Que te distraiga el trabajo y estudio es maravilloso, pero las actividades extras son vitales para la salud física y mental. La mayoría de las personas hacen deportes, otros se dedican al arte y la cultura. Incluso el primero, que es actividad física, es el más saludable. En el grupo de los hobbies o pasarratos esta el coleccionar objetos y las manualidades, aquellas cosas que se atesoran como la filatelia o fabricar algo con nuestras manos como el bordado, pintar o la escultura.
Un hobby que es milenario es la representación a escala de algo, quizás allí hay una hermandad con la pintura y la escultura. El modelismo a escala comenzó a dejar la ebanistería y la escultura a inicios del siglo XX con los primeros modelos comerciales a escala de aviones y barcos. Estos primeros kits armables por partes o secciones eran de baquelita, el primer plástico sintetizado, esta sustancia era bastante dura y no se derretía como los termoplásticos actuales. No obstante, la baquelita era muy rígida y pesada. Alrededor de los años 30 salió la marca británica Frog quien tuvo los primeros éxitos comerciales con aviones y carros de los años 20 hechos de moldes de acetato de celulosa. La Segunda Guerra mundial detuvo en parte la fabricación en el Reino Unido, pero en los Estados Unidos ya funcionaba la compañía Hawk desde 1928 que perfeccionó el método en serie de modelado plástico inyectable. Durante el conflicto, en lugar de un juguete, era una maqueta para las prácticas bélicas.
Las escalas en que se encuentran la representación de modelos van desde 1/700 que es la más pequeña para recrear algo tan grande como los barcos, hasta 1/9 para bustos o figuras de seres humanos. Las mas comerciales y tradicionales son de 1/72 hasta 1/32. Un modelo terminado en general representa una pieza del tamaño de una mano humana para un avión promedio de combate como el clásico Spitfire en escala 72, los modelos 1/48 son uno de los más populares y los vemos mucho en los carros deportivos de metal. Aunque el armado plástico sigue siendo el rey. El kit comercial viene en una ligera caja, generalmente de unos 20x30x5 cm que contiene las piezas separables unidas a un marco, las instrucciones de armado y pintado sugerido. Las mismas se unen con cianocrilato vulgarmente llamado «pega loca» u otro pegamento que funda y una el plástico.
En los años 50 aparecieron marcas japonesas, italianas, y muchas más de Inglaterra (Airfix y Matchbox) y en los Estados Unidos. Hasta la Unión Soviética copió los viejos Frog británicos. Se añadió a la oferta de modelos toda la parafernalia militar de la guerra entre 1939 y 1945, hasta volver a los barcos de vela de siglos anteriores. Los tanques, autos y motos eran la novedad entre los jóvenes y viejos modelistas. El plástico mejoró en calidad y detallado, se sumaron también dentro o fuera de la caja del kit armable, calcas con las insignias o esquemas a representar, la pintura acrílica o de aceite y las piezas extras llegaron en los años 60 y 70.
Los 80 sumaron mini escalas como el 1/100 y 1/144, más las alternativas intermedias como 1/25, y otros conflictos se añadieron a la representación: Corea, Vietnam, hasta la reciente Falklands/Malvinas. Las piezas de foto hecho y calcas de agua aumentaron el realismo de los modelos. En la década de los 90 irrumpieron los chinos (DML, Meng, Modelcollect, Trumpeter…) y marcas de Europa Oriental como la superlativa checa Eduard.com o las económicas, pero muy buenas ucranianas (MPI, Roden), todos ellos compitiendo por el máximo realismo y precios. Los años 2000 ya tenían el diseño computarizado 3D como herramienta de perfección, pero los precios van desde 15 hasta más de 400USD por modelo; sin incluir herramientas, pinturas y extras.
El hobby está bien establecido en sociedades como la IPMS (International Plastic Modellers Society) más otras locales y regionales. Va desde niños hasta los más ancianos con todas las categorías de escalas y disciplinas. Según Technavio.com para el año 2021 a 2026 se espera que el mercado global de modelos a escala crezca en casi 200 millones de USD, siendo la japonesa Hasegawa la que más represente este competitivo sector.
Los temas delicados se encuentran en la ofensa de algunos por los modelos representados. Por ejemplo, en Alemania se prohíbe mostrar en la portada de la caja la esvástica nazi, cuando es un hecho histórico innegable (los símbolos fascistas se representan sin ambages en España e Italia), figuras de sexo alterno o dudoso son prohibidas en muchos países, la crítica política y religiosa puede ser blanco de sectores militares o dogmáticos. También se ha detectado personas o grupos obsesivos compulsivos del modelismo quienes gastan fortunas que pueden arriesgar la economía de un hogar humilde tanto como lo hace las drogas o los juegos de azar, también muchos se olvidan de sus quehaceres familiares o laborales por el hobby.
Cerrando de manera positiva, el modelismo a escala es un pasarrato muy sano de hacer en tu tiempo libre de compromisos. Constituye una industria próspera y en crecimiento. Es como la escritura, una actividad relativamente solitaria, pero muy constructiva al recrear historia, generar un arte, una colección de memoria y dedicación a la perfección del detalle. Muchos actores de cine como John Travolta y Tom Hanks han sido fans de este hobby, o como el neozelandés Peter Jackson quien ha montado la compañía Wingnut Wings la cual hace los mejores modelos de la Primera Guerra Mundial. Otro dato final interesante, es que aparentemente es una forma ecológica de reciclar plástico y aprovecharlo en algo más perecedero y destacado.