Mijaíl Bakunin fue un filósofo, escritor y revolucionario ruso considerado uno de los padres del anarquismo colectivista.

Fue sobre todo un espíritu excéntrico, un volcán en erupción, un rebelde contra toda forma de autoridad y un activista de libertad individual.

Nació en una familia aristocrática en la aldea de Pryamújino, Torzhok, cerca de Moscú, Imperio Ruso, el 30 de mayo de 1814.

Se le reconocen influencias intelectuales de Guillermo Federico Hegel, de Augusto Comte, de Pierre-Joseph Proudhon e incluso de Carlos Marx.

Fue fundador de la Alianza Internacional de la Democracia Socialista, ala anarquista de la Primera Internacional. Fue un adversario de la autocracia zarista de la familia Romanov y, posiblemente, el primero en detectar y alertar sobre las implicaciones autoritarias y los peligros para la libertad en los planteamientos de Marx.

Fue autor de obras tales como: Dios y el Estado, Estatismo y anarquía, El principio del Estado y El Estado y la comuna.

Su pensamiento es totalmente anarquista, socialista y antiestatista. Promueve una revolución socialista de los obreros y los campesinos que empiece desde abajo al margen, aparte de los partidos políticos y logre la abolición del Estado, ejército incluido. La idea de abolir el ejército aparece en los planteamientos de Bakunin y también en los del Mahatma Gandhi.

Para Bakunin, dicha revolución no podía conseguirse con medios pacíficos y debe basarse en los sindicatos y asociaciones de trabajadores. A diferencia de Marx, no favorece la formación de un partido político de los obreros.

Una vez triunfante, dicha revolución lograría el establecimiento de una nueva organización social basada en la libertad de los individuos y en la autogestión en comunas autónomas que libremente podrían asociarse en federaciones o, incluso, confederaciones de comunas.

Estaba a favor del federalismo y de la autonomía comunal. El principio federalista es esencial en el planteamiento bakuninista.

En las comunas se establecería un sistema de propiedad colectiva, de manera clara no estatal, pero indudablemente socialista.

Fueron célebres los enfrentamientos de Bakunin con Carlos Marx en el seno de la Primera Internacional:

Marx era autoritario y Bakunin libertario. Marx era centralista y Bakunin federalista. Marx propugnaba la acción política de los trabajadores (incluso con un partido de los obreros) y planeaba conquistar el Estado, Bakunin se oponía a la acción política y trataba de destruir el Estado. Marx se pronunciaba a favor de lo que hoy llamamos nacionalización de los medios de producción, Bakunin por el control obrero (y las comunas autónomas)… Los marxistas… consideraban que el objetivo último de la revolución había de ser la extinción gradual del Estado, pero pretendían que, durante el período de transición, debía perdurar el Estado en la forma de dictadura del proletariado. Bakunin, que había abandonado sus ideas acerca de una dictadura revolucionaria, exigía la abolición del estado lo más pronto posible… (Woodcock, G. 1979. p. 160).

En resumen, Bakunin favorecía una revolución socialista libertaria que aboliera el Estado y evitara cualquier tipo de dictadura, incluyendo la «dictadura del proletariado».

Asimismo, abogaba por la creación de un nuevo orden social basado en la libertad y la soberanía individual, las comunas autónomas y el federalismo con un sistema colectivo de propiedad.

Bakunin falleció a los 62 años en Berna, Suiza, el 1 de julio de 1876.

Nota

Woodcock, G. El anarquismo. Barcelona: Ariel, Historia. Seix y Barral.