El presente año 2022 es un año hernandiano por excelencia, puesto que su cumplen los 80 años de la muerte del universal poeta Miguel Hernández Gilabert, acaecida el 28 de marzo de 1942 cuando se hallaba preso del franquismo en la enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante, con treinta y un años por varias enfermedades pulmonares. Por consiguiente, según la legislación española su obra pasa a dominio público a los 80 años después de su fallecimiento. No obstante, en el texto refundido de la Ley Propiedad Intelectual de 22/1987 antes del 7 diciembre de 1987 tendrá la duración prevista en la Ley anterior de 10 de enero de 1879 sobre Propiedad Intelectual y la transitoria tercera de la L22/1987 que dice: «Las personas jurídicas que en virtud de la legislación anterior hayan adquirido a título originario la propiedad intelectual de una obra, ejercerán los derechos de explotación por el plazo de ochenta años desde su publicación», norma que prevalece sobre las anteriores que preceptuaban desde el fallecimiento del autor.

Uno de los acontecimientos recientes en Alicante ha sido la llegada de la exposición itinerante (Chicago, Nueva York, Manila, París y Dublín) al Palacio de la Diputación titulada: «Miguel Hernández. A plena luz» conmemorativa del 75 aniversario de la muerte, inaugurada el 15 de noviembre de 2021 por los presidentes de las diputaciones de Alicante y Jaén, Carlos Mazón Guixot y Francisco Reyes Martínez, respectivamente; así como Julia Parra Aparicio, vicepresidenta primera, diputada de Cultura y Transparencia de Alicante, y Juan Ángel Pérez, diputado de Cultura jiennense, con la asistencia de Luis Barcala Sierra, alcalde de Alicante, Emilio Bascuñana, alcalde de Orihuela, Aitor L. Larrabide director de la Fundació Miguel Hernández de Orihuela y otras autoridades civiles y militares. A dicho acto oficial asistió el autor del presente texto junto a otros socios de Espejo de Alicante.

«A Plena luz» se expone en el salón de exposiciones de la Diputación hasta el 28 de marzo 2022, fecha en que se cumplirán los 80 años de la muerte del poeta. El comisario fue el periodista Juan José Téllez, con animación del cuarteto de cuerda de Adda Sinfónica y el artista Tom Rock que hizo un grafiti del rostro del poeta. Manuscritos, carteles o fotografías fueron algunos ejemplos de las más de cien piezas que integran la exposición. Un título cuyo origen hay que buscarlo en el también poeta Pablo Neruda, quien contrapuso que Miguel Hernández «desapareció en la oscuridad» y debía ser recordado «a plena luz». La muestra se estructuró en diversas salas y diez bloques temáticos: Génesis, Religión, Eros y otros símbolos, Ideología, Amor, Guerra, Cárcel, Muerte, Resurrección y Literatura. Una muestra para ser «vista, oída y leída», según declaró su comisario.

Llegada al Reformatorio de Adultos de Alicante

Hernández es trasladado del Reformatorio de Ocaña al de Alicante, e ingresa el 29 de junio de 1941 donde inicia el periodo de aislamiento o cuarentena de 25 días, prácticamente casi a oscuras y con poca comida, lo que le produce una anemia, e hinchazón en los pies por falta de glóbulos rojos (pies con manchan amoratadas y fríos), delirios que se desprenden de la ansiada luz y las sombras de la noche; en sus poemas, escribe: «Sigo en la sombra». Terminado el periodo de aislamiento se le lleva la celda 22 de la 4º Galería, con el número 100.

Su enfermedad pulmonar se agravó. El pintor alcoyano Miguel Abad Miró buscó a un amigo suyo, al doctor Antonio Barbero Carnicero, director del Dispensario Antituberculoso de Alicante, que le indicó que necesitaba un aparato de rayos X portátil para que fuera reconocido en la enfermería y tuvo que acudir al Dr. De Miguel que tenía uno. El Dr. Barbero le colocó una cánula intrapleural lo que se llama una toracocentesis. El Dr. Barbero no cobró nada, y el Dr. De Miguel sí cobró sus honorarios.

En la enfermería del Reformatorio se casó por la iglesia con Josefina el 4 de marzo de 1942, bajo amenazas de no serle reconocidos los matrimonios civiles de tiempos de la República.

