La obra de arte más antigua del mundo se ha descubierto recientemente en Indonesia. Bajo la supervisión de un nutrido grupo de arqueólogos, la escena de caza pintada sobre un lienzo de roca de más de cuatro metros de largo, tiene cerca de 44.000 años de antigüedad, una edad que ha hecho palidecer la de las obras cumbre del arte rupestre europeo situadas en España y Francia.
La composición incluye dos jabalíes y cuatro búfalos enanos en torno a los cuales pueden verse hasta ocho figuras mucho más pequeñas que parecen humanas; además, a juzgar por el color y su grado de desgaste, los científicos piensan que todas las figuras se hicieron a la vez y por lo tanto componen la narración de una historia, la primera de la que hay constancia. De hecho, el único autor posible de esta sorprendente obra es el Homo sapiens, nuestra propia especie, que llegó a estas islas del sudeste asiático hace entre 40.000 y 50.000 años.
Para Adam Brumm, de la Universidad Griffith (Australia) y coautor del hallazgo, «éste es el arte figurativo más antiguo que existe y pensamos que, igualmente, es el ejemplo más antiguo de obra narrativa. No queremos reemplazar un centro de origen por otro en el sudeste asiático pero es muy interesante encontrar arte rupestre mucho más antiguo que el europeo. Esto nos obliga a preguntarnos si los humanos modernos desarrollaron la capacidad artística cuando salieron de África, hace unos 70.000 años».
Al descubrimiento se suman otros que pueden leerse como ensayos previos. El primero es un trazo en zigzag grabado en una concha hace 400.000 años, el primer dibujo de la humanidad; se atribuye al Homo erectus, un posible ancestro de los humanos actuales que fue el primero en salir de África. Su dibujo se halló en la isla de Java, también en Indonesia.
En 2018 se presentó la pintura rupestre más antigua de Europa, una especie de escalera pintada en la cueva de La Pasiega (Cantabria) que fue pintada por neandertales hace unos 65.000 años. Y también en ese mismo año, en 2018, se mostró el primer dibujo de los Homo sapiens, unas esquemáticas rayas hechas en Suráfrica hace 73.000 años, según apunta Nuño Domínguez, especialista en el tema.
Por su parte, Marcos García Diez, prehistoriador de la Universidad Complutense y codescubridor de las pinturas neandertales cántabras, comenta que «la sensación que deja este estudio es la de un cambio de paradigma. Hasta hace muy poco pensábamos que la explosión del arte sucedió en Europa con la llegada del Homo sapiens pero este descubrimiento nos obliga a borrar esa idea. La expresión artística se da probablemente en todo el mundo al mismo tiempo y por eso la vamos encontrando cada vez en más lugares».
Con todo, añade Domínguez, «el hallazgo no está exento de polémica. Los investigadores han usado un método muy fiable para datar las pinturas que se basa en la descomposición progresiva de los átomos de uranio presentes en las calcificaciones de la cueva. El problema es que estas calcificaciones solo parecen haberse formado sobre las figuras de animales y no sobre las humanas. Es más, los trazos de unas y otras no se sobreponen, por lo que no se puede saber a ciencia cierta si fueron hechas al mismo tiempo o en una etapa posterior».
Finalmente, Joseba Rios, investigador del Cenieh, Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, declara que «ante estos datos, lo más probable es que, como dicen los descubridores, todas las pinturas se hiciesen al mismo tiempo y por lo tanto compongan una escena, pero es imposible descartar que sea al contrario y estemos ante dos pinturas hechas en diferentes épocas».