El presente desarrollo tratará sintéticamente acerca de tres aspectos desde una perspectiva de esperanza con visión de futuro:

  • Paradigma mental vigente.

  • La espiritualidad humana como un proceso dinámico de la expansión de la consciencia.

  • Un nuevo concepto que de lo anterior se deriva, respecto a la economía y la sociedad: una economía social al servicio de los seres humanos ciudadanos del planeta.

Fundamentos preliminares acerca de la «ciencia económica y social»

Suele definirse en los textos universitarios la actividad económica como: Acción encaminada a satisfacer las ilimitadas necesidades humanas con recursos escasos susceptibles de usos alternativos.

Estos postulados de la economía «más difundida» los podríamos modificar a la luz de nuestra realidad.

Postulemos en cambio que:

  1. Las necesidades no son ilimitadas: son limitadas, diversas y susceptibles de identificación.

  2. Los satisfactores de las necesidades humanas sobre la base de la adecuada utilización de los recursos son diversos y dinámicos en el tiempo.

  3. Bienestar: se busca un nivel básico de satisfactores para las diversas necesidades humanas totalmente identificadas: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad, trascendencia. El «nivel de bienestar» de una sociedad es un proceso dinámico. Solo determinado nivel de consciencia social podrá aprovechar los recursos en beneficio del bien común ciudadano en un proceso de mejoramiento continuo hacia una sociedad de bienestar.

  4. Los recursos no son escasos: son limitados pero suficientes para la satisfacción de las necesidades humanas del planeta. De los recursos se obtienen los satisfactores de las necesidades.

  5. El problema esencial es el paradigma de «los opuestos en lucha»: se trata de un paradigma donde «los opuestos luchan» para imponerse ante «el otro/a». Este paradigma ha generado por miles de años, dolor, destrucción, muerte. Ambición de poder, de figuración pública y manipulación de «otros/as».

Producto de este paradigma son los fenómenos sociales «pendulares» donde ciertos grupos humanos detentan el poder de gobernabilidad y de privilegios de una sociedad respecto del resto. Típico de este paradigma son y han sido los conflictos violentos, las ideologías rígidas, dogmáticas, prejuiciosas, mayormente basadas en «creencias» con visión de dominio sobre «los que son diferentes».

De este paradigma aún vigente entre nosotros es que una importante parte de nuestros recursos se usan por parte de nuestra humanidad en fabricar sofisticados elementos de destrucción para dañarnos y asesinarnos mutuamente en diversos lugares del mundo y desde hace miles de años. El problema fundamental es esta «lucha entre opuestos» que nos lleva a destinar una importante porción de nuestros recursos para destruirnos y asesinarnos en el nombre de cualquier doctrina, creencia o ambiciones.

Como superar el actual paradigma

Los «opuestos» como manifestación de las contradicciones existentes, se trasforman en «alternativas posibles» para la búsqueda de «salidas o soluciones» que han de procesar de manera dialogante y dinámica los seres humanos.

Un proceso de trabajo interior/exterior de los seres humanos para expandir o ampliar su consciencia para ir superando el concepto de «lucha» para predominar, hacia acuerdos mutuos que prioricen el Bien Común de todos del mejor modo posible.

La expansión de la consciencia depende de uno mismo. Se experimenta en un trabajo interior/exterior que depende de nuestra voluntad, desde nuestra vivencia por aportar a la sociedad. Se abrazan valores humanistas que nos llevan a convivir, incluyendo y respetando nuestra diversidad, aprendiendo de la misma.

Un proceso que se origina desde nuestra convicción de que nuestras limitaciones y posibilidades como seres humanos, nos evidencian que nadie es «dueño de la verdad» ni tiene derecho de imponer su manera de ver o sentir el mundo a los demás. Se desarrollo un respeto a la diversidad en el más amplio de los sentidos.

Nuevo paradigma de la unidad: una visión integral y sistémica

Expandir la consciencia nos lleva a un proceso de comprensión profundo en el más amplio de los sentidos. Genera la evidencia profunda de que las creencias y credos son válidos para aquellos a quienes les hacen sentido, pero que nadie tiene derecho alguno a imponerlas al resto, menos aún a través de la violencia.

Se trata de sembrar «semillas» desde ahora mismo en cada uno de nosotros y en nuestra sociedad para que cada cual de manera voluntaria, sistemática, contando con las herramientas para ello, trabaje en expandir su consciencia.

Es un proceso necesario y urgente en un tiempo de desarrollo que se supone permanente. Este proceso de cada uno y sostenido en el tiempo, nos lleva a poder ir pasando desde el «paradigma de la lucha entre los opuestos» a un nuevo paradigma «de inclusión, de respeto, de visión sistémica del mundo en toda su diversidad»; podría denominarse también «paradigma de la Unidad y superación de los opuestos» por la vía de diálogos y acuerdos».

