El infierno en las cosmovisiones monoteístas abrahámicas

«¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!» proclama el Tercer canto del infierno en la obra La Divina Comedia de Dante Alighieri; es el inicio a ese lugar que atormenta la mente de los seres humanos creyentes en lo divino ante el temor de que, por sus acciones, finalmente sean castigados eternamente. Pero ¿todas las visiones monoteístas creen en un lugar como el infierno que se pinta, en el cual se paga eternamente por los pecados cometidos en el mundo? Lo cierto es que no, el judaísmo, cristianismo e islamismo tienen perspectivas que difieren en alguna medida de la forma en la que se cree al respecto.

Se desarrolla pues una breve explicación en términos generales de lo que, en cuestiones macro, consideran estos pensamientos religiosos al respecto, sin entrar en minuciosidades como algunas doctrinas o pensamientos, así tampoco excepciones de algunas sectas o grupos que se desprenden de la visión tradicional de estas corrientes, por ejemplo, no se aborda el modo de ver el tema del infierno por parte de los Testigos de Jehová en el caso de sectas cristianas, ni tampoco los Bahai en el caso islámico, por citar solo un par de ejemplos.

Dicho lo anterior, partamos del concepto «infierno», el cual proviene del latín infernus, que es un lugar subterráneo en el cual yacen las almas de los muertos, la idea de este lugar que proviene de la noción griega del Hades, donde una deidad; Plutón (Hades), hace pagar a aquellos que rompieron con algún juramento durante su vida y aquellos que morían siendo héroes intachables o que tenían algún vínculo con los dioses podían acceder a un lugar de placer, un equivalente al paraíso enseñado por otras cosmovisiones.

La noción es similar a lo ya conocido, las almas son juzgadas conforme a sus actos y, una vez realizado ese juicio, son enviadas a un lugar de castigo o a un lugar de «premio». El cristianismo mantuvo esa misma tendencia conforme al sincretismo que adoptó de costumbres griegas y romanas mientras que el islam la preservó de su herencia cristiana y evidentemente después crearon su propia versión apegada a interpretaciones.

Siendo más específico, se podría explicar el concepto de infierno en las diferentes corrientes religiosas de la siguiente manera.

Judaísmo

De acuerdo con las fuentes judías, el término «infierno» no es mencionado en los textos bíblicos, lo más cercano es la palabra Guehinom que generalmente se traduce de ese modo, pero el concepto es diferente, en realidad es una etapa posterior a la muerte en el que el alma es purificada de todos los actos contrarios a la voluntad divina que se pueda realizar en el mundo físico, antes de que el alma se eleve hacia la fuente de la que salió, este proceso ocurre en un plano temporal de hasta once meses en el plano material, lo que para un alma con muchas faltas en su vida pudo tratarse de miles de años apartado de la presencia de Dios y este era su infierno, mientras corregía todo lo experimentado.

No existe la noción de un castigo eterno en el judaísmo, porque a como las acciones de la vida están limitadas a la vida misma, los castigos no deberían desproporcionalmente extenderse más allá que las acciones que vivió en el plano material. Incluso, en el judaísmo existe una noción de reencarnación para que el alma pueda corregir sus acciones pasadas y llegar a elevarse correctamente.

Maimónides (Leyes de arrepentimiento 8:2) explica sobre una exegesis talmúdica del tratado de Brajot 17 A: «En el Mundo Venidero no hay comida, bebida ni intimidad sexual… más bien los justos se sientan con sus coronas sobre la cabeza y disfrutan del resplandor de la presencia de Dios». Señalando que la nueva condición que tiene el alma una vez arrancada de su naturaleza terrenal no necesita de nada de lo que había en este plano.

El judaísmo también considera la resurrección de los muertos y el juicio final, pero no lo condiciona a que las almas serán enviadas al lago de fuego para seguir con su castigo, sino para corregir lo que haga falta para elevar el alma, como una forma de demostrar sus fallas y realizar una purificación.

