Simón Bolívar nació en Caracas (por entonces perteneciente a la Capitanía General de Venezuela, Imperio español) en 1783, muy rico y murió pobre el 17 de diciembre de 1830 en Santa Marta (Gran Colombia, la entidad política vigente entre 1819 y 1831). Nació en cuna de oro, rodeado de parientes pertenecientes a la aristocracia criolla venezolana, y su familia formaba parte de la oligarquía mantuana. Su nombre completo era Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. A pesar de su rimbombante nombre, le tocó morir en una simple cama de madera y ni siquiera murió con su ropa, sino con un traje que le prestó su médico el Dr. Alejandro Prospero Révérend, además de haber sido abandonado por todos sus «amigos» y compañeros de armas. Su deceso se debió a una probable tuberculosis (al final se trata el tema), con la cual perdió la última batalla de su vida.

Había quedado huérfano a la edad de 9 años. Su padre falleció cuando tenía 6 años y su madre a los 9 años. Ambos murieron a causa de la tuberculosis. Quedó primero en manos de su abuelo y luego de un tío. Por constantes enfrentamientos con el tío, fue enviado a vivir en casa de su maestro Simón Rodríguez. Al tiempo este partió para Europa, quedando Bolívar muy aislado. En el año de 1799 a los 16 años fue enviado a España a continuar sus estudios de historia, religión, literatura, geografía, matemáticas y arte militar, aparte de inglés y francés. En Madrid, acompañado a sus estudios, frecuentaba los salones de lectura, baile y tertulia de la capital. A pesar de haber tenido aventuras amorosas con diversas mujeres, no tuvo hijos.

Nadie hubiera pensado que, de ese joven alocado y parrandero hasta los 26 años, podría luego salir el Gran Libertador. En España y Venezuela estaba catalogado como un mozo rico, frívolo, mujeriego e impertinente, gastador del minuto y del capital de su familia. Para llevar esa vida de gastos hay que recordar que su fortuna procedía de la agricultura, las minas de cobre, oro y plata que su familia tenía en Venezuela. Pero todo cambió cuando conoció en España a la joven María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, pues se enamoró y se casó con ella a la edad de 19 años. Juntos regresaron a Venezuela a vivir en su finca en San Mateo, donde aquélla falleció en el año 1803 por un posible paludismo o fiebre amarilla.

Fue entonces, en realidad, cuando su vida comenzó a cambiar, dejando la alegre forma de vivir que tenía, ya que se llenó de tristeza, hastío y soledad, y esa calma le permitió fijarse en los graves problemas de su pueblo. A los pocos meses regresó a Madrid y de ahí se trasladó a París, donde se reencontró con su antiguo maestro y amigo Simón Rodríguez, quien le hizo ver lo inútil de su vida y que podía cambiar la misma si se entregaba a la ambición y la gloria. Lo anterior y el contacto con los pensadores de esos tiempos y las glorias de Napoleón que lo deslumbraban, le provocaron una crisis de conciencia, la cual lo hizo cambiar su visión de la vida.

Él señala que para cambiar de forma de conducirse tuvo una inspiración. Estando en el Monte Sacro de Roma, en agosto del año 1805, acompañado de su maestro Rodríguez y de su cuñado Fernando del Toro dijo:

Juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi amor y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español.

Bolívar no falló en esta promesa, aunque con ello gastó su patrimonio familiar y su vida.

El Libertador años después decía que había gastado su fortuna en el proceso revolucionario de liberar los países de la Gran Colombia y si bien no había dejado bienes materiales, al final su riqueza fue espiritual, que es la más valiosa. Señaló que el que trabaja por la libertad y la gloria no debe esperar más recompensa que lograr ambas. Sin embargo, fue muy doloroso para él la soledad en que se encontró al final de su vida. Antes de morir dictó una pequeña proclama. «Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo a la tumba». Al final sus deseos no se hicieron realidad.

Simón Bolívar era de esas personas que no se dejan vencer por la adversidad. Sus ejércitos tuvieron varios reveses y a pesar de ellos se levantó después de cada uno y lideró las campañas militares que dieron la independencia a: Venezuela (Capitanía General del Reino de España), Colombia, Ecuador, y con el triunfo en las batallas de Junín y Ayacucho (1824), logró la caída del Virreinato español en Perú, centro del reino de España en América del Sur, al liberarlo también lo hizo con las tierras que luego se llamó Bolivia.

Entre sus logros están: haber sido el primer presidente de Colombia de 1819 a 1830. Segundo presidente de Venezuela, 1813-1814. Luego volvería como presidente del mismo país en febrero de 1819 a diciembre 17 de 1819. Presidente del Perú de 1824 a 1827 y primer presidente de Bolivia de agosto de 1825 a diciembre 1825. Sin embargo, él decía que lo que más le satisfacía era haber contribuido decisivamente a la independencia de España de los siguientes países: Venezuela, Nueva Granada (Colombia), Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia.

