Hace ya muchos años, más de veinte, que fui iniciado como masón. Durante mucho tiempo lo mantuve oculto, aunque hay quien intentó, sin éxito, al final todo se sabe, hacerme daño con ello. En el centro derecha español, eso de ser masón, significaba algo así como un sacrilegio que merecía el infierno. Imaginemos cómo sería años atrás, en épocas de dictadura. Pero todo ha cambiado, la sociedad termina por progresar y, aunque quedan por ahí algunos zorrocotrocos, todo es más normal. Los masones ya no estamos vistos como esos individuos con «cuernos y rabo» que conjuran en secreto contra el poder. El caso es que, aunque en este momento permanezca en sueños, en el grado de Maestro, no he dejado de sentir el valor de ser, ni de seguir sus principios. Pronto reiniciaré mis trabajos.
Viene a cuento este comentario porque, sin pretenderlo, en estos meses de incertidumbre global, en ocasiones despido mis mensajes a amigos o seres queridos, animando y tratando de generar fraternidad, con las palabras salud, fuerza y unión.
Salud, fuerza y unión, es una fórmula con la que encabezan o cierran sus documentos, o escritos, los masones. También se usaban, indistintamente, L. I. F., iniciales de libertad, igualdad y fraternidad; o S. S. S., iniciales de salud, salud, salud.
Y qué mejor que hoy, este tiempo de crispaciones y discordias, para agarrar con energía esa fórmula, que no pretende más que aunar la fuerza para vencer las adversidades.
Hablaré de salud.
La salud es ese estado en el que un ser, u organismo vivo, no tiene ninguna lesión, ni padece ninguna enfermedad y ejerce con normalidad todas sus funciones y, a voces de la Organización Mundial de la Salud, se trata de un estado de completo bienestar físico, mental y social.
La salud está representada en la mitología griega y romana por el dios Apolo o Apolón, a quien se le atribuía el don de la curación, es decir, que disipaba las enfermedades. También se decía de esta deidad que disipaba la discordia y la barbarie, además de simbolizar la prosperidad del Estado. Discordia y barbarie son contrarias a cualquier tipo de unión.
Según los Masones, la parte de la salud física es importante, pues desde la Constitución de York de 926, se hace alusión a la misma y, según algunos, esta mención surge de un poema hallado en el Museo Británico que, de acuerdo con los expertos, es el código fundamental de la francmasonería.
Este poema dice, en esa parte que nos incumbe, lo siguiente:
El Maestro por ninguna ventaja
hará aprendiz que este manchado
debe cuidar, según podéis oír,
que tenga sus miembros sanos;
sería para el oficio gran vergüenza
admitir a un cojo o a un lisiado
pues un hombre imperfecto en esta forma
haría muy poco bien a la fraternidad.
Así podéis saber todos, y cada uno,
que el oficio requiere un hombre fuerte
un hombre mutilado no tiene fuerza
esto habréis comprendido hace largo tiempo.
Salud, desde el punto de vista masónico, se refiere no solo a un estado físico o mental, sino también a un estado interior de iluminación, referido a una situación de permanente estudio, en lo que tiene que ver con la persona y, por supuesto, también a toda una organización, pues puede señalarse como enfermo, no solo a una persona, sino también a una institución, por lo que el poema citado debería entenderse no solo como una prohibición de ingreso a las personas físicamente lisiadas, sino más bien una restricción de acceso a aquellos mentalmente limitados.
La salud de una sociedad, de un país, del mundo. Esta sociedad nuestra, acosada de miserias, de envidias y turbulencias, estrangulada de penas y dolores mira en la salud, más que nunca, su estandarte de esperanza.
Continúo reflexionando sobre la fuerza.
La fuerza es toda causa capaz de modificar el estado de reposo o de movimiento de un cuerpo; sirve para designar la causa inmediata y eficiente de todos los fenómenos de la naturaleza, es decir, la causa de que la naturaleza experimente cambios. Fuerza es vitalidad, pasión, valor, intensidad.
¿Qué cuerpo sin salud puede ser fuerte?
Fuerza, unida a la sabiduría y la belleza son los tres pilares de la Orden, y se representan, por una de las dos columnas que se hallan a los dos lados de la puerta del interior de las logias y, además, pronunciada en hebreo, sirve de palabra sagrada a algunos grados de muchos ritos.
Vuelvo a sentir que la palabra fuerza, no solo se asimila a cuestiones de tipo físico, sino que debe mirarse como una alusión a la perseverancia en la labor encomendada, la cual debe ser afrontada con vitalidad e intensidad, sin desfallecer nunca. La fuerza, según la mitología, ayudó a Vulcano a encadenar a Prometeo, así como a Sansón, en su último momento, a aplastar a los Filisteos.
Fuerza es lo que nos atrae aquí para ser cada día mejores.
Vayamos a encontrarnos con la palabra unión.
Se define como conformidad y concordancia de los ánimos y voluntades. Además, se dice de ella que se trata de una asociación de personas o entidades para un fin común.
La unión no es otra cosa que la alianza que debe existir entre todos los miembros de un grupo: organización, institución, comunidad, vecindad, país, universo. Es el lazo que une a los masones de todo el universo, dado que profesamos unos mismos principios que se simbolizan por el beso de paz y la cadena de, precisamente, unión.
Cuántas veces habré escuchado, de mis abuelos y padres, ese dicho de la unión hace la fuerza. Qué cierto es. Y la desunión debilita.
La unión implica unidad, envuelve la búsqueda de un fin común, lo cual nos hace fuertes frente las adversidades.
Si, además, a lo anterior, agregamos salud, entendida como enemiga de la discordia y la barbarie, así como una permanente capacidad de estudio, nos encontramos frente a una trilogía que es aplicable no solo a las personas, individualmente consideradas, sino también a una institución en general.
Diría hoy, más que nunca, que salud, fuerza y unión, es un mensaje de enorme profundidad y sinceridad, para que alcancemos la salud espiritual y mental; para que tengamos fuerza para perseverar en nuestros intentos por ser mejores cada día y para que, en unidad, logremos más pronto que tarde la unión de todos los seres del universo.
Y a esto se le puede denominar coaching masónico, puede ser, y en ello estoy.
Una sociedad no supera adversidades con desunión. Una sociedad dividida es una sociedad débil.
Salud, fuerza y unión.