Fëdor Michajlovič Dostoevskij, seguramente uno de los escritores más relevantes de los años 1800, nació en Moscú el 1821. Su padre era autoritario, era médico en un hospital para gente pobre y era alcohólico. A la muerte del padre, el escritor comienza a padecer ataques de epilepsia que lo acompañan el resto de su vida. Dostoevskij se inscribió en la escuela superior de ingeniería Petersburgo, pero su pasión por la literatura fue más fuerte. Sus autores preferidos fueron: E. T. A. Hoffmann, Goethe, Hugo, Puškin, Schiller y se enamoró de Gogol y de Balzac, el cual traduce a la edad de 22 años.
Su vida fue dura, perdió a su primera esposa; por interesarse en las ideas socialistas fue desterrado a Siberia durante cuatro años con un solo libro, la Biblia. Del destierro y trabajos forzados, retorna con una ideología mística, que mezclaba la religión cristiana con una visión nacionalista y purista del pueblo ruso. Dostoevskij se dedicó al juego y perdió, regularmente, todo su dinero; vivía perseguido por cobradores de deudas y escribía para sobrevivir, siempre acosado y desesperado. Uno de sus libros de esa época es El jugador que, sin lugar a dudas es, en parte, autobiográfico.
Se dice que Dostoevskij escribía todas las noches durante diez horas seguidas. Fumaba sin parar, usando una lata de sardinas como cenicero y, en esas condiciones, escribió sus mejores libros: Los demonios, Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov y El diario de un escritor; este último tuvo mucho éxito y le valió una invitación a la inauguración de la estatua de Puškin en 1880. En esa ocasión, hace un discurso sobre el papel mesiánico del pueblo ruso. El 28 de enero del 1881, muere de enfisema en San Petersburgo y, con él, termina una era extraordinaria de la literatura a nivel mundial. Dostoevskij era un genio creador de personajes y su narración entraba a menudo en el alma de estos, describiéndolos de manera detallada y haciendo uso de una sensibilidad y capacidad de observación extraordinarias.
¿Qué hace un escritor y qué importancia tienen sus vivencias personales en el desarrollo de su habilidad de expresarse por escrito? En el caso particular de Dostoevskij, más allá de sus capacidades innatas indiscutibles, es su relación con un padre impredecible y violento. ¿Cuántas horas habrá dedicado Dostoevskij a observar y anticipar las reacciones de su padre para poder defenderse? Este es un secreto que no descubriremos jamás, pero la escena de un niño, escondiéndose de su padre y tratando de entender sus motivos es más que plausible. La capacidad de expresarse por escrito refleja un diálogo interno, un soliloquio reflexivo, que es una conversación con el mundo y la realidad con la intención de reconstruir y alterar el estado de las cosas, que caracteriza al soñador, además de miles de horas de lectura, completamente absorbido en los libros, como una forma extrema de sobrevivir. En Dostoevskij podemos percibir una tendencia incontrolada al riesgo; se manifiesta en su ludopatía y en muchas de sus obsesiones que, desde su posición marginal, buscan posibilidades de control y poder. El drama paterno, la abnegación y el poder son los temas centrales de interés en Dostoevskij.