A su regreso a Venezuela a mediados de 1807 (había estado recorriendo los Estados Unidos), retornó a su ocupación de hacendado. En esos momentos ya se respiraba el descontento en la población por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española que tenía el poder y la clase mantuana (criollos blancos descendientes de españoles), la mayoría de los terratenientes y el resto de la sociedad incluyendo a mulatos y esclavos. Bolívar apoyaba reuniones con miras a organizar la resistencia de los criollos contra los españoles. En ese país los españoles manejaban el Gobierno, desde el gobernador, los capitanes del ejército, los magistrados y jueces, la policía, los arzobispos y obispos. Los venezolanos en el ejercito eran subalternos y las exportaciones e importaciones se realizaban con intermediarios españoles. Lo anterior, unido a que Napoleón había invadido España, favoreció el inicio de los movimientos de independencia en 1808.

El Libertador creía que la educación del pueblo era el primer deber del Estado. Había que fundar escuelas y universidades, ya que la cultura llevaba a la verdad y era esta la que hacía libres a los hombres. Insistía en que Sudamérica, para lograr ser fuerte, requería que los países se unieran tras la independencia de España y lograr así una unidad económico-política de los pueblos actuando dentro de la libertad, algo que él explicó posteriormente en su Carta de Jamaica.

El hecho más oscuro de la vida de Bolívar

El descontento continuó con los años creciendo en Venezuela, y en 1811 una revuelta obligó al Gobernador español a ceder sus poderes, siendo enviado a España, con el resto del Gobierno. Francisco de Miranda regresó a Venezuela y al mando de una tropa logró derrotar a un contingente de españoles y venezolanos realistas, recuperando Valencia, siendo luego nombrado primer presidente de Venezuela. A su vez nombró a Simón Bolívar coronel y pese a su inexperiencia, lo hizo jefe militar de Puerto Cabello, la principal plaza de los venezolanos y donde estaba la mayor parte del arsenal militar y por donde ingresaban los barcos con mercancías al país y los pertrechos militares para los soldados españoles que quedaban en Venezuela.

Los diezmados ejércitos españoles continuaban peleando en Venezuela y debido a la inexperiencia de Bolívar, Puerto Cabello cayó en manos de los españoles. Bolívar, derrotado abandonó la plaza y escapó a la ciudad. Entonces la ciudad fue atacada por el capital español Domingo Monteverde, las tropas venezolanas comenzaron a ceder. Miranda, ante el hecho de que una resistencia arrasaría con lo que le quedaba del ejército y temiendo también muerte de civiles, capituló. Fue así como se volvió a instaurar el dominio español en Venezuela.

Miranda y un grupo de colaboradores en julio de 1812 decidieron irse de Venezuela para organizar una nueva lucha. Lamentablemente, fue engañado por un grupo de subalternos entre los que descollaba Bolívar, quienes lo arrestan en el puerto de la Guaira, en desacuerdo con el armisticio que aceptó Miranda, siendo luego entregado a los españoles.

A su vez, vergonzosamente, Bolívar huyó en un barco a Curazao, gracias a un salvoconducto que le dieron los españoles y en consideración a que les había entregado a Miranda.

Camino a la gloria

Simon Bolívar volvió tiempo después a Cartagena (Colombia), donde le dieron un batallón de soldados con el cual derrotó en Cúcuta a un ejercito español. En razón de eso el Gobierno de Nueva Granada lo nombró general. Solicitó permiso al Gobierno de Cartagena para ir a pelear a Venezuela. En 1813 regresó a su país con un contingente y derrotó a los realistas en varias batallas. Ingresando a Caracas en agosto de 1813, donde le dieron el título de Capital general y de «Libertador». Él organizó el Gobierno en el período comprendido entre agosto de 1813 a julio de 1814, y funda la Segunda República Venezolana.

Pero en ese mismo año de 1814 el capitán realista José Tomas Boves y sus llaneros, derrotaron a las fuerzas de Bolivar y éste tuvo que dejar Caracas. Se fue primero a Cartagena y de ahí a Jamaica, donde escribió la famosa Carta de Jamaica explicando la necesidad de crear con los países liberados una Gran Colombia, reconociendo que esa idea era de Francisco de Miranda, su antiguo jefe, que además era el precursor del movimiento de independencia de Venezuela. De esa manera El Libertador rescataba la idea y trataría de llevarla a cabo.

No debemos olvidar que, por otro lado, y al mismo tiempo luchaban por esto, San Martín, O'Higgins, José María Delgado y José Cecilio del Valle y otros. Lo qué si es cierto es que él tuvo el privilegio de concretar y materializar sus ideales con ayuda de algunos generales como Nariño, Páez, Sucre y Santander, entre otros. Estos ideales los expuso en el Congreso de Panamá que convocó con el fin de tratar de unir a los países americanos. En todo caso, él nos legó su ideal bolivariano cuando afirmaba que había que luchar por la libertad, la fraternidad, la justicia y el progreso de los pueblos.

