempre nos devuelve a la casilla de salida.
Éste país tiene gran facilidad para convertir héroes en villanos y también villanos en héroes.

Bibliografía.

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  • VV.AA. Alicante en Guerra, Ayuntamiento de Alicante, Concejalía de Memoria historia y Democracia Municipal (en PDF). (Autores: Pablo Ressel Limiñana, Remedio Sorianos, María Ángeles López López, Salvador de la Cruz Hernández y Seila Soler Ortiz)
  • VV.AA. La guerra civil y franquismo en Alicante. IAC Juan Gil-Albert, 1990
    (Autores: Glicerio Sánchez Recio, José María Santacreu Soler, Miguel Ors Montenegro, Roque Moreno Fonseret, Francisco Moreno Sáez)
  • VV.AA. Guerra Civil y memoria histórica en Alicante. AHPA, 2016 (Autores: María del Olmo Ibáñez, Pablo Rosser Limiñana, Seila Soler Ortiz, Consuelo Poveda Poveda, Juan José Oña Fernández, Virgilio Candela Sevilla