En el 2015, un inicio aceptable nos engañó con la posibilidad de una maravillosa nueva trilogía: Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza. Tendrían que pasar algunos años para darnos cuenta que el camino no era ese, que todo era un espejismo y que dichas cintas pondrían en entredicho la calidad del director J.J. Abrahams, dedicado ahora a roles distintos, menos creativos; lejos está de su película Super 8 (2011). También me atrevo a decir que la nueva trilogía prendió ese incendio en Hollywood que trae reencauches y remakes por montones: las productoras prefieren los estudios de mercado y el fanservice a un buen guión.

Hace una década, Colombia gozaba de Nairo Quintana, el ciclista que nos ilusionaba con ganar un Tour de Francia. Teníamos a uno de los mejores exponentes de ese deporte dominado por Europa. Nadie veía que el futuro rey venía de un país más cerca al este: Eslovenia. Nairo logró ser segundo del Tour, campeón de la Tirreno-Adriático y el tercer mejor ciclista del 2015 en el ranking de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Extrañamos esos momentos ahora que Tadej Pogačar se lleva títulos de manera continua. Podemos, al menos, decir que nos quitamos la espinita del Tour: cuatro años después, Egan Bernal se convirtió en el primer latinoamericano en ganarlo y el más joven en 110 años.

Con el fútbol nos sentíamos mejor: en 2014 volvimos al Mundial, a Brasil; el primero en el siglo XXI. En la Copa América de 2015, la primera que ganó Chile, además de local, Colombia quedó fuera en segunda ronda: penaltis con Argentina. Se repetirá en 2021 ese desenlace en la Copa América de Brasil; se repetirá eso de sufrir por penaltis ante Inglaterra en Rusia 2018. Ha sido una mejor década, pero las derrotas dolorosas jamás se han ido. Ni hablemos de la final de la Copa América del 2024.

Pero no solo de fútbol vivimos en mi país: firmamos el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en 2016. Llegó el primer presidente de izquierda, Gustavo Petro. También le dijimos ‘No’ a la paz en un plebiscito y tuvimos un mandatario que ahora es DJ. El expresidente Álvaro Uribe fue llamado a juicio por un tema de testigos falsos y la cifra de civiles asesinados por las fuerzas militares (6402) y presentados como bajas de combate, según la Comisión de la Verdad, se ha puesto en duda.

En 2015 me sentí reivindicado como periodista: la bielorrusa Svetlana Alexiévich ganó el Nóbel de Literatura, el primero otorgado a una autora tan cargada de no ficción. Fue ese año que me lancé a leer por primera vez Voces de Chernóbil. Libro duro, denso, extenso, doloroso, necesario e increíble. En 2018 vería fragmentos en la serie Chernóbil. En 2023 me decidí a releer el libro y en 2024 repetir la serie. Puedo decir que esa marca me quedará, aún cuando llegue la década en que no pueda recordar cómo me la hice.

Quizás esa marca, ahora que lo pienso, haya sido la semilla de mi escritura. Ya lo había intentado, pero el convencimiento que solo ocurrió en ese 2015, se reforzó en el 2018 y desembocó en un libro en el 2023. Para ese proceso, leí en esta década tremendas obras como Una historia del mundo en diez capítulos y medio de Julian Barnes, Temporada de huracanes de Fernanda Melchor, El ruido y la furia de William Faulkner, Me llamo Hokusai de Christian Peña, Los suicidas del fin del mundo de Leila Guerreiro, Sofoco de Laura Ortiz. Releí Pedro Páramo dos veces; pocas, considero.

Retomando los premios, creo que en esta década perdí cualquier interés de todo reconocimiento de la industria musical. Puedo entonces hablar de los artistas que descubrí en estos diez años: Stromae, Metronomy, Karen y los Remedios, Alcolírycoz y Apparat.

En estos diez años se fue el artista plástico más reconocido de Colombia, Fernando Botero. También el primer campeón de la Vuelta a Colombia, el ‘Zipa’ Forero. ¡Murió Maradona! Ahora sí de verdad. Se murió la carrera deportiva de Miguel Ángel López, uno de los mejores ciclistas que tuvimos en esta década.

En marzo de 2015, escribí de ese día en que Ronaldinho Gaucho jugó ante Independiente Santa Fe, que en 2015 ganaría la Copa Sudamericana. Fue mi primer artículo aquí. Fue mi primer ejercicio periodístico fuera de las conexiones universitarias y de las dependencias publicitarias. En marzo de 2015 empecé este ejercicio que por diez años me ha permitido crecer como jamás lo pensé.

Me tardé en decidir el tema de este texto, pero, luego de diez años, considero que hay situaciones que permiten revivir y hacer memoria. Tengo curiosidad de saber cuál será el tema del artículo que escriba en el 2035. Quizás para ese momento lo romántico ya no tenga espacio y deba usar las letras para decir algo más… si para entonces la IA lo permite.