Teorética Arte+Pensamiento de San José, Costa Rica exhibe —del 20 octubre 2023 al 02 marzo 2024—, «Museos dinámicos: trazos y enlaces entre nueve propuestas críticas», curada por la mexicana Natalia de la Rosa, acercamiento a la realidad del arte de nuestros días que activa el presente análisis y reflexión. En tanto son activaciones críticas apuestan a ir más allá del acto de exponer, implican perderse entre los vericuetos de las teorías resignificadas por las tensiones sociales, económicas, políticas, focalizadas en el ejercicio creativo de artistas que se involucran con la realidad propia u otras instancias de la región, y algunos se comportan como antimuseos o proyectos contraculturales.
Museos dinámicos
La muestra se estructura en cuatro salas, cada una con su propia dinámica y comprensión del fenómeno creativo: Museos comunitarios, categorización que atañe a las experiencias del Museo Comunitario y Club de Lectura Sierra Hermosa (Zacatecas, México). Según la ficha técnica «comenzó como una pequeña biblioteca en el año 2000 fundada por el artista Juan Manuel de la Rosa (1945-2021). Fue emplazada al lado de la escuela rural y tuvo una conexión con los clubes de lectura del Instituto de Cultura de la Ciudad de México organizados por el poeta, dramaturgo y promotor cultural Alejandro Aura».
La biblioteca —agrega el texto de pared—, desarrolló su propio carácter y la lectura fue excusa para crear y redefinir espacios donde la comunidad pudiera aprender, discutir y pensar en conjunto. Se fundaron talleres textiles y de costura, ubicados en un espacio recuperado de la antigua Hacienda de Sierra Hermosa. La colección pertenece a la comunidad y opera bajo un sistema de rotación entre los habitantes, basado en el funcionamiento de la biblioteca, ya que se pueden tomar prestadas las obras, llevárselas a casa y luego devolverlas. Incorpora un programa escolar en línea, estas intervenciones artísticas y pedagógicas se han ido adaptando al contexto de la violencia, migración y extractivismo que vive Zacatecas y el norte de México en las últimas décadas.
La segunda aproximación titulada Antimuseos, cuestiona la herencia de la oficialidad con el Museo de Pobre & Trabajador de Rolando Castellón, Luis Fernando Quirós y Ricardo Ávila; además el Museo de Historia Artificial de José Rosales. Participan también Yohanna M. Roa con Mi Capilla Sixtina, 2021, libro de historia del arte desmantelado, intervenido con acuarela, grabados en linóleo bordados y encajes. Además del maestro Castellón, quien exhibe un dibujo de la colección de Teorética, expone Adriana Salazar del Museo Animista de Texcoco, 2015-2018, México.
El Museo Animista del Lago de Texcoco (MALT) nació en septiembre de 2015 —según reza el texto de pared—, como una investigación artística propuesta por Adriana Salazar, busca poner en acción múltiples entrelazamientos, intersecciones y borraduras entre lo vivo y lo inanimado, entre naturaleza y cultura, situados en el contexto del actual lago de Texcoco del Valle de México. Este territorio ha sido históricamente aprehendido como una «naturaleza» que existe separada de la cultura para ser dispuesta, delimitada, domesticada, transformada en artefacto y símbolo de dominación sobre una geografía particular.
Lo interesante de lo exhibido es que expone diversas materialidades, fragmentos de roca, materiales de construcción de viviendas desalojadas y emplazadas sobre el margen suroriental de los terrenos lacustres; ruinas de edificios desplomados durante el terremoto de 1985; escombros de proyectos infraestructurales fallidos; documentos gubernamentales; mapas; vegetación; muestras de suelo (texto de pared).
Museo del Pobre y Trabajador es un colectivo de arte que hace las veces de museo comunitario. En algunas ocasiones se comporta como un museo físico y realiza muestras en espacios privados y/o públicos como museos provinciales, universidades o instituciones culturales que ceden sus salas. Pero también es un proyecto virtual que propicia acercamientos y reflexión acerca de los valores y las condiciones de la contracultura (pretendiendo ser un «no lugar» retomando el concepto del antropólogo francés Marc Augé).
