Desde los albores de la civilización, al hombre le gusta rodearse de una naturaleza controlada. Y así el jardín surge como espacio relacionado con el Edén, siendo un deseo constante en todas sus culturas. Muchos son los estilos derivados de la historia de la humanidad. «Terreno recintado en donde se cultivan plantas deleitosas por sus flores, matices o fragancia, y que suele adornarse además con árboles, arbustos de sombra, fuentes, estatuas, etc., destinado a la recreación o paseo, puede ser privado, ladeando un palacio, villa o casa de viviendas, o bien público, en el interior o en la periferia de los centros habitados». Esta es la definición de «jardín» mientras sus estilos pueden ser a la italiana o clásico, a la francesa, a la inglesa, público, así como «huerto» botánico o colonial destinado al estudio de las plantas que se experimentan en su interior.
Pues bien, entre la excelencia de estos ejemplos, que surge en la Residencia Real de Caserta, patrimonio Unesco, y el interior del Palacio, luce la exposición dedicada a los jardines, comisariada por Tiziana Maffei, directora del Palacio Real de Caserta y co-comisaria de la exposición «Fragmentos de paraíso», y los especialistas, Alberta Campitelli y Alessandro Cremona. Un proyecto de altísimo nivel artístico-científico desplegado también en las salas del Apartamento de la Reina, que se asoman a la magnífica perspectiva del Parque con la escenográfica cascada seguida por una sucesión de estanques de varios niveles, respetando la conformación geológica y enriqueciendo la mejor conservada de las residencias que Carlos de Borbón, rey del Reino de Nápoles desde 1734, y su esposa, María Amalia de Sajonia, decidieron como un elegante y cosmopolita status symbol.
Las obras de arte aunadas llegan a doscientas, entre pinturas, dibujos, esculturas, herbarios, libros y piezas valiosas además de interpretaciones contemporáneas que narran la historia del jardín. Desde el conjunto de la residencia real se articulan temas y vicisitudes armonizando sistemas de villas y jardines que atraviesan y se extienden a toda la península itálica, desde el Renacimiento a los inicios del siglo XIX. El resultado es un abanico de representaciones que, en la diversidad de paisajes, modelos culturales y estilos de vida, reviven en contacto con la naturaleza, aquel paraíso perdido al que el hombre sigue aspirando.
Parques y jardines históricos constituyen una profunda identidad cultural de Europa. Es indiscutible el papel de la sabiduría paisajista italiana en el pasado. Hoy, por fín, estamos adquiriendo la plena consciencia. La decisión de dedicar una medida específica el «PNRR» (ayuda ministerial) a la restauración y a la dirección de estos lugares maravillosos, ofrece la oportunidad de ocuparse con responsabilidad de este valioso, si bien, frágil patrimonio. La exposición de la Residencia Real, resultado de un esmerado trabajo de investigación gracias a la colaboración de muchos institutos nacionales y estudiosos, narra al gran público, al igual que a los expertos, los variados tesoros que se esconden detrás de estas pequeñas representaciones de paraíso, recordando las exigencias urgentes de protección para asegurar la plena accesibilidad y la transmisión en el futuro de tanta belleza.
(Tiziana Maffei, directora del Palacio Real de Caserta y co-comisaria de la exposición «Fragmentos de paraíso»)
El rico contenido expositivo enfoca varios temas vinculados a la historia del Parque de la Residencia Real de Caserta, repasando el del «jardín». Presente en el imaginario colectivo a lo largo de los siglos y de las diversas civilizaciones, ha ido evolucionando en varios modelos compositivos. Los diseños formales de los jardines «a la italiana» o «a la francesa» y el más libre del modelo «a la inglesa», paralelamente con la evolución de la ciencia botánica, corresponden consecuentemente a los diversos contextos culturales cuya expresión resulta bien figurada.
En la creación de jardines se exorciza la idea de una naturaleza oscura y extraña: el espacio armonioso, controlado y organizado del jardín es un microcosmos dominado por el hombre, que evoca el paraíso terrestre. En el jardín se intersecan diferentes texturas: el jardín es una narración mediada por símbolos. El jardín es un recorrido de descubrimiento. El jardín es una transmisión de mensajes. El jardín es una experimentación científica. El jardín es una criatura viviente que nace, se transforma, desaparece. La imagen en una pintura le aporta inmortalidad, fija un momento de esplendor y celebra a quien la encarga. En el caleidoscopio de imágenes del recorrido de la exposición, el visitante entra en este mundo fascinante donde puede encontrar su propio paraíso.
(Alberta Campitelli, co-comisaria de la exposición «Fragmentos de paraíso»)
Aquí se realiza una inmersión en la totalidad de los significados que distinguen el jardín occidental, y en particular, el italiano. La relación con la morada y con el paisaje circundante, la finalidad recreativa y la utilitarística, los objetivos celebrativos y suntuosos, la oferta perceptiva y de gusto resultada entre el planteamiento formal y el paisajista «a la inglesa». De esta extraordinaria complejidad, la exposición asume el hilo conductor, que atraviesa el laberinto paradisíaco del jardín pintado e imaginado e induce al visitante a «deliciarse» de la visión de los espléndidos jardines vanvitellianos.
(Alessandro Cremona, co-comisario de la exposición «Fragmentos de paraíso»)
Las secciones expositivas se centran en los temas que se reparten desde la Residencia Real de Caserta y de su historia, ladeando y confrontando lo producido por otros encargos y por otros contextos: la Residencia Real de Caserta y sus modelos, la Relación entre Jardín y Paisaje, los Jardines como Escenografía, el Agua y los Jardines, Jardín y Selvático, los Jardines como Escenarios de Narraciones Sagradas y Mitológicas además de la Botánica en el Jardín.
Numerosas son las obras, muchas de ellas nunca anteriormente exhibidas, de artistas del nivel de Gaspar van Wittel, Claude Lorrain, Paolo Anesi, Pietro y Gianlorenzo Bernini, Hubert Robert, Hendrick van Cleve III, Jules-César-Denis van Loo, Giusto Utens, Joseph Heintz el Joven y entre otros famosos, un papel destacado se lo lleva Jacob Philipp Hackert, que en tantas pinturas figuró los jardines y los paisajes de la Italia sureña.
La extraordinaria cita ha ofrecido la ocasión para experimentar los lenguajes contemporáneos con la Fundación Kaino, patrocinador técnico, mediante la reconstrucción virtual de una primera parte del jardín ideado por Luigi Vanvitelli en la célebre Declaración de los Diseños y la de artistas actuales que interpretan en total libertad el concepto de jardín como posible Paraíso. Un proyecto que resalta la importancia de la Residencia Real de Caserta y sus jardines, un patrimonio frágil y valioso, un excelente ejemplo del intercambio armónico del hombre con la naturaleza, ahora custodiados bajo una esmerada dirección.