En estos tiempos de tensión mundial, nos interesa nuestra especie humana, nos interesa la casa donde habitamos, nos interesa la vida en la Tierra, nos interesa que todos los elementos del universo se conserven de acuerdo con las leyes del universo. En el pasado y presente todo se entendía y pensaba con las leyes de la naturaleza. Hoy todo ha cambiado, las leyes de la naturaleza tienen otras leyes que la rigen. Las mismas leyes de la naturaleza obedecen a las leyes del universo, por ello, los humanos tenemos la urgencia de entender las leyes del universo para reordenar el sentido de nuestra vida.
Algo nuevo está ocurriendo con la especie humana, gran parte de sus ideales se están materializando en la extinción. La guerra no la hacen los humanos, la hacen las leyes del universo, como humanos, solo hacemos lo que la energía nos manda, nos dirige, nos conduce desde nuestras conciencias. Las fuerzas rigen nuestra conciencia, nuestra inteligencia, esas fuerzas son las leyes universales. No hay inteligencia sin razonamiento, no hay razonamiento sin verdad, no hay verdad sin ley universal.
La ley universal es la que determina los actos, la conducta humana. La única manera de que se salve la humanidad es conociendo y manejando las leyes universales. Una manera de manejarlas es adaptando nuestra vida a las leyes del universo, una manera de manejar es creando técnicas basadas en las leyes universales para guiar la conducta humana. Estamos ante una nueva irracionalidad. La irracionalidad de actuar sin conocer las leyes universales, la irracionalidad de pensar sin las leyes universales, la irracionalidad de crear sin las leyes universales, la irracionalidad de conducir la sociedad sin las leyes universales, y el resultado de esta nueva irracionalidad es la autodestrucción de la humanidad.
Cuando Newton nos presentó las leyes de la naturaleza, el ser humano adquirió el poder de transformación, pero faltó la siguiente tarea de completar el ciclo de transformación para evitar los residuos, para evitar la contaminación, para evitar la destrucción. La humanidad está a tiempo de conocer las leyes universales para salvarse. El camino no es la guerra, el camino es el poder en sí mismo, el poder no está en la capacidad de destrucción. El poder está en la energía, y la energía se mueve por sus leyes universales.
Todo lo que percibimos es materia, la materia tiene su principio de destrucción y sus leyes de la desintegración y temporalidad. La humanidad sigue exactamente el principio de destrucción de la materia, olvida la energía y su principio de conservación con sus leyes de la integración e intemporalidad que nos permite trascender. Los humanos buscan todas las formas de trascender, sin embargo, hacen todo lo contrario al seguir el principio de destrucción de la materia. Si queremos escalar en el despertar de la conciencia podemos llegar hasta la esencia universal.
Estar en la esencia universal significa para el ser humano su salvación. En la esencia universal está la unificación de todos los seres del universo, en la esencia universal todos los seres del universo “hablan el mismo lenguaje” por decirlo coloquialmente. Todos los conflictos humanos se diluyen en la esencia universal. Por ello, es importante, urgente y en el estado en que se encuentra nuestra especie humana es una emergencia llegar a la esencia universal.
Para llegar a la esencia universal, solo es necesario aceptar nuestra realidad, nuestra condición humana de desamparo, de soledad, de incertidumbre, sin ideales, sin sueños, sin esperanza, todo se reduce al aquí y ahora, de algo sí estamos seguros, de nuestra autodestrucción. Cuanta voluntad existe dentro de nosotros para salir de este camino de extinción. Cuan elevado deben ser los valores que nos impulsan al abandono de este camino de destrucción. Es solo un instante de decisión, todo lo demás es una secuencia que nos guía las leyes del universo.
Nos hace falta una conciencia planetaria que no hemos cultivado por medio de la educación, nos falta una ética universal por falta de valores universales que también no hemos cultivado por medio de la educación. Nos falta sabiduría universal que tampoco hemos cultivado por medio de la educación. La educación de hoy sigue siendo un problema, una limitación y un engaño. A mayor educación, más autoengaño. Tantas mentes brillantes en el planeta no han advertido la fuerza que mueve al ser humano es la energía, y la energía tiene sus leyes universales. La ciencia, la pura ciencia nos ha cegado, nos ha privado del despertar de la conciencia. Nuestra inteligencia se ha reducido a la prueba empírica como criterio de verdad.
La prueba empírica prueba la materia, pero no la energía, mide la materia, pero no la energía, por ello, desde la materia no podemos resolver los problemas humanos. Necesitamos entender las fuerzas que mueven a la humanidad, esas fuerzas tienen sus leyes, esas leyes hemos presentado por medio del método Princonser. Princonser significa el principio de conservación del ser, es decir, es el camino que han seguido, siguen, y seguirán los seres del universo. El ser humano no puede ser la excepción de no seguir el principio de conservación del ser. En el nivel individual cada uno puede sobrevivir, en el plano social carecemos de capacidad de supervivencia porque desconocemos las leyes universales. A nivel de la humanidad carecemos de capacidad de conservación porque desconocemos las leyes universales. De acuerdo con el orden de movimiento de la energía, es necesario para nosotros los humanos que conozcamos las leyes universales, porque de la conservación de la humanidad depende la conservación de la sociedad y de la conservación de la sociedad depende la conservación de la persona.
El entendimiento de la ley de la jerarquía descendente de la energía puede frenar la autodestrucción de la humanidad. Puesto que la energía mueve a la humanidad y la energía tiene sus leyes universales que necesitamos conocer para conducirnos tal como se conducen los seres del universo. Este es el camino de esperanza, de la paz y la vida para nuestro Planeta.