El MP&T fue creado por Ricardo Ávila, Rolando Castellón y Luis Fernando Quirós en 2019 antes de la pandemia en la casa de Ricardo Ávila, ubicada en Ipís. El nombre obedece a la acción de llenar un vacío en una barriada en degradación social, ubicada en la calle que reúne las comunidades de Ipís con Purral, en el cantón de Goicoechea, provincia de San José, pero habitada de manera digna por trabajadores que cada día bajan a ganarse el sustento en los principales centros urbanos de la capital.
Las revistas en línea La Fatal y La Fatalísima fueron proyectos editoriales que suman al actual titulado L’Hoxa InternationART. Estado profundo del arte hoy, en forma de hoja suelta fotocopiada además de su versión digital, editada por Rolando Castellón, Peter Foley, Melissa Siberell y Luis Fernando Quirós. A partir de 2023 la revista pasó a ser publicada en línea sin fecha fija, versando sobre el colapso y degrado de la ciudad, fondos culturales e históricos que son reflexiones del arte contemporáneo.
En la categoría de Museos de sitio exhibe el Museo de Sitio de Cherán, Michoacán; como el Colectivo Cherani se fundan como un movimiento artístico y de memoria que acompañó el levantamiento de la comunidad purépecha en 2011, contra las amenazas violentas planteadas por la tala ilegal y el crimen organizado que operaba en la zona. La ficha de pared agrega que el alzamiento en la comunidad es simbolizado en el decomiso y la quema de los camiones de los talamontes, desde donde comenzó el proceso de autogobierno y autonomía. Presenta los trabajos de Bethel Cucué, Giovanni Fabián Guerrero, Alain Silva Guardian en diálogo con Diana Barquero para enfatizar los acercamientos artísticos que presentan reflexiones sobre las repercusiones de la explotación sobre el territorio, casos como el aguacate en México o la piña en Costa Rica.
Nuevas musealidades analiza el trabajo del Archivo de piedras robadas de Bea Millón, Roberto de la Rosa, Rosa Isela y el Observatorio Zacatecano de Minería; además de las experiencias en Sonora por Miguel Fernández de Castro, Natalia Mendoza Rockwell y el Ejido el Bajío; con las reflexiones teóricas y artísticas de Yohanna M. Roa. Este capítulo de lo exhibido argumenta una obra fuerte, concisa, que emana del pensamiento crítico de los artistas y la curadora de la Rosa, con piezas de un carácter muy contemporáneo apuntando a sumirnos en una autovaloración de nuestros saberes acerca de las prácticas actuales del arte en relación con la diversidad de concepciones museísticas.
¿Qué me queda?
Deduzco que importa crear lazos mediando estas prácticas, que estimulen a compartir frutos de las manifestaciones del acto artístico para descolonizar del arte, sentir el valor del suelo observando los carismas de esta bio/cultura mesoamericana.
Quizás mi involucramiento entre los expositores me lleva a intentar esclarecer los valores, nexos y procesos para producir y/o exponer, documentar, archivar arte contemporáneo en un medio o sociedad tan cambiante y de tan ajustados presupuestos. Pensar en el museo como una obra en sí misma; como una propuesta crítica al observar la cultura oficial y desde la llanura de la contracultura, pero con alta presencia en las redes y virtualidad.
En esta perspectiva enlazar espacios de otros territorios culturales motiva a dialogar acerca del significado del objeto del arte, del artefacto portador: debatir las maneras actuales de coleccionar ante las fluctuaciones del sentido de conservar, proteger, de las metodologías para ver el arte de estos tiempos como una oportunidad y jamás considerarlos intentos fallidos, desde la periferia más absoluta ahí donde cuece la infranqueable guerra a la cual sobrevive cada día la humanidad.
Naturaleza de la experiencia
Palpar nuestra sensibilidad, posturas, programas, saberes que, en tanto arte, fruto de la investigación y de vivir las métricas del tiempo, se comportan como armas de doble filo: nos enseñan, deleitan o cuestionan, pero, a la vez, clavan el aguijón de la incertidumbre.
Creo (y esta es mi percepción de participante en la exhibición) que lo importante de lo exhibido es crear una red o encadenamiento crítico, que se haga real el título de esta propuesta: «Trazos y enlaces», y rehuir a ser agentes silenciosos asumiendo una postura complaciente con los sistemas neohegemónicos criticados.
