El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cumple 60 años de haberse constituido, el 8 de abril de 1959, en Washington D. C., Estados Unidos.
Orígenes y significado
20 países originalmente lo fundaron, entre ellos Costa Rica. Hoy en el Banco Interamericano de Desarrollo se agrupan casi 50 países, por las alianzas estratégicas que alrededor suyo se han configurado con presencia de países de varios continentes, que se han sumado a colaborar en todas las políticas, proyectos y apoyos, de diverso tipo, que se generan con ánimo de resolver los problemas regionales y particulares de los países miembros para avanzar a estadios superiores y mejores de desarrollo y de crecimiento económico, y para fortalecer políticas públicas que incidan en derrotar niveles de atraso, de pobreza, de marginación y exclusión social, de estabilidad democrática y de mejor gobernabilidad institucional.
Desde entonces ha funcionado como la organización financiera internacional más importante, en el campo regional continental, de América Latina, cuya sede está en Washington (EEUU), y como uno de los motores mas destacados para impulsar el avance de los países socios y miembros, en su crecimiento y desarrollo.
Surgió en el entorno del desarrollo de la Guerra Fría a escala mundial, pocos años después de la derrota del eje nazi-fascista, del surgimiento del sistema mundial socialista, a partir de 1945, y de la superación de los años del macartismo en los Estados Unidos, a finales de la década del 50, pero bajo nuevas condiciones de presión interamericana por haber surgido en América Latina un país de características socialistas, Cuba, en 1959, y de haber brotado, en distintos países del continente movimientos insurgentes de tipo revolucionario, guerrilleros y de corte socialistas o marxistas, que pusieron de relieve atrasos y graves problemas en las estructuras agrarias productivas, industriales, económicas y financieras, de limitaciones políticas, de atrasos sociales, de intensas brechas sociales y de exclusión social, de vacíos en la educación, la salud y las obras de infraestructura básicas, que producían agudización de pobreza y extrema pobreza, tanto en el campo como en las ciudades, con hacinamientos poblacionales, aislamientos de grupos sociales, profundización de la brecha campo ciudad, con procesos migratorios intensos y violentos campo ciudad, y de deterioro de las condiciones ambientales.
Alianzas estratégicas y crisis regional
El Banco Interamericano de Desarrollo se apoyó también en el marco propuesto por la Alianza para el Progreso, en la década del 60, superados los impactos del Plan Clayton para América Latina, y su Punto IV que bastante incidencia tuvo, incluso en Costa Rica.
Parte de este esfuerzo se volcó en apoyar la iniciativa de la creación del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) con un financiamiento de cooperación técnica, constituyéndose en uno de los ejes estratégicos de impulso a los proyectos y programas de apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, junto con los préstamos, ayudas que por medio del (BCIE) se canalizan o han canalizado hacia la región y a Costa Rica.
Los esfuerzos del Mercado Común Centroamericano se truncaron con conflictos regionales, la guerra entre El Salvador y Honduras, 1969, y la insurgencia guerrillera en la región que lo obstaculizaron.
Desde el inicio de la década del 70 y hasta avanzada la década del 80, de nuevo el continente, y particularmente la región centroamericana, se vio agitada por este tipo de movimientos político revolucionarios, que condujeron al surgimiento en el poder político de la llamada Revolución Sandinista, hasta 1989, y de los movimientos que, impulsados por grupos de países, desde finales de los 70., hasta los acuerdos de Esquipulas produjeron las condiciones para lograr la Paz en Centroamérica, en lo que se destacó de manera especial el presidente de Costa Rica, Óscar Arias Sánchez, reconociéndosele ese esfuerzo con el Premio Nobel de la Paz, en 1987.
En las circunstancias de la década del 80 para Centroamérica se impulsó paralelamente, por parte del gobierno de los Estados Unidos el Plan de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, como alternativa de acceso al mercado de los Estados Unidos, en virtud de los obstáculos reales existentes en Centroamérica, especialmente en sus estructuras de comercio y exportación.
Hasta ese momento en el continente predominaron dictaduras, gobiernos militares, autoritarios, no democráticos sobre los gobiernos democráticos.
Desde entonces, cuando se alcanzaron los acuerdos de paz en la región, hasta hoy, predominan los gobiernos y sistemas democráticos, surgidos de procesos electorales, y se rechazan desde la OEA los gobiernos que no tengan el origen y fundamento democrático electoral, lo que se consolidó con la aprobación de la Carta Democrática a inicios de este siglo XXI, en que se rechazan gobierno no democráticos, surgidos de golpes de estado, y dictaduras.
A ello se sumaron los diferentes momentos de agudas crisis internacionales, resultantes de procesos inflacionarios o recesivos, de caída de precios de productos de exportación local o centroamericanos.
