¿Alguna vez te has sentido algo presionado por eso de los «cuerpos de verano»? Como que todos los años, cuando se acerca el calorcito, hay gente que empieza con esa idea de que debes estar a tope físicamente para tirarte a la playa. Y yo me pregunto, ¿Por qué deberíamos sentirnos obligados a eso?
Las redes sociales, en algunos casos, parecen gritar: «¡Debes estar en forma para el verano, o estarás fuera!», no solo me refiero a las marcas, aunque en realidad, muchas de ellas, en especial femeninas, se han adaptado e interiorizado que existen corporalidades varias. El punto también va hacia nosotros, como simples personas que comparten o generan contenido, ya sea que solo lo vean amistades o si generamos influencia en una comunidad más grande, cada publicación, cada imagen y cada texto pueden tener un impacto significativo en la percepción de quienes lo ven. Y sé que no soy la única persona que ha notado esto, pero, ¿sabes qué? necesito compartir algunas reflexiones que rondan mi cabeza y sobre todo preguntar ¿Ese mensaje te representa? ¿Es quien eres o quieres ser?
Hace poco conversando con una amiga, debatimos respecto a esta exigencia implícita, que puede ser una motivación para algunos, como para otros una cruz pesada que cargan por toda la temporada. Si a alguien le gusta sudar en el gimnasio para sentirse bien, genial. Pero la cosa se pone complicada cuando esa idea se convierte en una especie de regla social que todos debemos seguir.
Nadie debería sentirse mal por cómo se ve. ¡Somos humanos, la realidad es diversa, no es una revista de moda del 2014! Y sí, ya sé que la gente tiene sus propias razones para querer estar en forma, a lo que voy es que últimamente, parece que se nos olvida que cada cuerpo tiene su historia, y no conocemos el chisme completo detrás de cada uno.
No me malinterpreten, no digo que dejen de hacer actividad física y se entreguen al sedentarismo o que no suban a sus redes fotos de sus cuerpos por que lo aman y quieren compartir sus resultados. Mi punto es poder realizar las cosas que queremos hacer sin juzgar a los demás porque no lo hacen con la misma intención que nosotros. Yo también voy al gimnasio, no hago dieta pero como saludable, pero eso no quiere decir que voy a criticar a quien consume proteína y pesa su comida, el bienestar no es una fórmula única, diría que es más, un proceso con diversos factores, sin un orden estricto que afecte el resultado, ya que el objetivo, lo que estás buscando, depende de cada uno.
Es curioso, porque estamos en el 2024, con todas estas movidas de aceptación y diversidad, pero todavía hay gente que se empeña en hacer sentir mal a los demás por su apariencia. O sea, ¿en serio? No quiero parecerte una cínica, y si esa vibra te doy, pues en realidad me tiene sin cuidado. Mi finalidad es poder compartir este mensaje. No es simplemente dar un comentario directo como: «Oye no uses bikinis porque estás gorda» o «Con esa barriga no me quitaría el polo» es también el lenguaje no verbal, como las miradas. No sé si sucede constantemente dentro de un grupo de hombres, pero en las mujeres, siempre está la crítica, sobre todo en ese grupo que siempre mira con recelo a las demás y muchas veces pueden ser crueles.
Ahora, dejando de lado el género, como personas, comentarios o actitudes ofensivas, afectan a los demás, tal vez no te das cuenta en el momento o quizá sí, tal vez lo tomas como una broma hacia tu amigo o amiga, pero en el fondo, si remueven algo, deja cierto sabor agrio dentro, que si la persona no se encuentra en un momento de seguridad mental óptimo, desequilibra, afecta psicológicamente, a unos más que otros, se miran al espejo y juzgan sus propios cuerpos, empiezan a usar otra ropa, se acomplejan tanto, que buscan una solución rápida: dejan de comer (lo cuál a la larga se convierte en un problema alimenticio), o consumen/inyectan anabólicos sin supervisión.
Cuidar de tu salud y estar en forma, debería ser una decisión personal, sin presiones ni obsesiones de otros. ¿Envidia? ¿Por qué? No hay necesidad. Todos tenemos nuestros propios rollos, y la comparación constante no nos lleva a ningún lado.
Así que, no te preocupes si tu cuerpo encaja o no en los estándares de alguien más o de la sociedad misma. ¿Ejercicio? ¡Claro, excelente forma de generar dopamina! ¿Cuidar tu salud? Por supuesto, ¿sino quién lo hará?, pero a tu manera y sin presiones externas. Seamos más empáticos, porque no sabemos qué onda con la vida de los demás. Y sobre los «cuerpos de verano», relájate, no se los arruines, ni te arruines a ti mismo, mi enfoque es, disfrutar del sol, de la playa y de todo lo que trae esta temporada. ¿Cuál será el tuyo?