Se añade otro resultado al magnífico proyecto de reordenación de la renovada Pilotta en Parma, acrecentando la memoria de Giambattista Bodoni. De hecho, dentro de la inmensa obra de remodelación y reordenación crítica de los espacios con los relativos montajes, dirigida por su director Simone Verde, el Conjunto Monumental de la Pilotta de Parma inaugura el nuevo Museo Bodoni, el museo de la imprenta más antiguo en Italia, recientemente alojado en la planta baja de la Biblioteca Palatina, un instituto entre los más añejos del Conjunto del inestimable patrimonio documentario además de cofre de un depósito de dibujos y estampas único en el mundo.
Fundado en 1963 en el cumplimiento del 150° aniversario de la muerte de Giambattista Bodoni (1740-1813), el tipógrafo piamontés que convirtió Parma en la capital de la imprenta a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, el Museo Bodoni –administrado por una Fundación constituida con el objetivo de ilustrar la obra, la figura y las colecciones del célebre compositor e impresor, así como para promover estudios e investigaciones en el sector del arte gráfico y tipográfico- se encontraba en la tercera planta de la Biblioteca Palatina, una ubicación de difícil acceso y escasa visibilidad. Problemáticas que se han resuelto al trasladar el museo a los espacios disponibles de la planta baja, utilizados anteriormente para almacenes de la misma Biblioteca.
Una decisión tomada por Simone Verde y por el director científico de la Fundación Museo Bodoni, Andrea De Pasquale, que ha llevado a cabo un cambio en el trazado del recorrido expositivo.
Como declara el director Verde: «El nuevo montaje museográfico del Bodoni ha conllevado una completa reproyección de los espacios precedentes, con obras estructurales, instalaciones y realización de nuevas decoraciones expositivas. Un esfuerzo importante que quiere restituir valor y dignidad a una auténtica joya, primera y única en su género en Italia. A partir de hoy -continúa Verde- el público y los estudiosos de visita en el nuevo Museo Bodoni podrán vivir una experiencia doblemente inmersiva, que por un lado evoca el aspecto de la antigua tipografía y, por otro, recorre la historia y el nacimiento de la imprenta ducal de una época en la que Parma se colocaba entre las verdaderas capitales europeas».
Fiel a la estética contemporánea de los años activos de Giambattista Bodoni, el nuevo museo exhibe una rica selección de ediciones bodonianas (incluso ejemplares únicos y rarísimos, impresos sobre pergamino o seda), el ajuar tipográfico-fusionista y otros recuerdos históricos de gran importancia pertenecidos al taller de Bodoni, que fue tipógrafo en el más amplio sentido del término: impresor, dibujante, grabador y fundidor de tipos con ejemplares resultados.
Todo ello preámbulo de La Fábrica del Libro en el interior de cuatro grandes vitrinas han sido reconstruidas las varias fases del trabajo de Bodoni, a partir del diseño del tipo y la creación de los punzones, desde la fabricación de las matrices y fusión de la aleación tipográfica con todos los instrumentos de trabajo, hormas para la fusión de los tipos, limas, cepilladoras, cucharitas, etc. hasta la terminación y composición para la imprenta tipográfica, calcográfica y xilográfica.
La sala se enriquece con una gran librería hecha a medida dedicada a «Las obras maestras de Bodoni», donde se alinean la colección de tomos bodonianos, con especial atención a la serie palatina que aún conserva la encuadernación original, documentando la bibliofilia bodoniana, en la que destacan las raras ediciones como las Odas de Anacreonte de pergamino y las Estancias de Policiano impresas sobre seda.
Una demostración de la actualidad de este museo resulta de la mesa multimedia e interactiva, que presenta en formato digital, diversos tomos entre los cuales el Manual tipográfico compuesto por 100 tipos latinos redondos, 50 cursivos y 28 griegos en los que Bodoni se empleó toda la vida, la inmensa obra del Oratio Dominia, el Padrenuestro en 155 lenguas, utilizando 215 tipos variados entre latinos, griegos y exóticos, impreso por Bodoni en menos de un año. Gracias a la tecnología touch-screen se puede hacer una investigación para ahondar en cada volumen y hojear las páginas de la obra completa, logrando admirar la finura y la alta calidad del trabajo tipográfico de Giambattista Bodoni.
Cabe recordar que recientemente se ha ampliado la colección con los 34 dibujos originales a lápiz, utilizados en 1800 por el grabador Rosaspina para ilustrar el libro de Bodoni Pinturas de Antonio Allegri, apodado el Correggio, una donación del profesor Corrado Mingardi, consejero de la Fundación Museo Bodoni.
El flamante Museo Bodoni constituye una ulterior tesela del complejo programa de recualificación de la Nueva Pilotta y se añade a la reciente inauguración de la Sala Paciaudi, un espacio del monumento totalmente renovado que abre una nueva entrada separada de la Biblioteca Palatina, propietaria de las colecciones exhibidas. Una apertura que entabla un continuo diálogo entre el Conjunto de la Pilotta y los parmesanos, ya que siendo accesible desde la calle directamente, la nueva sede en conexión con la entrada autónoma de la Palatina forma un solo cuerpo con la Biblioteca Palatina, cuyas valiosas colecciones conserva orgullosamente.
Giambattista Bodoni (Saluzzo, 1740 - Parma, 1813), grabador, tipógrafo y editor, aprendió el arte tipográfico en el pequeño taller del padre; en 1758, se trasladó a Roma con el encargo de compositor en la imprenta de Propaganda Fide, de donde en 1768 pasó a Parma, invitado por el Duque, a fundar y a dirigir la Imprenta Real. En Parma permaneció hasta la muerte, haciéndose famoso por la grabación de nuevos tipos y por las numerosas espléndidas ediciones que publicó. Inicialmente, estampó con tipos de P. S. Fournier, mas en 1771 dio una primera prueba de tipos suyos, que poco a poco perfeccionó hasta lograr el célebre Manual tipográfico. Entre sus ediciones, refinadas también por la calidad del papel, de los frisos (muchos suyos) y de las tintas, son particularmente famosas Epithalamia y las citadas Anacreonte y Oratio dominica en 155 lenguas y con muchos tipos exóticos, Ilíada y Fénélon. Como grabador ejerció un gran influjo en la producción de las fundiciones, si bien como editor se centró en obras de poca importancia. De sus ediciones la más completa se encuentra en la Biblioteca Palatina de Parma. Sus elegantes tipos pasaron a la historia de las artes gráficas con el nombre de «bodonianos».