Hemos tenido el placer de conversar con la soprano Íride Martínez y enterarnos del avance de sus más recientes proyectos, pues, aparte de tener a sus espaldas una intensa y extraordinaria carrera belcantística, su fundación para el perfeccionamiento del canto le brinda la oportunidad a jóvenes talentos de ingresar a paso firme en el difícil mundo del canto lírico.
Acabas de dar un concierto vía internet, uniéndote así a muchos otros artistas que ya lo han hecho.
Para hablar de un concierto vía Internet primero tenemos que hacer un par de un par de aclaraciones sobre el tipo de concierto o transmisión del mismo.
Los conciertos vía Internet difieren mucho entre sí. Algunos funcionan como streaming o transmisión gratuita de algunos links o enlaces de calidad discreta.
La transmisión que ofrecimos recientemente se trataba de un enlace de alta calidad con un costo fijo para derecho de enlace. En estos momentos está empezando la posibilidad de adquirir enlaces para acceder a transmisiones de conciertos de muy muy alta calidad y esto me interesaba.
Yo accedí a tomar parte en un proyecto de este tipo con el riesgo económico que el mismo con lleva, sobre todo porque creo que en estos tiempos, el público en general tendría que comprender que el artista es un trabajador de cultura y como tal, tiene que recibir por sus servicios una digna compensación económica. Valga la aclaración que no critico la buena voluntad de quien ha querido llevar espectáculos de manera gratuita durante los tiempos de cuarentena, pero creo que tiene que ser claro que la cultura no es gratuita y que no se trata de beneficencia. Con esto, me refiero no solo a la música clásica sino a toda la producción artística en general. El músico profesional ha dedicado tantos años como un médico o un ingeniero en su formación y es calificado como un legítimo profesional. La única diferencia son las capacidades innatas de un individuo.
El sector más golpeado a través de esta pandemia ha sido el sector del espectáculo y creo que llegado el momento de buscar nuevas oportunidades para la difusión del arte con adecuada remuneración.
En la escuela superior de música donde trabajo, durante la cuarentena nos llegaban correos electrónicos semanales con todas las plataformas a disposición y nuevas posibilidades para poder realizar lecciones de música a través de Internet. Fue un trabajo titánico, sobre todo para muchos quienes, como yo, no poseemos un gran conocimiento del desarrollo tecnológico, pero valió la pena el aprender. Es increíble cómo, en poquísimo tiempo, el desarrollo tecnológico en tiempos de necesidad se dispara, para provecho de todos. Tiempos atrás, si se nos hubieran dicho que teníamos que hacer elecciones a través de Skype, nos hubieran tomado por charlatanes. En lugar de eso, se han desarrollado muchos programas para poder hacer la transmisión y lecciones a través de Internet mucho más elevadas en calidad.
¿Ayudará esto al crecimiento de la «música culta»?
Einstein afirmaba en uno de sus escritos que la crisis es una excelente plataforma para la creatividad.
El desafío frente al cual nos ha puesto la crisis del covid-19, ha sido una excelente oportunidad para desarrollar nuevas vías de transmitir el arte.
Así como la televisión, la radio y posteriormente Internet han ayudado a la difusión del arte, creo que esto a través de estos tiempos se ha acelerado.
¿Hacia dónde vamos con las tecnologías de punta en campos como la ópera y el concierto clásico? ¿Son lo mismo que la televisión o aportan nuevos elementos?
Ya desde hace muchos años el aporte tecnológico en el campo de la ópera es evidente.
La cuestión no es en realidad si hay aporte o no de la tecnología en el campo artístico de la ópera y el bel canto, pero más bien cómo solucionar el problema de los trabajadores de la cultura en un tiempo en donde la visita a teatros o salas de concierto está limitado.
La cultura tiene que continuar y la difusión de la cultura es imperativa. Sería ingenuo de nuestra parte ignorar los aportes de la tecnología en un tiempo en donde podría resolver muchas encrucijadas.
Después de una gran carrera como soprano lírica has ido cimentando tu rol como profesora de canto. ¿Cómo es esta experiencia?
La enseñanza fue una parte muy importante en mi vida desde joven. El hecho de dedicarme ahora a la enseñanza fue un proceso muy natural. Incluso en los años donde cantaba internacionalmente, me dediqué activamente durante muchos años en impartir lecciones de canto.
El hecho de poder transmitir conocimiento, pero sobre todo poder motivar o inspirar a futuras generaciones es uno de mis grandes objetivos de vida. La enseñanza no solo es un proceso artístico o técnico, sino más bien acompañar a un ser humano especial a que se desarrolle en todos sus aspectos, tanto artísticos como personales.
En este semestre, con todas las limitaciones que tuvimos, lo más importante no fue el dar las lecciones vía internet, pero si motivar a mis estudiantes a no tirar la toalla y a dar lo mejor de si, aun cuando la incertidumbre nos amenazaba constantemente.
¿Se irán acortando los caminos entre continentes y culturas en el campo de la música? Es decir, no hablamos ya de geografía, sino de que se le den posibilidades justas a los artistas emergentes, sin que haya mafia de por medio.
El mayor aporte que la tecnología nos ofrece e estos tiempos es exactamente la difusión global del arte y esto es una oportunidad única que no podemos perder.