Muerte en una prisión franquista

Falleció el poeta del pueblo el sábado (anterior al Domingo de Ramos) 28 de marzo de 1942 a las 5:30 horas en la Enfermería del Reformatorio. Los versos póstumos atribuidos por el poeta paraguayo Elvio Romero a Miguel, supuestamente escritos en la pared de la enfermería: «Adiós, hermanos, camaradas, amigos, / despedidme del sol y de los trigos». No pertenecen a Miguel sino a Antonio Aparicio. Elvio se los atribuyó llevado más que nada por un estado de emoción o como escribe Aitor L. Larrabide en la pág.122 de su tesis doctoral: «El patético y decimonónico final parece sacado más de un folletín que de una biografía, por muy novelada que esta sea». Ramón Pérez Álvarez entregó al oficial Antonio Illán los objetos personales. Nada se hizo por salvarle, el jefe médico doctor José María Pérez Miralles solicitó su traslado al Hospital Provincial de Alicante, los cuidados médicos eran nulos. Se solicitó su traslado al Sanatorio de antituberculosos de Porta Coeli, Valencia. Debido al avanzado estado del enfermo Miguel poco se podía hacer allí, puesto que la estreptomicina no llegó hasta 1944. El vicario don Luis Almarcha lo visitó dos veces, pero este estaba más interesado en salvar su alma que su cuerpo terrenal y le exigió en primera instancia que contrajera matrimonio canónico. Una vez contraído el matrimonio el 4 de marzo el traslado a Valencia no se pudo realizar.

En la calle Pardo Jimeno número 15 de Alicante vivió Elvira y su marido Paco Moreno Soriano, la hermana de Miguel, y también una temporada Josefina Manresa, antes de que se marchara a la calle de San Nicolás donde vivían sus tíos maternos. En la casa de Pardo Jimeno, la familia le hizo el velatorio, nos lo cuenta Josefina Manresa, en la página 145 de su libro Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, Ediciones de la Torre, Madrid, 1980:

En la casa de su hermana [Elvira] pasamos la noche sin acostarnos, ella, su marido, Ismael [Terrés] —marido de su hermana Encarnación y, que llegó de Orihuela después del entierro. Al día siguiente, a las 10 de la mañana se le dio sepultura en presencia de Justino Marín, hermano de Ramón Sijé, que le extrañó que lo metieran en el nicho por la parte de los pies, cosa que él ignoraba: una prima mía, de Cox; mi tío, hermano de mi madre; Elvira, su marido [Francisco Moreno]; Vicente, hermano de Miguel; Ismael; Miguel Abad; Ricardo Fuente; mis tíos, los de la calle san Nicolás y dos hombres que vinieron de Orihuela con Justino; y yo...

Nada dice Josefina de los padres de Miguel. ¿Tan mal avenido estaba don Miguel que no asistió al entierro de su propio hijo?

Sus restos mortales descansan actualmente en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante. Primero estuvo en el nicho número 1009, cuyo epitafio decía simplemente: «Poeta». En 1952 cuando se cumplía el plazo para comprar el nicho, de lo contrario los restos mortales de poeta hubieran ido a la fosa común, una suscripción entre amigos reunió las 2,042 pesetas que costaba la propiedad, entre los que se encontraba el poeta Gabriel Celaya, María de Gracia Ifach y Vicente Ramos, lo que enfadó a Josefina. Sus restos reposan en una sepultura con lápida de mármol blanco, donde también están enterrados: su hijo Manuel Miguel fallecido en 1984 y Josefina Manresa en 1987. ¡Descansen en paz!

Conclusiones

Este mes de marzo se cumplen los 80 años de la muerte de un poeta de nacimiento humilde en Orihuela, un pueblo de la Vega Baja de Alicante, en la Comunidad Levantina, que con fuerza mental y motivación llegó a codearse con los mitos del Olimpo literario universal como Federico García Lorca, Pablo Neruda, César Vallejo, Raúl González Tuñón, Octavio Paz o Vicente Aleixandre por citar a los más destacados poetas.

Con la reciente invasión de Rusia en Ucrania he recordado que Miguel Hernández estuvo en 1937 en Járkov y Kiev (Ucrania) cuando pertenecía a la Unión Repúblicas Socialistas Soviéticas, en una delegación integrada por representantes del mundo de la cultura de la Segunda República española, pero este tema de Miguel en Rusia será para otro artículo.