El borde entre la oficialidad y la marginalidad implica tan solo dar un paso, un museo de la periferia o antimuseo (como lo denomina la curadora) implica trabajar sin presupuestos, sin asistentes, sin equipos, sin transporte, solo se tiene un espacio dentro de la precariedad, pero confiando en potenciar el arte con conciencia social, capaz de repercutir en las problemáticas.
Se trata de superar barreras mentales, que las inventamos debido a veces a la pereza, a la falta de oportunidades, a la trabazón burocrática, pero si estamos dispuestos a la disruptiva de esas limitantes, se puede alcanzar la existencia y persistencia de estos.
Otra opinión
El artista, crítico de arte y analista californiano Peter Foley comenta esta muestra actual de Teorética:
Como sugiere el título, el arte en exhibición funciona como un arma de doble filo: inquietar a los espectadores al tiempo que expande la conciencia. La incertidumbre provocada es una intuición en sí misma. Las Artes como arma de doble filo: nos enseñan, nos deleitan y nos interpelan, pero también pueden implicarnos con la incertidumbre. «Traces and Links» evita la complicidad silenciosa con los sistemas burocráticos asumiendo una postura cuestionadora. Navega por la incertidumbre no como un fin, sino como un comienzo. Porque una vez que la certeza se disuelve, surgen nuevas posibilidades. Al trazar los hilos y los márgenes de la sociedad, el antimuseo se mantiene fiel a su credo: el arte y la periferia se relacionan. A través de sus huellas tejemos nuevos vínculos (L’Hoxa InternatioART. Estado profundo del arte hoy. N. 31. Oct, 2023).
Algo más sobre el Museo del Pobre & Trabajador
El proyecto Museo del Pobre & Trabajador colectivo de Arte Contemporáneo, (Un proyecto povera en el siglo XXI y en el territorio de la incertidumbre), crea un espacio físico para realizar muestras de arte, exhibición de archivos, investigación, experimentación, documentación, proyección editorial, talleres para adultos mayores, jóvenes, madres solteras o en riesgo social, además de convocar a conferencias y conversatorios, para que los participantes y miembros de la comunidad se involucren con el ejercicio creativo, la reflexión y análisis de alto valor artístico.
Aprovecha Internet para que estas experiencias se divulguen por las redes, generen adeptos compartiendo enlaces con otros museos comunitarios en el país o el extranjero. Hoy en día son palabras clave: enlazar, conectar, repensar, fluir, vincular, reinventar, compartir, disruptiva de límites. Importa forjar conexiones entre artistas marginados de comunidades que sufren degrado urbano y social. Estos entes museales o «no museos» vinculan el trabajo de los artistas locales con problemas sociales y trascienden los espacios físicos y territoriales.
Este «museo de la periferia» o «antimuseo», significa operar sin presupuestos ni nada de los que los recursos permiten, solo existe un espacio en precario y los materiales que se encuentren en el entorno, y en la naturaleza: palos, ramas, hojas, maderas provenientes de construcciones desmanteladas, pero también plantas, bejucos, lo que llamamos materias pobres del Arte Povera (como en el arte de los sesenta y setenta liderado por Germano Celánt en el Piamonte italiano) y bio/culturales.
Ya para concluir con este interesante argumento, se trata de romper las barreras mentales que erigimos los humanos debido a veces por la pereza, escasas oportunidades y trabas burocráticas al tramitar recursos económicos. Pero si se consiguen por donaciones, son bienvenidas. El arte aquí anula suposiciones, entrelaza experiencias no convencionales, reforma perspectivas y afronta las estructuras de poder con el fin último de romperlas.
Se intenta navegar a la deriva de la incertidumbre, no como un fin sino como un comienzo o nuevo inicio. En esta comprensión errar es visto no como trabas, sino como oportunidades. Al observar los hilos y márgenes de la sociedad, el antimuseo se mantiene fiel a su credo: El arte y la periferia se relacionan, es a través de las huellas de los artistas que logran tejerse nuevos vínculos y trascender, haciendo cultura o contracultura cuya distancia entre sí es tan solo una huella.