La sociedad es fruto de una acción deliberada y consciente, tendiente a conseguir cierta serie de fines. La sociedad es producto de un montón de acciones individuales, no existe fuera de estas acciones, cualquier tipo de atribución a la sociedad de existencia fuera de estos hechos es un mero espejismo, una falacia. La sociedad es un conjunto de acciones humanas múltiples que se unen para cooperar y así lograr los objetivos de todas las personas que forman parte de ella.1

La sociedad humana existe por una razón: el trabajo en sociedad es mucho más productivo que en condición de aislamiento. Hay dos factores que posibilitan esto: 1) las innatas desigualdades del hombre que hacen que unos sean mejores para tales actividades que otros y viceversa; y 2) la desigual distribución de recursos naturales en el planeta tierra.

En suma, de no existir estas condiciones, los hombres serían enemigos mortales mutuos que buscarían exterminarse para sobrevivir comiendo lo poco que haya en la tierra y la sociedad sería imposible de formar.

¿Cómo vivían los cazadores recolectores?

El marco histórico se sitúa entre la revolución cognitiva que dio lenguaje al Homo sapiens y la revolución agrícola que acaeció hace 12.000 años.

Para empezar, tenían pocos bienes materiales, eran nómadas y cada vez que se mudaban se llevaban sólo lo esencial. Salvando los problemas pueden hacerse ciertas generalizaciones de la vida preagrícola:

  • La gente vivía en cuadrillas pequeñas de varias decenas o, a lo máximo, varios cientos de individuos, solo humanos, no había, durante gran parte de este lapso histórico, animales para ningún uso, hasta que se domesticó el perro y se generalizó su uso para caza y protección.
  • Los miembros de estos grupos estaban muy unidos (amistad y familia) y no era común ni la soledad ni la privacidad.
  • Las distintas tribus permanecían -más allá de ciertos contactos esporádicos- aisladas unas de otras casi todo el tiempo. Como consecuencia, las personas pasaban meses sin oír a nadie fuera de su grupo; esto aunado al hecho de que estas tribus estaban esparcidas sobre vastos territorios.
  • El comercio era raro y solo se refería a objetos de prestigio. Ya que ni había especialización del trabajo ni excedentes que acumular para luego intercambiar con otras tribus.2

La economía de estas gentes tenía una división del trabajo básica, los hombres cazaban y las mujeres recolectaban. Eran propietarios de unas pocas herramientas, pero no mucho más, ya que su estilo de vida no los volvía ricos, tenían pocas posesiones y su sociedad era más o menos igualitaria. Trabajaban quizás 5 horas al día, en las cuales recolectaban diversos frutos, raíces, cazando animales menores y huían de depredadores. Esto les dejaba bastante tiempo para el ocio con sus hijos, amigos, etc.

Tenían una dieta variada, comiendo diversos alimentos en su día a día. Su esperanza de vida era de 30 años, lo cual estaba bastante bien, ya que dichos niveles se alcanzarían recién en la Europa de principios del siglo XIX.3

Pero hay inconvenientes con este modo de vida, más que nada, al ser esencialmente parasitario con respecto a la naturaleza, sólo consumían lo que les daba la naturaleza, no agregaban bienes a la oferta de estos que les daba su entorno. En el mejor escenario, no cazaban ni recolectaban hasta el punto de destruir el medio ambiente. Para mantener este modo de vida la población debía ser escasa, por eso vivían en grupos tan pequeños. Pero, ¿qué pasaba cuando la población crecía más de la cuenta? Como es evidente el nivel de vida bajaba mucho, inclusive algunos individuos morían. Estas sociedades hacían todo lo posible para evitar este aumento poblacional.

Recurrían a métodos como el infanticidio. Pero no solucionaba el problema, por lo que quedaba: a) hacer la guerra por los alimentos, b) migrar o c) se podía adoptar un nuevo sistema económico que palee el problema en cuestión.

La opción «a» era bastante común: se hacían emboscadas incesantes en las cuales morían muchos hombres, alrededor del 30 % de todos los hombres en las sociedades primitivas de cazadores-recolectores murieron por causas antinaturales, la idea del «noble salvaje» no es acertada, lo que hacía que el peligro del asesinato fuera un riesgo constante para los hombres de este tiempo y la violación para las mujeres.

El conflicto en ese contexto era muy común, los homo sapiens chocaban cuando recolectaban y cazaban bienes, los hombres se veían como enemigos mortales, cada uno veía al otro no como un potencial aliado, sino como una fuente de consumo.

El método «b» fue bastante común, y vimos que llevó a la expansión de nuestra especie por todo el planeta tierra. Pero no solucionó el infortunio poblacional. En términos de teoría económica estas sociedades estaban atacadas por un «maltusianismo» constante.

Notas

1 Si se desea profundizar en esta perspectiva praxeológica de la sociedad véase Ludwig Von Mises La acción humana, segunda parte.
2 Yuval Noah Harari, De animales a dioses, parte 1, capítulo 3.
3 Hans Hermano Hoppe, Progreso y declive, primer capítulo.