La transformación a veces puede ser drástica. No hay mejor ejemplo en la naturaleza para reflejar esto, que la metamorfosis. La conversión de una oruga en mariposa. Una transformación increíble, de funcionalidad, apariencia, organización de componentes y propósito, donde un gusano voraz y de aspecto repulsivo, que se arrastra con torpes movimientos se convierte en una criatura de belleza sutil, que vuela grácilmente.
Los biólogos nos dicen que en los tejidos de una oruga hay unas células llamadas imaginales y que estas resuenan en una frecuencia diferente. Son tan distintas de las otras células de la oruga, que el sistema inmunológico del gusano piensa que son extrañas y trata de destruirlas. Pero las células imaginales continúan apareciendo, ¡cada vez en mayor número! ¡Hasta que finalmente, el sistema inmunológico de la oruga no puede destruirlas lo suficientemente rápido, y las imaginales se vuelven más numerosas, y se conectan, formando una masa crítica cuya misión es ¡propiciar el increíble nacimiento de una delicada mariposa a partir de la voraz oruga!
En 1969, la famosa antropóloga norteamericana Margaret Mead dijo:
Nunca duden de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que siempre lo ha cambiado.
Yo creo firmemente, junto con muchos otros, que hay una efervescencia evolutiva dentro de los tejidos de la sociedad establecida de hoy. Que, a pesar del clamor predominante del miedo, la codicia, el consumo excesivo y la violencia, expresado a través de los tejidos de la sociedad, ya se está creando una conectividad de estas «células imaginales» que están visionando un mundo diferente, una transformación, una metamorfosis.
Mario Benedetti escribió: «¿Qué pasaría si un día, al despertarnos, nos damos cuenta de que somos la mayoría?» Yo digo: las células imaginales gobernarían y surgiría una mariposa de un mundo de orugas.
Estos son los tiempos del despertar. Grupos de «células imaginales» ya están comenzando a reunirse, a reconocerse entre sí. Están desarrollando las herramientas de orquestación para mejorar la conectividad, que impulsarán la siguiente etapa de nuestra sociedad humana a la manifestación, para lograr una sociedad nueva que comparará con la actual, como una mariposa con una oruga. Y que traerá consigo una nueva dimensión de la vida, una sociedad compasiva y justa, una humanidad arraigada en la conexión, la alegría y la comprensión mutua.
En lo profundo de nuestros corazones, todos veremos la belleza del universo, experimentaremos la maravilla de la conciencia y aprenderemos a amar y compartir lo común de nuestra fragilidad y a expresar compasión.
Poco a poco, iremos aprendiendo que el servicio desinteresado y el amor, son inseparables, que solo el que ama, puede verdaderamente servir a otros, y que si realmente amamos tenemos que servir a los demás. Nos percataremos de que la expresión del corazón es vitalmente necesaria, para saciar la necesidad del espíritu.
Está surgiendo una nueva cultura mundial, una cultura con una visión integral, independiente de tradiciones existentes y valores conservados; cultura que invoca al amor como base para las acciones, y que sabe que el amor sentido tiene que ser expresado en acciones. Se está iniciando una nueva forma de pensar en términos de que somos una totalidad indivisible. Esto echará a un lado los valores relativos de comparación en favor del reconocimiento del valor intrínseco de todo y de todos.
Pienso que estamos empezando a entender que el origen de nuestra miseria radica en nuestra falsa percepción de la vida, y que estamos abriendo nuestra conciencia al hecho de que todos somos un continuo de ser y, a medida que comenzamos a compartir esta percepción, nos damos cuenta de que debemos conectarnos y actuar, para manifestar este amor en acción, para que se produzca un cambio y pueda surgir un mundo nuevo.
Sin que los titulares diarios lo sepan, constantemente están ocurriendo acontecimientos de transformación positiva. Hay ejemplos innumerables de historias realmente increíbles de amor y cambio. He aquí algunos ejemplos en una larga lista:
Una artista en Sudáfrica conoce a una joven estudiante a tiempo parcial en su estudio de cerámica, ella un día le trajo una muñeca hecha de cuentas que su madre había hecho; la artesanía captó la atención de la artista quien inició y financió la difusión y la comercialización de las artesanías. Más de 450 personas comenzaron a ganarse la vida a través de esta artesanía comercializada en todo el mundo. Esta ayuda apoyó no solo el sustento de los artistas, sino también un programa de atención médica, nutrición y clases de yoga para artesanos positivos con el SIDA.
