Volvemos a retomar la actividad tras el periodo vacacional. Es tiempo de reflexión, tiempo de cambio, tiempo de orden.
La vuelta del verano, el inicio del curso, es el mejor momento para enfocarte en aquello que quieres conseguir; en esos objetivos, más allá de propósitos, que te brindan la oportunidad de sentir la verdadera motivación del ser.
Estar totalmente enfocado, sin distracciones, es la única manera de conseguir que tus jornadas sean realmente productivas. Lo noto sobre todo tras una etapa de descanso: el enfoque. Estar mucho más enfocado en lo que se hace, no dispersarse.
¿Estás enfocado?
Enfocar nuestra vida. Encontrar ideas para que nuestro día a día sea mucho mejor. Sentirnos productivos. Enfocarnos, encontrarnos con nosotros mismos. Quitarnos aquello que nos sobra. Llenar la mochila de cosas positivas.
¿Podemos cambiar? ¿Podemos modificar nuestro enfoque? Claro que sí.
Cada día es un aprendizaje. Si quieres aprender, aprendes.
Cambiar el enfoque de tu vida no es algo fácil de hacer, requiere tiempo. Coge papel y boli, escribe, reflexiona, crece. Si tú quieres puedes.
El cambio es una constante. El mundo cambia; hoy ha cambiado todo, hemos cambiado. Echa un vistazo a estos dos últimos meses. ¿Hemos cambiado? ¿Ha cambiado todo a tu alrededor? Creo que sí.
Podemos quedarnos ahí, quietos, o decidir evolucionar y abrazarnos al cambio nosotros también. Progresar en nuestra vida.
Todo es incertidumbre y cambio constante. El primer paso para el cambio es querer. Esa es la decisión que debemos tomar, tal vez la única. Nada más que eso: querer.
Es mejor cambiar nosotros, a que otros nos impongan el cambio.
¿Te ayudo?
Decídelo. No mires atrás. Establece objetivos, metas. Focaliza qué quieres.
Imagina aquello que quieres conseguir. ¿Dónde quieres estar? Divide el camino en fases, pequeños objetivos.
Focalízate hoy. Objetivos concretos para llegar a la meta. A lo que tú quieres.
Si te enfocas en algo, sin duda cada día se hará más grande en ti. El problema siempre está en la dispersión.
Si pensamos mucho en algo, cada vez se hará más y más grande. Por eso, también, cuando nos dejamos llevar por pensamientos negativos, cuántas más vueltas le demos peor.
Focaliza eso que quieres, tu meta: apunta y dispara.
Si pensamos en crisis, la crisis cada vez será mayor (aunque no lo sea) y nos llevará a la auto destrucción vital.
Si mantenemos un enfoque en la prosperidad, la abundancia (en el sentido de experimentar aquello que deseamos para nuestra vida), llegará a nosotros. Como dice Sergio Fernández (no dejes de leer su magnífico libro Vivir con abundancia):
Todos somos abundancia y merecemos experimentar abundancia en cada ámbito de nuestra vida.
Abundancia es disponer de la salud, del amor y de los recursos que realmente deseas y necesitas en cada momento de tu vida, así como de la posibilidad de poder brindarle todo esto a otras personas cuando libremente lo decidas. Abundancia es no hacer nada por dinero y no dejar de hacer nada por dinero.
Enfócate en aquello que realmente quieres y ve a por ello.