Cristianismo

En términos generales los cristianos interpretan que el infierno se menciona alrededor de 167 veces en el texto bíblico, asociándolo con diferentes traducciones como Guehinom (Guehena), Hades, abismo, castigo, eterno, etc. Debe entenderse que hay una diferencia marcada entre el infierno y el lago de fuego que es mencionado en el libro de Apocalipsis 20:15.

El primero es un lugar temporal donde el alma entra a ser castigada por sus acciones en la tierra y el segundo se trata del lugar al que van las almas impías para ser eternamente atormentadas, en un grado incluso mayor que el infierno, porque el lago de fuego está designado para la bestia y el falso profeta que son las dos figuras más impías mencionadas en la cosmovisión cristiana.

La idea del juicio final en el cristianismo también tiene una aseveración con dos tipos de personas, las que resucitan para ser juzgados y enviados al lago de fuego y aquellas almas justas que resucitan para vivir eternamente en las mieles de un mundo nuevo (o renovado según algunas corrientes).

Cabe señalar que uno de los principales elementos por los que se puede ser castigado según el cristianismo es por la creencia o no en Jesús como mesías e hijo de Dios y como fuente de la salvación de la humanidad entera, ante esto hay una serie de exegesis y aseveraciones que requeriría mucho espacio poder explicar, por lo que posteriormente se puede profundizar en algunos elementos desarrollados en esta columna.

Islamismo

En cuanto a la visión islámica de estos conceptos, van de la mano con una idea similar al cristianismo con varias etapas, aquella que habla propiamente de la vida después de la muerte, para algunos aplicará el castigo de la tumba, que de acuerdo con algunos Hadices (dichos del profeta) se les castigará conforme a sus acciones. Ejemplo de esto, de acuerdo con el hadiz de Abu Sa’id:

Aquellos que cometieron estos crímenes serán castigados. Algunos tendrán barrigas grandes como una casa, esos son los que consumieron usura. Otros abrirán la boca y tendrán piedras dentro de ellas que emergerán de sus regiones inferiores, esos son los que usurparon la riqueza de los huérfanos. Algunos serán colgados de sus pechos, esos son los adúlteros. A otros se les cortará su costado y serán alimentados con su propia carne, esos son los que chismosean. Algunos tendrán uñas de metal con las que se rascarán sus rostros y pechos, esos son los que cuestionaron el honor de las personas.

De esa explicación se desprende que hay castigos para cada uno de los que han cometido transgresiones en su vida, pero el castigo superior es después del juicio final donde serán pesados los actos y aquellos que no creyeron en Alá y en su profeta Muhammad serán desterrados al fuego del infierno (Yahannam), así queda en manifiesto en el Corán, en la Sura 3:91, «El que se niegue a creer y muera siendo incrédulo no se le aceptará ningún rescate; aunque diera todo el oro que cabe en la tierra. Esos tendrán un castigo doloroso y no habrá quien les auxilie».

De acuerdo con esta visión, los justos creyentes podrán atravesar el Siraat o puente real que divide la tierra del paraíso, extendiéndose por encima del fuego eterno, aquellos que fueron justos atravesarán sin problema hasta el otro lado, mientras que los impíos serán enviados al infierno eternamente, por cuanto el consenso entre los diferentes exegetas islámicos es que tanto el paraíso como el infierno serán eternos, como lo dijo At Tahawi: «El paraíso y el infierno han sido creados y permanecerán eternamente», por lo que los creyentes deben tener cuidado con las decisiones que toman.

Finalmente, en estas cortas líneas se ha podido desarrollar de manera general el concepto del infierno y el mundo venidero en las tres principales cosmovisiones abrahámicas y, si bien comparten similitudes, hay una serie de aspectos que implican diferencias muy marcadas, entre estas en la forma de interpretar la vida después de la muerte, e incluso una leve noción de su perspectiva del futuro de las almas después de un supuesto juicio final.