Como introdujimos en un artículo anterior, nos encontramos ante un panorama en el que la polarización política llegó a los nuevos medios digitales, que articulan entretenimiento y periodismo político en busca de interpretar demandas sociales con formatos novedosos por fuera del mainstream. Esto demuestra que la construcción de audiencias desde las redes sociales y nuevas plataformas digitales encontraron un espacio de intervención pública que los volvieron actores centrales de la política contemporánea.

Ahora veamos a algunos ejemplos concretos de la producción mediática argentina para entender estas dinámicas de poder, donde la mercantilización, la espacialización y la estructuración se manifiestan de forma aparentemente invisibles.

Activismo digital reaccionario

Un ejemplo de activismo de nuevas derechas que me interesó desde un primer momento es el canal de streaming de YouTube llamado Carajo, un medio de comunicación que nació con la exclusiva necesidad de apoyar el proyecto económico, político y cultural del liberalismo anarcocapitalista que encarna el gobierno actual.

En el canal los influencers conservadores tienen un espacio asegurado, expandiendo así su activismo cibernético de sus cuentas individuales de X, que le dieron notoriedad pública, hacia un contenido de mayor elaboración, institucionalizado en un canal digital, con el objetivo de consolidar el proceso identificatorio de las audiencias cercanas a las ideas de “la derecha reaccionaria latinoamericana”, lo que se llama fidelización de seguidores, en un contexto de “competencia entre potenciales influencers”. En el siguiente reel, vemos cómo los tópicos de agenda antipopulista se centran en la ridiculización del “marxismo cultural”; muchas de las producciones que tiene el canal apuntan hacia esto.

Otra expresión del protagonismo de influencers y nuevos medios de derecha, que demuestra el cruce cada vez más integrado entre el activismo público digital y la participación y representación política, es la descentralización de la política de redes sociales que lleva adelante Miley y todo el arco político más entusiasmado que lo acompaña. El presidente no es su único enunciador, sino que se replica su representación en la lógica de trolls y campañas digitales falsas que difunden un mismo mensaje.

Uno de los hechos más recientes, aunque de seguro ya anacrónico en el contexto de un país en jaque, atravesado por el ritmo caótico y circular del circo informativo del poder político y mediático, podemos mencionar la campaña diseñada por trolls que puede sintetizarse en el hashtag #LosKukasPrendieronFuegoCordoba, y a la cual se plegó el presidente. La teoría conspirativa denuncia al kirchnerismo de Córdoba de generar los incendios que está sufriendo la provincia. Específicamente Javier Milei difundió un tweet de la cuenta de X CHAD (@NoMePisesAR) que dice “Detuvieron a 17 militantes de La Cámpora por los incendios intencionales en Córdoba y actualmente están todos presos”.

La información tuvo que ser desmentida por las autoridades cordobesas. El Ministerio Público Fiscal en un comunicado manifestó que: “Al día de la fecha y conforme surge de las investigaciones preliminares por los incendios ocurridos en las sierras de Córdoba podemos decir que en primer lugar no hay 17 detenidos, cómo así tampoco hay indicios que nos permitan afirmar que son de alguna agrupación política”.

Según el artículo “Antipopulistas reaccionarios en el espacio público digital”, co escrito por Gabriel Kesler, Gabriel Vommaro y Martín Paladino, la estrategía digital de estos nuevos liderazgos de opinión apelan a romper los consensos sociales sobre la base de tópicos culturales (pero además en materia económica, como por ejemplo la política redistributiva, surgidos con el ciclo progresista en la región, con el objetivo de captar a un público de derecha que quedó “desamparado” en la representación de sus ideas en los medios tradicionales.

Aunque los influencers conservadores reaccionarios parecen ser un fenómeno rupturista y novedoso, los autores se encargaron de investigar la trayectoria histórica de estos movimientos: “los publicistas de derecha del siglo XIX, los ideólogos neoliberales, el neoconservadurismo religioso y los influencers digitales de extrema derecha” (p. 682).

El éxito en términos electorales y de arraigo cultural de los influencers digitales de extrema derecha puede explicarse porque cuentan con las herramientas de las big tech de Silicon Valley a su disposición, para amplificar sus reacciones, en un marco global de auge de estos movimientos, que saben actuar en función de las crisis civilizatorias y de los consensos pos neoliberales progresistas.

Cristina en el ojo de la tormenta

Las producciones mediáticas que abordan el mundo de la política, hablamos de la cobertura de las agendas públicas que se van construyendo siguiendo el desarrollo de los hechos noticiosos minuto a minuto, tienen una gran incidencia en la opinión de los usuarios, porque además es una plataforma elegida por los dirigentes políticos para comunicarse de forma directa con las poblaciones. Podemos ver el caso de la declaración de la ex presidenta y vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en el juicio como testigo de un intento de magnicidio en su contra, ocurrido el 1 de septiembre de 2022.

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Fuente: Instagram La Nación.

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Fuente: Instagram Filo.news.

Los comentarios de los usuarios de X (ex Twitter) son dos medios con trayectorias históricas muy diferentes, como es La Nación+ y Filonews, éste última nacido en la era digital, y el primero, el ya centenario diario, identificado con las ideas de el liberalismo económico y el conservadurismo político, que se ha expandido en el mapa de multimedios como uno de los medios más reconocidos en el país y el mundo de habla hispana. Más allá de las opiniones que refieren a discursos de odio, producto de la polarización política, la pregunta es si estas opiniones son producto de una polarización y disputas del poder mediático, o si realmente esas opiniones son factos que se reproducen en otros ámbitos del debate público.

