La esencia universal es el primer paso que se debe identificar. Esta esencia se define como una unidad de energía y materia en mutua transformación en sentido unidireccional. La filosofía es un sistema de conocimiento de la totalidad. La totalidad representa a la materia y el sistema de conocimiento representa a la energía. Este sistema de conocimiento de la totalidad está sujeto a su evolución en el proceso de interacción del hombre con el mundo, lo cual indica que en cada época la filosofía se reconstruye sin perder su carácter de ser un sistema de conocimiento. Como sistema de conocimiento en la actualidad se distinguen cuatro principales áreas de la filosofía: la ontología, la epistemología, la antropofilosofía y la axiología. Las demás ramas de la filosofía tienen sus raíces en estas bases.
1. La unidad de la energía y la materia en la filosofía
Desde la perspectiva de la definición de la esencia universal en la filosofía, la unidad de la energía y la materia implica que tanto el universo material como el sistema de conocimiento están intrínsecamente interconectados. La materia, que representa el universo, es la base sobre la que se desarrolla el sistema de conocimiento, que representa a la energía. Esta relación de unidad sugiere que la comprensión filosófica del mundo no puede separarse de la realidad material en la que se manifiesta. La filosofía busca entender la naturaleza esencial del universo, reconociendo que la materia y la energía en forma de conocimiento están en constante interacción y que esta interacción es fundamental para comprender la realidad en su totalidad. Este intento de comprender la totalidad deriva en la concepción del mundo. En la concepción del mundo sigue presente la esencia universal, donde la concepción de la energía y el mundo es la materia. La ruptura de esta unidad ha traído filosofías fallidas como el idealismo basado solo en la energía sin la materia, y el materialismo basado solo en la materia sin la energía.
2. La mutua transformación de la energía y materia en la filosofía
La mutua transformación de la energía y la materia en la filosofía se refiere a cómo el sistema de conocimiento (energía) y el universo (materia) están en constante cambio y evolución, influenciándose mutuamente. El conocimiento humano, como sistema de energía, no es estático, sino que se transforma a medida que interactúa con el mundo material. A su vez, la realidad material se ve afectada por la interpretación y actividad humana. Esta interacción dinámica entre la energía y la materia impulsa el progreso filosófico y científico, así como el desarrollo de la sociedad y la cultura.
Como se puede apreciar, el efecto del conocimiento es limitado, así como también lo es el mismo conocimiento. Mientras que el universo es infinito, el conocimiento humano es finito, por lo tanto, no se da la mutua transformación entre el universo y el conocimiento humano. La única transformación del conocimiento humano es en la actividad humana. Y por la concepción parcializada en el idealismo o materialismo, la interacción con la naturaleza tiene carácter disruptivo. Esta disrupción afecta la vida en la naturaleza y también la vida humana. Por tanto, existe la necesidad de entender la esencia universal como la unidad de la energía y la materia.
3. El sentido unidireccional de la transformación de la energía y la materia en la filosofía
El sentido unidireccional de la transformación de la energía y la materia en la filosofía sugiere que, si bien la interacción entre estos dos elementos es continua y bidireccional, hay una dirección general en la que tiende esta transformación. Esta dirección se caracteriza por un movimiento hacia una comprensión más profunda y una mayor integración entre el sistema de conocimiento y el universo material. A medida que la humanidad avanza en su comprensión del mundo, el conocimiento se expande y se profundiza, influyendo en la percepción y la interacción con la materia.
El sentido unidireccional de la transformación de la energía y la materia tiene importancia para entender el sentido del tiempo. La transformación de la energía y la materia tiene un sentido unidireccional, este sentido unidireccional determina el sentido del tiempo. La transformación unidireccional de la energía y la materia también es la base para entender el universo interconectado.
Crearemos un escenario imaginario donde la transformación no sea unidireccional, de modo que la energía pueda transformarse en otra energía sin pasar por la materia y que la materia también pueda transformarse en otra sin pasar por la energía, esto nos indicaría que no existe la unidad entre materia y energía, por lo que no existiría la dependencia entre la energía y la materia, ni la interacción entre la energía y la materia, ni hablaría de la dependencia entre la energía y la materia.
¿De qué modo desaparecería el universo? Todos los sistemas del universo son unidades de materia y energía; al separarse la energía de la materia empezaría a desintegrarse todos los sistemas materiales, la última desintegración terminaría en energía, entonces tendríamos un universo poblado de energía. Pero la energía no puede existir sin conservarse en la materia. Por tanto, ya no existiría ni la energía. Al no existir la energía, el universo sería un vacío, un vacío que no existe. El universo existe gracias a los elementos que lo componen y cada elemento es una unidad de materia y energía, lo cual indica que no puede existir la materia sin la energía ni la energía sin la materia.
4. Conclusiones
La filosofía, en su búsqueda de comprender la esencia universal, reconoce la estrecha relación entre la energía (como sistema de conocimiento) y la materia (como universo). Esta relación implica una unidad, una mutua transformación y un sentido unidireccional en la interacción entre ambos elementos.
Desde esta perspectiva, la filosofía no solo busca entender la realidad material, sino también reflexionar sobre cómo el conocimiento humano influye en esa realidad y viceversa.