Con la llegada del coronavirus, tocar a la gente parece una acción de riesgo.
Yo soy de Bérgamo, la zona más afectada de Lombardía, mi familia lleva ya mucho tiempo encerrada en casa y cada día las medidas del Gobierno Italiano se endurecen, con razón, para intentar parar los contagios.
El coronavirus está cambiando totalmente nuestra manera de relacionarnos en estas zonas rojas y en nuestras ciudades la gente si sale tiene que estar a un metro de distancia (ayer por la noche el primer ministro, Giuseppe Conte, anunció mayores restricciones y un endurecimiento de la cuarentena, pero este artículo se escribió antes).
Nada de tocarse, estrecharse la mano, besarse, abrazarse.
En definitiva, toda esta situación está mutando nuestra comunicación no verbal con los demás y con nosotros mismos y sobre todo replantarnos el empleo del tacto, el primer sentido que desarrollamos y con el cual conocemos el mundo y las personas.
La cosa más triste es que la gente que entra en el hospital con problemas respiratorios ya no pueden ver a sus familias, y en el caso sea grave y fallece, sus familiares no pueden despedirse al estar en cuarentena. No estarán allí en el momento mas duro de su vida, no podrán estrecharle la mano, mirarle a los ojos y decirle que todo irá bien. Y una vez fuera del hospital, nada de funerales.
En este artículo me gustaría explicar todo lo que nos estamos perdiendo por culpa de este virus que nos impide tocarnos.
En otro artículo publicado en este mismo medio, hemos hablado de algunas investigaciones sobre el tacto, pero no eran las únicas, vamos a hablar de más investigaciones que nos pueden ayudar en nuestro día día cuando el coronavirus será solo historia.
Tocar ayuda a ser mas persuasivo y convincente
¿Recuerdas el mito del rey Midas, que todo lo que tocaba se convertía en oro? Aunque nuestro toque no convierte en oro las cosas, sí que puede tener beneficiosos.
Una investigación Crusco y Wetzel demostraron como camareros de un restaurante triplicaban sus propinas al tocar el cliente en el codo cuando le dejaba la cuenta. Por eso este toque ha sido bautizado como el toque de Midas por su poder incluso de generar un beneficio monetario.
En la década de los años 70, en el Wheaton College de los Estados Unidos, se desarrolló un curioso experimento en una cabina telefónica. La gente que acababa de encontrarse dinero en una cabina telefónica, estaba más predispuesta a devolverlo al investigador que se lo reclamaba como suyo si esta les tocaba ligeramente en el brazo. Claramente el investigador había dejado adrede este dinero para comprobar el poder que tiene el tacto.
En otro estudio en que se les pedía a la gente de la calle que rellenaran un cuestionario el porcentaje que aceptó pasó del 40% al 80% tan sólo añadiendo el contacto a la petición. Y lo mismo se ha investigado a la hora de pedir un cigarro o de no pagar el billete del tren.
Las personas también son más propensas a ayudarte si les tocas. En otra investigación se demostró como a los desconocidos que se les tocaba ligeramente en el brazo estaban más predispuestos a ayudar a recoger las cosas del suelo a un investigador. En concreto, el porcentaje se incrementó del 63% al 90%.
En definitiva, un breve toque de no más de tres segundos en el antebrazo puede comunicar emociones prosociales como la simpatía, empatía, cooperación. Por eso si necesitas persuadir o convencer utiliza este tipo de toque.
Tocar a una persona mejora la salud física y psicológica
Hay investigaciones que nos muestra que cuando las personas sienten el toque de una mano de una persona querida, se reduce su sensación de dolor y aumentan su umbral de resistencia ante el malestar.
Cuanto mas toques mas se disminuye el cortisol y aumenta la serotonina y la oxitocina hormonas del bienestar. Si lo que quieres es ayudar a un amigo o un familiar que lo esté pasando mal, no te quedes quieto escuchando, realiza un ligero toque en el brazo o en la espalda.
Tocar mejora la imagen que los demás tienen de ti
Hay investigaciones como entre bibliotecarios o vendedores, venían evaluados más competentes, más profesional y los calificaron como más sinceros, amigables, honestos y amables cuando estos realizaban unos ligeros toques en el brazo o en la mano.
Incluso en el ámbito médico se consiguió que los pacientes estuviesen más predispuestos a tomar los medicamentos que el médico le prescribía si este al despedirse le tocaban en el codo. Esto además hacía que el paciente viese al médico como más competente como hemos explicado en las investigaciones anteriores.
Estos toques harán que las personas te consideren como alguien más cercano y confiable. En un estudio además se ha demostrado que las personas que tenían un estatus superior era los que tenían más tendencia a tocar los demás haciendo que las personas que se consideran más dominantes son los que mantienen mayor contacto físico.
Tocar aumenta el rendimiento
Esto se trabaja mucho en el deporte. En el año 2010 se realizó un estudio a gran escala para determinar si el contacto físico podía estar relacionado con el éxito en el deporte como la NBA. Y efectivamente así es. Puede ser que nos recuerda el cariño de nuestra madre cuando nos animaba a aprender a andar, o ir en bicicleta, o hacer los deberes.
También el tacto te ayuda a seducir y a fortalecer tus relaciones
Cuántas veces te has preguntado después de una primera cita, por qué no hubo beso o por qué nunca existió una segunda cita.
Puede haber muchos motivos, pero uno pude ser que no se ha creado desde el minuto uno una conexión. Y la conexión psicológica también tiene que ser una conexión física.
Cuando quieras seducir, intenta empezar el contacto lo antes posible. Aunque sea un toque accidental (quitarle algo del pelo, chocar la mano, cogerle de la mano con la excusa de mirarle el reloj o una pulsera, un toque suave en la rodilla si estáis sentados en un bar, un toque en la espalda para dejarla o dejarle pasar) ya habrás logrado que el contacto entre los dos se vea como algo natural.
Cuanto más tiempo pase antes de que os toquéis, más raro y forzado os parecerá luego.
Además, el tocar una persona durante una primera cita cuando la persona os atrae, aumenta la frecuencia cardíaca, la respiración y aumenta el deseo, sobre todo si se acompaña con contacto visual.
Gran parte de la comunicación con la pareja es por el contacto. En una investigación de la Universidad de Harvard donde se entrevistaron un gran número de parejas, se observó como aquellas donde el contacto físico era más frecuente declaraban mayor satisfacción en su vida afectiva y sexual.
Si tienes pareja, acostúmbrate a tocarla más. Acaríciala, abrázala, utiliza todo lo que hemos visto hasta ahora. Esto fortalecerá vuestra relación, su cerebro sentirá que estás cuidando de él o de ella.
Eso sí, recuerda. Unos toques suaves, no se trata de estar allí machacando a la persona.
Por supuesto, tenemos que aplicar todas las medidas que los expertos nos indican para evitar más contagios.
Pero cuando lo del coronavirus haya acabado, volveremos a tocarnos y conseguir todo lo que este sentido nos proporciona.