El regreso de Canosa: polarización al interior de la derecha argentina

Luego de 10 meses sin aparecer en los medios, la reconocida conductora de entretenimiento de espectáculo y también político, Viviana Canosa volvió a la pantalla para denunciar al presidente Javier Milei como el responsable de su despido de las empresas Radio Rivadavia y de La Nación en televisión. Su primera editorial luego de su receso fue contundente, criticó al presidente con dureza, llamando “impostor” y manifestando que quedó desempleada por decisión propia de Milei, “el presidente me dijo sin radio y sin televisión” dijo, quien mantuvo una relación muy cercana en tiempos de campaña, e incluso anteriormente, cuando su figura era vista como un exitoso panelista de economía.

Aprendí que en la política se puede perdonar casi cualquier cosa menos la verdad, este es un gobierno que le tiene pánico a la libertad de expresión. Cuando denuncié la venta de candidaturas me convertí en enemiga de Milei.

Resulta llamativo el conflicto que tuvieron ambos personajes en la arena de una misma zona de representación política. En su comunicación política y mediática, ambos podrían considerarse parte de un mismo campo ideológico o de disputa de poder simbólico, discursivo en los grandes medios de Argentina. Comparten una lógica de polarización extrema dentro de la derecha argentina, un salto disruptivo en la ideología liberal conservadora que defenestra a los sectores tradicionales de la partidocracia gobernante, y más duramente hacia todo lo que tenga que ver con la experiencia de gobierno kirchnerista y los progresismos peronistas y de izquierda.

Sin embargo, desde la pandemia a esta parte, los acuerdos de poder entre los liderazgos reaccionarios de la discusión pública mediática también fueron alcanzados por la irrupción continúa, caótica y azarosa del tiempo y la historia. El vínculo de Javier y Carina quedó sin efecto durante el cierre de campaña, justo antes que la cruzada libertaria dejó en ridículo a la clase política que llamó “casta” y la dinámica de la post verdad y lo impensado se nos hizo realidad.

Los intereses económicos que juegan detrás de las vidas de estos líderes de opinión o influencers también operan para trastocar y cambiar el destino de las decisiones humanas y de negocios Para el dueño de Radio Rivadavia, Marcelo Figoli, empresario de espectáculos musicales de origen radical, también apoderado de Canal 7 de Neuquén, perteneciente a Telefé, y de radios como FM Rock and Pop y AM La 990, el periodismo de grieta (vaya definición metafórica de la politización binaria y simplista que vivimos en Argentina) es la condición que le ayudó a construir su poder.

Luego de las denuncias de Canosa en plena campaña, que vinculan acuerdos entre el ex candidato Sergio Massa y La Libertad Avanza para mancillar la posición del macrismo, todo cambió. Apenas asumió, Milei se encargó de hacer echar a Canosa, y Figoli no podía hacer otra cosa que seguir con el modelo de negocios a su modelo de negocio quiso comprar gracias Telefónica Argentina, aprovechando la habilidad para los negocios de uno de los asesores presidenciales estrellas del esquema de comunicación política del armado libertario, Rodrigo Lugones, hijo del ahora nuevo ministro de Salud del Gobierno Nacional, el médico Mario Lugones.

Al parecer, Figoli no podía permitir que Canosa se exprese contra Milei, cuando el mundo empresarial y mediático estaba de festejo, acompañando con expectativas y dudas el desempeño del gobierno. Ahora, al parecer, luego de que la gestión en varias áreas ya demuestra pésames de algunos de sus sponsors y periodistas amigos, escándalos mediáticos, internas hostiles y números que no cierran, Figoli, quien quedó en alguna lista de espera, se permitió dar el gusto de devolver a Canosa el lugar que se ganó, a fuerza de distorsionar los hechos en pos de una conveniencia política que la engañó, será el momento de redimirse, o de seguir escupiendo rabia discursiva para atraer al público disgustado con la economía y las desfachatez adolescnete del presidente.

Fuentes

Kesler, G., Vommaro, G. y Paladino, M. (2022). Antipopulistas reaccionarios en el espacio público digital. Estudios Sociológicos De El Colegio De México, 40(120), 651–692.
Mosco, V. (2006). La Economía Política de la Comunicación: una actualización diez años después.
Mason, L. (2015). “I Disrespectfully Agree’: The Differential Effects of Partisan Sorting on Social and Issue Polarization”. American Journal of Political Science, 59 (ja1), 128-145.
Martín Becerra y Silvio Waisbord (2021). La necesidad de repensar la ortodoxia de la libertad de expresión en la comunicación digital. Desarrollo Económico. Revista de Ciencias Sociales, VOL. 60 - N° 232 - pp. 295-313 | ISSN 1853-8185.
Nielsen, R. K. (2017). Media Capture in the Digital Age.
Canosa dijo que Milei la hizo echar de la televisión y la radio: "No le gustó que denunciara la venta de candidaturas". LaPolitica Online.
Becerra, M. y Mastrini, G. (2024). El mapa de medios en la era Milei. Revista Anfibia.
Waisbord, S. y Amado, A. Investigación “Periodismo partido al medio”. Info Ciudadana.