Una joven mujer de clase media en Guatemala, convence a una comunidad maya que sufre de pobreza extrema de plantar colinas circundantes desnudas con una planta productora de fibra que sirve para entretejer canastillas de paja y, luego, convence a una importante destilería de ron para que cambie el empaque de sus botellas y así crear un mercado para los productos artesanales creados por las mujeres mayas. Hoy en día, varias comunidades se ganan la vida haciendo estas y otras artes y artesanías y mejorando su nutrición, escolarización, y recuperando su dignidad humana.
Una joven ceramista en Mar del Plata Argentina sufre un momento de tragedia en su vida que la despierta interiormente y comienza a percibir el mundo y sus semejantes en una luz diferente. Casi al mismo tiempo, varias mujeres que sufrían de cáncer de mama y habían sido recientemente operadas, comenzaron a venir a su tienda de cerámica. Ella decide enseñarles, cómo, a través del arte, pueden expresar y sanar su dolor, e inicia por su cuenta, sin ninguna organización, un taller, para ayudar a las mujeres con cáncer de mama a sanar sus emociones a través del arte.
Un hombre se despierta un día sintiendo que necesita encontrar un propósito en su vida; comenzó a tomar clases de meditación y yoga y descubre un mundo interior que no conocía hasta entonces. Su vida cambió, se volvió más apreciativo de la vida y de las cosas que tenía y se vuelve más compasivo con los demás. Comienza a hablar con sus amigos sobre su nueva perspectiva de la vida y los motiva a reconocer sus fuerzas espirituales internas.
Una anciana preocupada por sus compañeros organiza una comunidad de personas mayores para ayudarse mutuamente y darse compañía entre sí.
Mi nieta, después de pasar un semestre trabajando en un centro de rehabilitación de drogas en el sur de los Estados Unidos, como parte de su plan de estudios universitarios, escribió lo siguiente para promover, una campaña de recaudación de fondos para el centro de rehabilitación:
Si todos trabajáramos para profundizar en lo que realmente somos, el mundo sería un lugar mejor. Ninguno de nosotros es mejor que nadie, a pesar de la jerarquía retorcida y basada en el estatus en la que nos encontramos viviendo. Todos somos humanos, todos sentimos y todos luchamos. La única diferencia entre yo, la interna en el centro, y ellos, los pacientes, es que yo he tenido el privilegio de recibir amor, el apoyo y varias oportunidades que me permitieron crecer y vivir sin el estrés crónico que acompaña la adicción, el abuso, la pobreza, la falta de vivienda y la desesperanza.
Todas estas personas, son células imaginales de una nueva humanidad. Una vez que se conecten y alcancen una masa crítica, precipitarán un mundo justo, pacífico y sostenible, acelerarán un movimiento global cohesivo de transformación personal y social, reflejando la unidad de la humanidad.
Cualquiera que logre cambiar su visión del mundo de una la actitud de «sálvese quien pueda» o de «yo versus el otro» a una percepción unificada que reconoce la interconexión de toda la vida, y que entiende que el amor es la expresión de la unidad en un mundo de diversidad; la fuerza de unión de la conciencia, como en los ejemplos mencionados anteriormente, contribuye a esta transformación. Este es el principal ingrediente para el cambio global.
Muchos llegan a esta nueva cosmovisión, a través de una epifanía personal en sus vidas y se relacionan con su transformación a través de diferentes definiciones conceptuales, que representan sus orígenes culturales, religiosos o sociales. Algunos se relacionan con un impulso de servir a los demás, sin prestar mucha atención a su propio proceso reflexivo, algo que simplemente se desencadena espontáneamente en su interior, y el servicio a los demás como imperativo se vuelve más importante que la autorreflexión. Otros están asombrados por la revelación interior, por su autotransformación y buscan modos reflexivos más profundos, con la esperanza de aliviar el dolor de la fragmentación, simplemente imaginando y proyectando la belleza que perciben en la unidad de todos.
Pero esta emergencia de «células imaginales humanas» está sucediendo en todas partes, son los héroes y heroínas anónimos, que están demostrando valientemente que un cambio de corazón, una humanidad unificada y una mejora de la calidad de vida para todos, es posible. Y que está ligada a una nueva concepción de la vida.
Como dijo el fallecido Ernesto Sábato, durante la Conferencia Paz en Tiempos de Paz celebrada en Puerto Rico en el 2012:
Estas mujeres y hombres de visión están entrelazados en su afán de dar a los demás, y en su deseo absoluto de un mundo más humano, y ya han comenzado a generar cambios, asumiendo riesgos en experiencias tan profundas como son el amor y la solidaridad. Y la Tierra se impregnará de su perseverancia.