No deja de llamarme la atención el hecho de que, aunque ha pasado casi medio siglo desde el Golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet que, el 11 de septiembre de 1973, derrocara al Presidente Constitucional de Chile, Salvador Allende, sigan apareciendo en todo el mundo novelas que de una u otra forma se relacionan con ese dramático período de la historia de ese lejano país. Y lo más curioso es que si bien son novelas de ficción, muy bien ubicadas en el contexto de esos años, sus autores, o como en este caso autora, tenían pocos años.
Es el caso de la novela negra Sulle orme di Martin (Tras las huellas de Martín, aun no traducida al castellano) de la italiana Nella Vulcano, que bien podría llevar como epígrafe «De los Apeninos a los Andes», ya que se trata de la historia de un joven italiano, el «Martín» del título del que se pierden las huellas en Chile. Será su amigo de toda la vida, «casi un hermano», Lorenzo quién viajará a Chile y conocerá el destino final de Martín.
La novela, que parte desde Roma, aunque también Sicilia forma parte de la historia, nos lleva a un recorrido por todo Chile, partiendo desde la capital, Santiago, hasta el extremo norte, para luego seguir hacia el sur del territorio en un in crescendo de suspenso hasta el inesperado desenlace final.
Nella, usted tenía 7 años el 11 de septiembre de 1973, fecha del golpe de Estado en Chile. ¿De dónde nace la idea de escribir una novela negra sobre Chile?
Mi interés por América Latina nace por casualidad, cuando escuché por primera vez los términos «desaparecido» y «desaparición forzada». No me acuerdo la fecha exacta, pero fue de todas maneras durante mi adolescencia. Y de lo que sí me acuerdo perfectamente es del gran impacto que me causó. Fue devastador. Fue como si alguien me hubiese dado un puñetazo en el estómago. Me desesperaba preguntándome ¿qué derecho tienen las autoridades, quienes deben velar por la incolumidad de las personas a eliminar su existencia? ¿Con qué derecho entierran sus garras en quien lucha por sus ideales?
¿Y cuándo llega el interés por Chile?
Mi interés por Chile nace de una historia sombría. Es la historia de «La Esmeralda», el imponente bergantín goleta un tiempo llamado «Don Juan de Austria» que el gobierno español dio en parte de pago al gobierno chileno, que tras el golpe de 1973 fue escenario de atroces torturas.
¿Y la idea de la novela?
Curiosamente fue justo «La Esmeralda» quién me dio la pauta para la novela Sulle orme di Martin. Por un lado, su belleza y su alma condenada, su imponencia con aquellas velas majestuosas, símbolo de la opresión por parte de quién ejerce una dictadura totalitaria. Por el otro, la valentía y la fuerza de los más débiles, de quienes, sin temor a dejar incluso la vida, no han vacilado un momento «en defensa de los derechos humanos» (lo dice con fuerza en castellano).
La novela nace con el fin de dar voz a la valentía no solo de mujeres chilenas importantes como Isabel Allende y Michelle Bachelet, sino también mujeres del pueblo como Angela María Aieta, y atravesando los Andes como las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, entre ellas, Estela Carlotto y Vera Vigevani de Jarach. Luego la historia se fue enriqueciendo con testimonios auténticos que pude escuchar personalmente, pero además buscando en las hemerotecas de la Biblioteca Nacional y del Parlamento italiano.
Usted me dijo que nunca había estado en Chile, pero leyendo el libro se advierte que hizo una investigación importante, ya que las descripciones de los paisajes no solo son muy hermosas y con mucho detalle, sino al mismo tiempo muy realistas. ¿Cómo lo logró?
Quería describir no solamente el paisaje, sino que se percibieran también los sabores, los aromas, los sonidos de Chile. Puedo decir que Chile me entró en la sangre. A mis amigos que viajaban a Chile les pedía que me trajeran CD, fotografías, mapas, libros, incluso recetas de cocina. Un amigo argentino me prestó un viejo libro de recetas escrito a mano por su abuela.
