Para adentrarnos en las diversas fases del ciclo femenino, es fundamental comprender cómo las fluctuaciones hormonales a lo largo de este proceso pueden ejercer un impacto significativo en nuestras emociones y estado de ánimo.
Pero una vez que las conozcamos o recordemos, podremos sacarle partido a todo lo referente a nuestras variantes hormonales, para vibrar en nuestra propia energía.
Fase menstrual: comienza con el primer día de la menstruación, cuando el revestimiento del útero se desintegra. Durante este tiempo, muchas mujeres experimentamos una notable disminución en los niveles de energía, ya que tanto el estrógeno como la progesterona alcanzan sus niveles más bajos.
Por este periodo, es común experimentar un mayor deseo de descanso debido a la disminución de energía, lo cual puede llevar a sentir cansancio y fatiga, especialmente si se experimentan molestias físicas asociadas con la menstruación. Además, es posible experimentar sensaciones de sensibilidad emocional.
Fase proliferativa: como expresa el término «proliferar», aquí es cuando se arranca a crear todo el mecanismo. En el útero, se vuelve a formar el revestimiento que «ayer» se desintegró y la hormona del estrógeno experimenta un aumento significativo. Esto puede traducirse, para algunas mujeres, en una sensación de mayor energía y motivación.
Fase de ovulación: esta etapa representa el período más fértil del ciclo menstrual, ya que es cuando el óvulo, en su estado de madurez, es liberado. Durante la ovulación, algunas mujeres experimentan un aumento de energía, posiblemente relacionado con un incremento en la libido debido a la elevada concentración de estrógeno.
Fase lútea: después de la ovulación, el cuerpo se prepara para la posibilidad de un embarazo. En la primera parte de esta fase, si el óvulo no es fertilizado, los niveles de progesterona aumentarán para mantener el revestimiento del útero en caso de una posible implantación.
Sin embargo, si no hay embarazo, los niveles de progesterona disminuyen hacia el final de la fase lútea, marcando así el inicio del próximo ciclo menstrual. Algunas mujeres pueden experimentar una disminución de la energía y cambios en el estado de ánimo durante la fase lútea, especialmente en los días previos al inicio de la menstruación.
Pre-menstruación: Aunque no se considera una fase independiente, ya que se asume como parte de la Fase Lútea, es importante destacar que antes del inicio del período, algunas mujeres pueden experimentar síntomas emocionales más intensos.
Esto incluye irritabilidad, cambios repentinos de humor, sensibilidad extrema y sentimientos de tristeza o ansiedad, puesto que, como les mencioné, los niveles de hormonas disminuyen en ausencia de embarazo. Estos síntomas forman parte del síndrome premenstrual (SPM) y varían en intensidad de una mujer a otra.
Es como una montaña rusa causada por las hormonas, que suben y bajan según su concepto propio. Puede que mi interpretación racional suene un poco déspota, pero lo puedo asociar a una maquinaria que repite su proceso mes tras mes.
Pero ¿qué pasa a nivel emocional? o ¿cómo podemos usar todo este conocimiento a nuestro favor?
Mi concepto ante todo este proceso es que como estamos adaptadas anatómicamente para «proliferar» la especie, al momento que no se cumple con este propósito, nuestras emociones se confunden, ya que si el embarazo se estuviera gestando nuestros niveles de hormonas estarían más estables.
Sin embargo, no todos los cartuchos han sido quemados, siempre podemos usar estas fases a nuestro favor y aceptar nuestras variantes hormonales para que el día a día, tenga más sentido y sea más productivo.
En la primera fase podemos priorizar el descanso y la atención personal, escuchar a nuestro cuerpo y ajustar las expectativas según sea necesario. Con la fase prolífera se aumenta nuestra creatividad, por esto debemos aprovechar nuestras energías crecientes y la claridad mental porque esta es una excelente fase para tomar decisiones importantes y abordar proyectos creativos o nuevos.
Mientras nos encontramos en la ovulación, muchas mujeres experimentamos un aumento en la sociabilidad y la comunicación efectiva durante esta fase. Por esto estos días son excelentes para reuniones importantes o eventos sociales. Y para el final del ciclo contamos con una mayor concentración y enfoque. Así que es un buen momento para tareas que requieren atención a los detalles.
No obstante, es bastante diferente para los hombres, ya que no experimentan cambios hormonales tan bruscos. Sin embargo, se pueden relacionar con los ciclos lunares o estacionales, sugiriendo que los hombres podrían experimentar cambios en sus propias energías cuando se alinean con estos ciclos.
Considerar nuestros cambios nos permite sobrellevarlos de manera más efectiva y aceptarnos con mayor facilidad. Aunque es verdad que no todas las mujeres tienen un ciclo menstrual regular, los consejos presentados pueden ayudarnos a todas a conectarnos mejor con nuestra energía femenina.