Conservando memoria es una obra de teatro intimista, de pequeño formato, presentada al estilo de teatro de objetos, donde la protagonista (Izaskun Fernández, 35 años) reconstruye las anécdotas vividas por sus antepasados (abuelos, bisabuelos, tatarabuelos), anécdotas y experiencias de «otros tiempos» que ella recogió mientras interrogaba a sus abuelos. Explican los autores:

Mis 4 abuelos están vivos, tienen más de 90 años y la muerte cerca... Tuve la necesidad de hablar con ellos y de esas conversaciones salieron estos textos.1 Lo que empezó siendo una reflexión sobre la muerte, sobre cómo decir adiós, acabó convirtiéndose en un canto a la vida.2

Busca hacernos recordar los sentimientos de aquellos abuelos que también fueron los de nuestros propios abuelos, y lo consigue.

Es una historia centrada en el pueblo de Ara (La Rioja-España), una aldea con apenas 238 habitantes, cuando la vida transcurría del trabajo agrícola a casa, a las partidas de mus y —los domingos— al baile en la plaza del pueblo: «los hombres sentados a un lado de la plaza, las mujeres al otro lado y la orquesta tocando en medio», así se conocieron los abuelos.

—Abuela, ¿cómo conociste al abuelo?
—En el baile de los domingos, en la plaza del pueblo.
—¿Cómo fue el primer beso?
— ... —la abuela respondió con silencio pícaro.

Así era en «otros tiempos», antes de Tinder.

Izaskun utiliza recursos propios —interpretación, voz, gesto corporal, comunicación con los dedos— combinados con la manipulación de pequeños objetos (minifrascos de conservas), dando vida a cada uno de ellos, recordando cómo vivieron sus antepasados, dándoles tributo y cariño. La idea original fue: «Conservar la memoria, como se conservan los alimentos en un frasco». Conservar es una actividad habitual entre las familias rurales en La Rioja y en toda España. El frasco de conservas es un objeto que se convierte en símbolo de ese estilo de vida. El polvo de sal sugiere el mar, el barco sugiere el viaje de novios que soñaron hacer, las olas. El aroma de manzana recuerda a la abuela, el pimentón riojano al otro abuelo. Las escenas viven acompañadas por tangos, boleros, habaneras, músicas de «otros tiempos» creando emociones en el espectador.

Conservando memoria es un espectáculo delicado, bello, poético. Narración, música, manipulación de objetos, luces y músicas están perfectamente coordinados, generando ambientes y emociones que arrancan las sonrisas cómplices de los espectadores y el aplauso final, que permanece hasta la aclamación.

Esta es la tercera obra del grupo, una creación colectiva escrita y dirigida por Izaskun Fernández y Julián Sáenz-López, donde ambos comparten roles; tienen formación en teatro, y también en otras especialidades como pintar, modelar barro, trabajar la madera... Ambos se presentan como «El Patio Teatro», grupo iniciado en 2010 que ha cosechado premios en festivales nacionales e internacionales, como el premio FETEN-2019 al mejor espectáculo de títeres.

Conservando memoria,3 El Patio Teatro, visto el 21 de octubre de 2022 en la sala C.C. Urgell-Barcelona dentro del circuito Barcelona Distrito Cultural (BDC). BDC presenta más de 30 espectáculos en vivo (teatro, circo, danza, música) que van rotando por 34 salas distribuidas por todos los barrios de la ciudad, todas las sesiones son con entrada gratuita previa reserva.

Notas

1 Conservando memoria.
2 El Patio Teatro invita a conocer nuestras raíces a través de las abuelas y los abuelos en «Conservando memoria».
3 Conservando memoria, El Patio Teatro.