A punto de terminar el bachillerato, estaba perdido. Me gustaban tantas cosas que no sabía qué carrera elegir. Recuerdo búsquedas intensas en internet de las facultades que más me llamaban la atención. Cada mañana cuando me encontraba con mis compañeros de clase y le comentaba mi elección definitiva de la carrera a seguir, me decían «a ver cuánto te dura», porque cada día iba cambiando. Era muy difícil, me gustaban (y me siguen gustando): la política, la comunicación, la psicología, la criminología, la filosofía y la literatura.
Así que después de haber sacado plaza en una carrera de comunicación, la rechacé y decidí matricularme en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Milán. Fueron unos años muy bonitos entre exámenes, amigos, compañeros y una ciudad fantástica: Milán.
La universidad italiana tiene muchos defectos, pero creo que es mas justa a la hora de cobrar las matrículas.
En España el sistema implementado para el pago de la universidad, en mi opinión como profesor y como estudiante, es una vergüenza. Esta tan mal hecho que creo que el adjetivo «publica» está totalmente equivocado.
Primero el hecho que se paguen los créditos no me parece correcto, pero lo que incluso me parece absurdo es que, si no te presentas a una asignatura, el año siguiente el precio se dispara y debes pagar el doble o el triple de lo que valía anteriormente, como si fuera acciones de la bolsa.
Y no me refiero si suspendes, hablo de si no te presentas al examen. ¿Es un castigo? ¿La pedagogía de la universidad española es el castigar económicamente a los estudiantes?
¿Jóvenes que están intentando sacarse una carrera, que se la pagan sus padres o que trabajan el fin de semana par poder ahorrar viviendo en pisos compartidos y pagando una habitación a 400 euros?
En la universidad italiana pagas el entero año universitario y en ese precio están todas las asignaturas de ese año. Tú decides a cuál presentarte, en cuál asistir a clase y finalmente a cuál acudir al examen.
Pedagógicamente hablando, es algo muy bueno y que los mismos alumnos desean porque ganan en autonomía, la tanta esperada autonomía que nunca han experimentado durante su trayectoria educativa. Ahora tienen que madurar sus competencias personales en organización y método de estudio para organizarse los horarios y los exámenes.
No tienes que agobiarse por cuántas asignaturas matricularte, con la duda que si te matriculas a muchas a lo mejor no te presentas porque no sabes cómo son las asignaturas y cuánto trabajo te llevan, ni si estas currando, si te sale un proyecto laboral eso te va a quitar tiempo al estudio y a tu familia. Pero tampoco si te apuntas a pocas, no te sientes un fracasado, ni frustrado por no haberte apuntado a más.
Yo aquí en España estoy cursando el grado en psicología: si me matriculo tengo que elegir las asignaturas de antemano y pagar cada una de ella, si me arrepiento no puedo modificar la matricula, y si me apunto a menos para luego añadir una asignatura, puedo hacerlo si, y solo si, hay un mínimo de créditos. Esto es un infierno. He tenido que pagar una asignatura tres veces, no por suspender, sino por no presentarme ya que tuve más trabajo de la cuenta. Tú no sabes lo que te va a deparar el año, no tienes una bola de cristal.
Otra característica que me tiene desconcertado es el precio de los créditos, en Italia, que es la realidad que conozco en primera persona, la universidad se paga según la renta que tienes. Y creo que es una manera para acercar la gente a que estudie una carrera universitaria. Mi situación familiar es diferente a la de otros, ¿cómo podemos pagar lo mismo? Es de locos y es injusto. En Italia hay un documento que se llama ISEE (acrónimo de indicador de situación económica) que calcula tu matrícula universitaria según la renta, cuánto ganas y cuántas personas tiene tu núcleo familiar. Creo que es una manera proporcional y justa.
En un video promocional una rectora de una universidad dice «espero que la educación universitaria pueda romper el techo de cristal». Perdona, pero el techo de cristal no se romperá si la universidad es un banco y el techo de cristal lo estay construyendo vosotros con una universidad cara e injusta.