Nuevos gobiernos, nuevos desafíos y una nueva situación regional
La primera década de este siglo XXI incluso, como parte de este desenvolvimiento político democrático se crearon condiciones para que surgieran varios gobiernos, especialmente en Sur América, de carácter reformista y populistas, que se llamaron o se cubrieron, así mismos, bajo el manto del llamado Socialismo del Siglo XXI, para el caso de Venezuela, de la Revolución Ciudadana para el Ecuador, de la Revolución Pluricultural y Multiétnica para el caso de Bolivia. El concepto de Socialismo del Siglo XXI fue más una consigna panfletaria y de agitación antiimperialista que un proyecto político de realizaciones político económicas reales, novedosas y alternas al modelo capitalista desarrollado en América Latina.
Desde el 2008 y particularmente desde el 2013 el concepto de Socialismo del Siglo XXI, y los otros han dejado de agitarse y se han provocado cambios profundos en las estructuras gubernativas de estos países, impulsándose nuevos modelos de desarrollo económico y nuevos énfasis políticos.
Nuevas corrientes reaccionando contra esas, de tipo populista, surgen hoy en el continente.
En este escenario el Banco Interamericano de Desarrollo ha jugado un gran papel, sin haberse convertido en un instrumento de la Guerra Fría, ni de las políticas de las potencias hegemónicas regionales, contribuyendo a financiar proyectos viables de desarrollo económico, social e institucional, para promover la integración comercial regional en América Latina, en Centroamérica y el Caribe, así en relación a las nuevas temáticas del desarrollo y crecimiento económico que se impulsan, vinculadas al entorno biocultural, ecológicas y biológicas, de energías limpias, de nuevos hábitos de consumo, de la revolución científica y tecnológica que ha significado la computación y las tecnologías electrónicas, al alcance popular, y de manera determinante en los sectores productivos de diverso tipo, junto con las nuevas políticas surgidas del desarrollo de los tratados comerciales, que de diferente tipo se han venido realizando en el continente desde 1990. Solo Costa Rica ha ratificado 16 Tratados, con la complejidad que ello conlleva y las transformaciones que ha provocado en los distintos sectores nacionales, así como en los diversos sectores políticos sociales que de una u otra manera se sienten afectados o beneficiados por ellos.
Otro elemento propio de este período es la superación de las economías mono productoras y de mercados mono dependientes que caracterizaron a la mayoría de los países del continente para pasar a economías de amplios mercados y multi productoras, de amplia diversificación productiva, no solo agraria. En el caso costarricense pasamos de ser un país dependiente de menos de una docena de productos de exportación hacia finales de la década de 1980 para tener hoy una canasta exportadora que ronda los 5.000 productos.
El BID, el principal mecanismo de financiamiento multilateral
En este contexto el Banco Interamericano de Desarrollo se desenvolvió hasta llegar a ser hoy el mayor de todos los bancos regionales de desarrollo del mundo, convirtiéndose en el principal mecanismo de financiamiento multilateral para gran cantidad de proyectos de los distintos países, en diversas proyecciones que se concretan en el impulso de programas y proyectos.
Esa proyección atiende áreas como las siguientes: agricultura y desarrollo rural, agua y saneamiento, ciencia y tecnología, comercio, desarrollo y vivienda urbana, educación primaria, secundaria y universitaria, empresas privadas, desarrollo de pymes, energía, integración regional, inversiones sociales, medio ambiente y desastres naturales, reforma y modernización del Estado, salud y transporte, electricidad, sector bancario público y privado, seguros, becas de estudios, financiamiento de proyectos de investigación en diferentes ramas, apoyo institucional al Gobierno, a sus diferentes instituciones, a sectores cooperativos, industriales, artesanales, de mujeres y jóvenes, campesinos y sectores agrícolas, entre otros campos que se impactan con su discreta presencia.
Palabras claves, acciones directas, el secreto del BID
La filosofía del Banco Interamericano de Desarrollo ha descansado igualmente en promover el crecimiento económico, la integración regional en América Latina y el Caribe, con políticas, ayudas y prácticas institucionales que sean ambiental y socialmente sostenibles, y que permitan avanzar en la reducción efectiva de la pobreza con una mayor equidad social.
Esto se ha impulsado con las ayudas efectivas en el campo económico financiero, y productivo e institucional, como en el de las asesorías especializadas y los estudios y análisis particulares de las diferentes situaciones, individuales o colectivas de países.
Las palabras claves de las acciones del Banco Interamericano de Desarrollo han sido, y son, altamente positivas: actualizar, aliviar problemas, apoyar, asegurar, asesorar, asistir, aumentar capacidades, especializar y producir, brindar préstamos reembolsables y no reembolsables, capacitar, consolidar, construir, contribuir, cooperar, desarrollar, dinamizar, diseñar, donar, educar, elaborar, elevar niveles en los distintos campos donde se proyecta, emprender, estimular, estudiar, expandir áreas o sectores productivos, expandir áreas y actividades, facilitar, financiar, fomentar, formular, fortalecer, impulsar estudios, impulsar programas y actividades, incluir, instalar, mejorar, modernizar, preparar, promover, proporcionar, suministrar.
Todos los programas, actividades, apoyos financieros están inscritos con esos conceptos.