Toda entidad en el universo tiene un antes y un después. La humanidad como especie en la Tierra, tiene un futuro. Dicho futuro puede ser su desaparición o su conservación. Existen evidencias sobre su destrucción, las diferentes versiones de análisis y cálculos apuntan a su destrucción. Según los análisis las posibilidades de la conservación de la humanidad son escasas.
Para tener la certeza sobre el futuro de la humanidad analizaremos mediante el método Princonser.
La esencia universal
La esencia universal es la transformación constante de la energía y la materia, considerando que la humanidad es una entidad del universo, tiene en su esencia la energía y la materia. Esta esencia se manifiesta en la humanidad y sus ideales. La humanidad como conjunto de personas representa a la materia. Los ideales representan a la energía que mueve a la humanidad hacia una determinada dirección. Estos ideales crean el sentido de la vida, y son la fuerza de motivación que mueve a la vida humana. Actualmente, en pleno siglo XXI, la humanidad carece de ideales. La falta de ideales le da carencia de sentido; ante la carencia de sentido surge el desorden, la apatía, la inseguridad, la incertidumbre, todo ello conduce a la humanidad a su autodestrucción. Tomando en cuenta la naturaleza biológica, social y espiritual del ser humano, la carencia de ideales mata su espiritualidad, el resultado es la crisis social y un sentido biológico de la vida humana. Este sentido biológico se manifiesta en el consumismo y las guerras, las dos son formas destructivas de la materia.
Principio de conservación
El principio de conservación rige el comportamiento de la energía, por tanto rige el rol de los ideales, la ausencia de los ideales, nos lleva una necesidad de crear ideales para la humanidad. Los ideales de la humanidad surgen de las corrientes filosóficas, actualmente, las corrientes filosóficas predominantes se caracterizan por la aniquilación de los ideales, tales como el pragmatismo, relativismo, utilitarismo, son corrientes que nos hacen mirar el suelo, el presente temporal, la realidad pasajera, el aquí y el ahora. Para que la humanidad recupere sus ideales tiene que reconstruir su pensamiento filosófico en función a su conservación en el planeta.
Principio de inseparabilidad
Según la esencia universal, la energía y la materia son inseparables, por tanto, no se puede conducir la humanidad sin los ideales. Por otro lado, no basta construir los ideales, estos deben tener la certeza de su veracidad. Para determinar la veracidad de los ideales, tenemos que someter a la prueba argumentativa, esta prueba argumentativa exige principios y leyes universales. En tal sentido, el principio de inseparabilidad nos da la primera certeza de la inseparabilidad de la materia y energía. Por tanto, la ausencia de ideales de la humanidad, nos lleva inevitablemente a la tarea urgente de crear ideales para la integración y conservación de la humanidad.
Principio de destrucción
El principio de destrucción rige el comportamiento de la materia, por ello conduce a la autodestrucción de la humanidad en su dimensión biológica. Este principio se manifiesta en las enfermedades, pandemias, guerras, y su fundamento filosófico son las corrientes filosóficas que anulan los ideales. La dimensión biológica del ser humano representa a la materia que depende del movimiento de la energía que se da en la dimensión social. La dimensión social depende de los ideales que mueven a la humanidad y le dan sentido. Por tanto, la tarea de la humanidad es crear ideales para la unidad, integración y conservación de la humanidad.
Ley de la dependencia
Las personas, la sociedad y la humanidad por sí mismas no pueden conservarse, necesitan de la energía, esta energía son los ideales. La ley de la dependencia de la energía nos da la certeza de que el ideal es necesario para la conservación de la humanidad.
Ley de la interacción
La interacción es la transformación de la energía en materia y la materia en energía, lo cual indica que los ideales deben materializarse en la conducción de la humanidad, y que esta conducción debe concluir en la conservación de la humanidad. Para este propósito, los ideales deben basarse en el principio de conservación del ser.
Ley de la integración
La ley de la integración es la forma como el principio de conservación rige la energía. En términos universales, la energía se integra en la materia. En términos humanos, esta integración es poner en práctica los ideales, siempre que responda a la conservación de la humanidad, la sociedad y la persona. Los ideales personales pueden conservar a la persona, pero destruir a la sociedad. Los ideales sociales pueden conservar a la sociedad, pero destruir a la humanidad. Por ello, para que un ideal sea aplicable debe conservar a la humanidad, la sociedad y la persona en orden descendente.
Ley de la desintegración
Ley de la desintegración rige el comportamiento de la materia para liberar la energía. La crisis de la humanidad expresa el estado de desintegración. La desintegración de la humanidad nos conduce a la necesidad de crear ideales. Con los ideales se levanta la nueva humanidad. Siempre los ideales surgen de un estado de destrucción, desintegración, desastre o problema.
Ley de la intemporalidad
La ley de la intemporalidad nos permite seguir la secuencia de la energía. De esta manera, los ideales de la humanidad conducen, no solamente el presente de la humanidad, sino las etapas siguientes. Esta ley garantiza la continuidad de la vida humana en el planeta. Por ello, los ideales deben tener fundamento en principios y leyes universales. Los ideales no deben responder a ideologías de partidos, parcializados, o a favor de unos y en contra de otros.
Ley de la temporalidad
La ley de la temporalidad nos permite ver la temporalidad de la materia, es decir, de la vida biológica. Sabemos que los seres humanos -como personas- somos temporales; las sociedades también son temporales, los únicos intemporales son las verdades universales. Las verdades universales corresponden al universo, a sus principios y leyes, por tanto, tenemos que apoyarnos en los principios y leyes universales para darle continuidad a la vida del ser humano en la Tierra.
Siendo así, el futuro de la humanidad depende de los ideales. Los ideales deben tener fundamento en principios y leyes universales. Siendo el ser humano un ser pensante, racional y creativo, tiene como futuro su larga conservación en la Tierra. Este es el futuro de la humanidad.