Chile se me reveló con su alma dual y me embrujó con sus paisajes tan diferentes, todos de una belleza extraordinaria: desde las dunas del desierto de Atacama, a las lujuriosas e intrincadas forestas pluviales del sur, a los fiordos fueguinos del extremo austral. Me fascinaron sus sonidos unidos al murmullo intenso de las cascadas o la lluvia que cae «en hilos como largas agujas de vidrio», como afirma el poeta Neftalí Reyes, es decir Pablo Neruda. Los lugares descritos por este gran poeta fueron una guía para descubrir Chile.
Usted creó dos personajes masculinos importantes Lorenzo y Enrique. ¿Se inspiró en la vida real para inventarlos?
Enrique y Lorenzo representan mis ideales, mis valores. Ambos creen en la justicia, en la amistad, en la familia, en la bondad. Algunas veces Lorenzo puede parecer ingenuo, mientras Enrique encarna la sabiduría que deriva de los años. Ambos representan la nobleza de un alma integérrima.
En particular, para Enrique me inspiré en el diplomático italiano Enrico Calamai, que contribuyó a salvar a más de 300 personas en Buenos Aires. A mi juicio puede ser considerado el Schindler de Buenos Aires. Un raro héroe moderno a quién tuve el honor de conocer personalmente.
En la segunda mitad del siglo pasado la mayoría de las novelas policiales las escribían casi solamente novelistas ingleses y estadounidenses, mientras a partir del año 2000 las novelas policiales empezaron a aparecer en todo el mundo: desde China (Qiu Xiaolong, creador del inspector-poeta Chen Cao) hasta Chile (Ramón Díaz Eterovic) con su desencantado detective Heredia, por mencionar solo a dos autores. Y ni hablar de los italianos, partiendo de Andrea Camilleri. A su juicio ¿a qué se debe este boom de la novela negra en el mundo?
Permítame agregar también a Hitchcock entre los que ha citado, cuyas películas devoré desde que era niña.
Por otra parte, el poético Chen Cao que encarna la metáfora de la sociedad china, el huraño y agudo Montalbano de Camilleri o el más melancólico Heredia que a los manjares culinarios de Montalbano prefiere las páginas de los libros y las carreras de caballos, son personajes que, si bien con caracteres diferentes permiten a sus autores mantener el suspenso en una línea narrativa compleja que anticipa, sin revelar demasiado aspectos de la trama, lo que permite mantener al lector verdaderamente atrapado a las páginas del libro. Es este aspecto, a mi juicio lo que determina principalmente el exploit: revelar sin permitir descubrir el desenlace, sino hasta el final.
En mi novela la línea narrativa tradicional del thriller está inserta en una trama histórica más amplia que me permite hacer referencias a la tragedia de la dictadura chilena y hacer un paralelo con la dictadura argentina. Como en todo thriller, paso de momentos más tranquilos a ritmos más rápidos y deseo que los lectores aprecien esta novela, que también pretende ayudar a no olvidar los tristes sucesos acaecidos en el Cono Sur.
¿Piensa que este tipo de literatura tenga también una función social, más allá de su afán por entretener, ya que investiga sobre los lados obscuros de nuestra sociedad?
¡Ciertamente!, y es lo que hacen Chen Cao que tiene que resolver las enmarañadas redes de los aspectos culturales, sociales y económicos de Shanghái; o si pensamos en todos los casos que resuelve el Comisario Montalbano, donde toda investigación está vinculada a temáticas importantes que afligen a nuestra sociedad contemporánea, en muchas ocasiones más ligadas a los aspectos culturales de la espléndida Sicilia.
Es lo que me propuse con mi novela Sulle orme di Martin y será también el hilo conductor de una serie de historias ilustradas, de próxima publicación, en las que la trama se referirá justamente a los lados oscuros de nuestra sociedad.