Nació en Escocia, lo bautizaron en junio de 1723 y falleció en julio 1790. Estudió en la Universidad de Glasgow-Escocia y por su brillantez fue becado a la Universidad de Oxford. En Glasgow en 1751 fue profesor de filosofía moral. Hizo amistad y colaboró con David Hume en algunas publicaciones. Este filosofo influyó mucho en los trabajos de Adam Smith. En 1759 publicó su primer libro. En 1787 fue elegido Lord Rector honorífico de dicha universidad.
Las figuras que influenciaron en su pensamiento fueron: Aristóteles, Hobbes, Locke y Hume, entre otros. Por otro lado, él influenció por sus escritos a Malthus, Marx, Engels, Keynes, Darwin, Ricardo y los padres fundadores de los Estados Unidos, entre otros.
Adam Smith es uno de los filósofos economistas más prestigiados. De hecho, es considerado en cierta forma como el precursor o padre de la economía moderna, pese a que sus principios los desarrolló entre 1750 y 1790.
Su obra — escrita en 1776 — Tratado sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, o solamente Causas de las riquezas de las naciones, es un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza en una sociedad. Ahí señalaba que ninguna sociedad puede ser próspera ni feliz, si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables. La tesis central es que la clave del bienestar social está en el crecimiento económico y la acumulación de capital, se potencia a través de la división del trabajo y la libre competencia. Este es el método más idóneo de la economía y el intercambio de la mercancía. Ahí ya se señala la posibilidad de conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores. La especialización en el trabajo aumenta para la reducción de costos. Era un firme creyente de que el estado debe impulsar e imponer la educación pública de la clase trabajadora para esta se supere.
Ese libro suele considerarse el primer tratado científico de economía política. En realidad, esto se debió a que elaboró toda una doctrina económica muy completa. En términos simple sus conceptos económicos se basan en que opinaba, aunque parezca utópico, que los sentimientos de simpatía y afecto dirigen la vida moral de las personas en una sociedad. El creía en la benevolencia del libre mercado, donde la competencia abierta de bienes y servicios es dirigida por una mano invisible que busca, quiérase o no, que se beneficien de los negocios, no sólo los comerciantes e industriales y los capitalistas, sino también el resto de la población, aunque ya reconocía que el capitalista (productor o vendedor) no tiene esas intenciones cuando hace negocios.
Él sostenía que en una sociedad existe o debe existir una comunidad de «buenos sentimientos con los demás», porque el trabajo es la fuente de toda riqueza incluso del capital, y este lo produce la población de todo tipo que labora en fábricas, comercios, agricultura, profesiones, etc. Basado en eso que era un ideal, trató de favorecer a los desheredados con sus principios económicos, aparte de los comerciantes y capitalistas.
Un país tiene una ventaja absoluta, decía, cuando es capaz de producir y exportar los productos de más bajo costo de producción a otros países.
Sin embargo, para desilusión de Adams Smith, la experiencia posterior mostró que el capital sin regulaciones puede lograr aumentar el desarrollo y la riqueza de un país, pero una amplia proporción de la población no se beneficia con ello y permanece pobre, algo que él llegó a decir que era cierto, pero ilusamente decía que eso dependía de que el capitalista tenga o no principios de solidaridad humana.
En su primer libro, Teoría de los sentimientos morales, publicado en 1759, se estudia la conducta humana y Adams señala que Hobbes tiene razón cuando dice que la primera tendencia del ser humano es el amor a sí mismo. Él esbozaba la necesidad de preservar los conceptos psicológicos, éticos y morales en los negocios. Insistía en su libro sobre los medios y los principios psicológicos que determinan que las personas sean o no virtuosas. Incluso, señalaba los problemas causados por los fanatismos políticos o religiosos y el daño que hacían a la sociedad. Debido a sus críticas a la religión había protestas religiosas en Inglaterra en su contra. A lo largo de la obra explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales y otros como: él sentimiento de la virtud, la admiración, de justicia, de la corrupción y de la venganza.
En el campo económico su tesis lo mostraba partidario de la libertad de comercio, pero contrario a monopolios y privilegios. Consideraba que si se unen esas dos sencillas tesis una económica y otra social el progreso sería para todos los ciudadanos. De hecho, en su obra se encuentra el punto de partida de la consideración histórica de los problemas económicos-políticos que afectan el mundo actual. En sus escritos insistía en como la libertad económica, política y religiosa son un medio mejor para desarrollarse que las alternativas monopolísticas ya sean del Estado o la empresa privada en la economía o la política o la iglesia en la religión. Por sus estudios se le puede considerar el fundador de la llamada Economía Política como una ciencia independiente de la política o la sociología.
En cierta forma, él apoyaba y criticaba a la vez al capitalismo. Sostenía que el capitalismo era la fuerza básica para el desarrollo económico y que promovía un fin que, aunque no era parte de sus intereses, al final favorecía a todos. Pero potencialmente tendía a deshumanizarse y afectaba a un gran sector de la población en cuanto a no lograrse repartir mejor la riqueza, por lo cual insistía en una educación liberal amplia y una mejor organización religiosa y moral para que hubiera más comprensión sobre la importancia de un desarrollo económico que alcanzara a todos como ya antes se señaló. El problema es que él ponía como base moral el sentimiento de la simpatía ya que lo consideraba un instinto natural que surge y se desarrolla en el hombre cuando vive en sociedad. Tenía la ilusión de que eso ayudaría a formar la conciencia moral del ser humano, pero no resultó así.
En su libro, La riqueza de las naciones, considera como móvil natural de las acciones humanas el impulso del ahorro que y fue cierto durante muchos años. Sin embargo, debemos señalar que ahora, en la sociedad moderna llamada de «consumo», una parte muy importante de las personas gastan más de lo que ganan y eso dio lugar en el año 2008 en cierto modo a la quiebra (parcial) del capitalismo de Estados Unidos, ya que la gente compraba casas y cosas sin tener suficiente capital y eso llevó a la quiebra a millones de personas e incluso a numerosos bancos que especularon con préstamos sin buenas garantías por querer ganar exageradamente más dinero.
Adams recomendaba que el Estado concediera todo tipo de oportunidades para la búsqueda de la ganancia por parte de los particulares, no interviniendo ni controlando el capital, de esta forma creía que las personas encontrarían por sí mismos la mejor manera de satisfacer su propio impulso del ahorro y la riqueza general. Lo anterior nos confirmó que el ser humano es imperfecto y en los siglos XX y en el XXI actuó en forma egoísta y especulando, por lo que ahora se impone algo de control estatal sobre el capital y la forma como se invierte y se hacen negocios, pero este control considerado ahora necesario no era de los principios básicos de la economía política liberal que Adams sugería.
El exceso en su trabajo, estudios y escritos le causaron problemas de salud, al extremo que tuvo una severa crisis nerviosa, por lo que dejó la Universidad de Oxford en 1746. Para mejorar viajó afuera de Gran Bretaña a Toulouse France como maestro y luego a Génova, ahí estuvo con Voltaire, luego en París, donde por cierto conoció al norteamericano Benjamin Franklin y a los franceses Turgot, Diderot, D ́Alembert y Quesnay.
Bibliografía
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