Desenvolvimiento espiritual o «espiritualidad» como un proceso de expansión de la consciencia

Nos referimos a «espiritualidad» en este desarrollo, como la capacidad de los seres humanos de trabajar consigo mismos y en su relación con el entorno en desenvolver valores de vida vinculados al humanismo y a los derechos y responsabilidades humanas de cada cual.

Se trata de un trabajo de cada uno, voluntario, consciente, sistemático en el tiempo. Es un proceso que se traduce en la vida cotidiana de cada cual en todos sus aspectos. De eso trata lo que denomino ampliar nuestra consciencia o «ser trabajadores de la consciencia».

Lo espiritual va más allá de los credos o doctrinas, ya que puede o no incluirlos. Tiene directa relación a la necesidad de ir «saliéndonos» del actual paradigma de los opuestos «en lucha». Se trata de desarrollar en el tiempo las bases del nuevo paradigma, para trasformar los «opuestos en lucha» en nuestra vida, reconociéndolos como opuestos complementarios, dinámicos e integrados.

Se trata de un esfuerzo para ser consecuentes en nuestras vidas respecto a las categorías de valores ya mencionados que harán posible vivir el nuevo paradigma. Recordemos que esos valores se relacionan con Humanismo -responsabilidad y Derechos humanos mutuos. Estos últimos tienen el «apellido» de mutuos, señalando que no han de tener «dobles estándares» como sucede en el actual paradigma que para muchos los derechos humanos funcionan solo para un solo lado: para quienes forman parte de determinada ideología o doctrina.

Ilustrando algunos valores relacionados a las anteriores categorías podemos destacar: bondad, sinceridad, empatía, paciencia, gratitud, humildad, honestidad, solidaridad, espíritu de servicio, entre otros. Todo esto se desarrolla de manera sistemática, voluntaria y con adecuadas herramientas de trabajo interior/exterior.

Una nueva visión de la economía

Sobre la base de los postulados anteriores y del trabajo de desenvolvimiento espiritual como ampliación de la consciencia se va generando:

  • Una nueva visión de las necesidades de los seres humanos y de la propia.

  • Una nueva visión de los recursos disponibles para generar los satisfactores de las necesidades para ir alimentando la posibilidad de eliminar, en cuanto planeta, los recursos actualmente destinados a la violencia destructiva alimentando la predisposición a matarse mutuamente en guerras y conflictos.

  • Una necesidad de trabajar en expandir o ampliar la consciencia de manera «premeditada y voluntaria», para generar un proceso de cambios desde el actual paradigma mental de la humanidad de «lucha entre opuestos» hacia un nuevo paradigma de inclusión, respeto a la diversidad, sistémico, integral.

Se desprenden conceptos para una nueva economía

Utilizando los conocimientos y la tecnología disponible, sobre la base de los valores vivenciados producto de un trabajo sostenido de ampliación de la consciencia, sustentar una sociedad de bienestar, de priorización del Bien Común ciudadano, de dignidad basada en el reconocimiento de la diversidad humana tratando de garantizar sus satisfactores fundamentales en una dinámica en el tiempo.

La economía como ciencia se traduce en gestionar los recursos que se disponen para la adecuada satisfacción de las necesidades de toda la sociedad.

Conclusiones

  • La posibilidad de auto destrucción de la humanidad es altísima por diversos factores vinculados, tanto a la capacidad destructiva de las armas que apoya la tendencia a asesinarse mutuamente, como por la contaminación ambiental, por la destrucción sistemática del ecosistema y/o por el cambio climático producto de la relación de buena parte la humanidad con nuestro entorno. No podemos continuar así: no es sustentable.

  • Un trabajo de cada uno de nosotros en expandir o aumentar su consciencia podría cambiar el actual paradigma de «opuestos en lucha» que solo genera dolor, destrucción y la continuidad de un planeta socialmente indeseable, hacia las categorías de valores vinculados al Humanismo, responsabilidad y derechos humanos mutuos.

  • La economía y la sociedad solo podrían cambiar hacia priorizar el Bien Común ciudadano si se genera expansión de la consciencia a nivel mundial. De no haber un cambio en el actual paradigma la auto destrucción es muy probable.

  • Promover de manera planificada y urgente que la educación de niños y jóvenes de todas partes y de manera flexible y respetuosa, incluya herramientas que les permitan poder trabajar de manera atractiva, participativa, activa, sobre su estado de consciencia.

  • Implica la formación urgente de profesores y/o monitores que sepan hacerlo con la debida actitud y empatía. Habrá que priorizar a los niños y jóvenes de todo el planeta. Esto incluye el respeto a la diversidad en todo sentido, pero sin duda la claridad de que hay ciertos valores fundamentales que le dan sustento y posibilidad de sentido existencial a todos los seres humanos basado en el respeto a su libre albedrio en el más profundo pero respetuoso de los sentidos.