En 1816 volvió de Jamaica a Venezuela con 650 soldados e invadieron Ocumare de la Costa, pero, después de una batalla con los realistas, huyó, dejando a una parte de su ejército sin jefe en Ocumare, algo que los generales colombianos Mariño y Piar le recriminaron y hasta amenazaron con fusilarlo por ese hecho, por lo que Bolívar se fue a Haití, donde el presidente Alejandro Petión de ese país le dio ayuda, regresando al Continente en 1817, con tropas y pertrechos. Conquistó Angostura y a partir de ahí poco a poco va derrotando a los españoles; estando muy maltrechos los ejércitos realistas por falta de recursos, ya que la Corona española no le ayudaba, y ante el empuje constante de Bolívar y de Francisco de Paula Santander, el general español Morillo es derrotado en la batalla de Boyacá en 1819, dejando entonces el general español las ciudades de Cúcuta y Bogotá.

Nace así la Gran Colombia que abarcaba en estos inicios a Venezuela y Nueva Granada (Colombia). Simón Bolívar fue elegido presidente y Santander vicepresidente.

Debemos señalar que, después de un armisticio de paz de 9 meses firmado con los españoles en Venezuela, se reinicia la lucha y con la batalla de Carabobo en junio de 1821 ganada por El Libertador se completa la derrota de los españoles, la cual se convierte en definitiva cuando pierden Puerto Cabello liberándose definitivamente a Venezuela de España.

Bolívar nunca olvidó la ofensa de los generales y apenas pudo y cuando tuvo poder, fusiló al general Piar, acusándolo de deslealtad, pese a que éste había conquistado Guyana y la Angostura, lo que no le valió de nada, quedando así Bolívar como único jefe del ejército.

En 1822, dos ejércitos conducidos uno por Bolívar y otro por el general Antonio José de Sucre y en la batalla de Pichincha ganada por Sucre, se libera definitivamente el Ecuador.

En Quito, Bolívar conoce a Manuela Sáenz, quién sería el segundo gran amor de su vida.

En julio de 1822, en Guayaquil, Bolívar conferenció con el general San Martín, que venía procedente del Perú; nadie sabe que ocurrió en esa reunión pues fue secreta, luego de la misma San Martín regresó a Buenos Aires. A mediados de 1823, Bolívar conquista Lima (Perú), siendo nombrado Dictador (tiempo después él rechazó este nombramiento). En 1824 en unión con el general Sucre, derrotan al ejercito español en la batalla de Junín, luego Sucre remató a dicho ejército en la batalla de Ayacucho acabando con el dominio del virreinato español del Perú. Termina así la fase militar de la independencia.

En 1825 los criollos del llamado Alto Perú (zona liberada por Bolívar), crearon un país llamado República de Bolivia en honor a Bolívar. Este no le prestó atención a esta separación. En setiembre de 1826 Bolívar regresó por mar a Colombia, dejando en Perú un Consejo de Gobierno.

En setiembre de 1828 hubo un intento de asesinato en Bogotá contra Bolívar, pudiendo éste huir gracias a la ayuda de su amante, Manuela Saenz. Esta conspiración fue organizada por militares. El general Santander sabía de la misma y al no comunicarle nada a su jefe, por eso, al fracasar la misma, tuvo que exilarse para evitar ser fusilado. A partir de ese momento las disputas entre facciones rivales en el ejército y en los gobiernos se hicieron constantes; de tal forma que Venezuela se declaró independiente de la Gran Colombia. Luego Colombia le declaró la guerra a Perú por invadir Guayaquil.

Estando él en Bogotá actuando como presidente de Colombia, el país se encuentra lleno de conflictos y oposición hacía él. No estando bien de salud, decide renunciar a la Presidencia y emprende viaje a Cartagena, con solamente 17.000 pesos como todo su capital. Debido a su mala salud y a la pobreza no pudo viajar al exterior.

En julio de 1830 supo del asesinato de Sucre y se deprimió mucho lo que agravó su dolencia, por lo cual se fue a la quinta de San Pedro Alejandrino en la ciudad de Santa Marta en diciembre de ese año. Ahí, al agravarse su padecimiento, fue atendido por el médico francés Alejandro Próspero Révérend, sin resultados ya que falleció en ese mismo mes debido a una posible tuberculosis según su médico, quién hizo la autopsia del cuerpo del Libertador, siendo enterrado luego con la presencia masiva de la población en esa ciudad. Años después, sus restos fueron traslados al Panteón Nacional de Caracas.

En el año de 2010 el presidente de Venezuela Hugo Chávez, exigió exhumar sus restos para investigar la causa de la muerte En julio del 2011 los investigadores encargados de la autopsia de los restos del cuerpo señalaron que los restos óseos no mostraban huellas de tuberculosis (pero esto sólo se presenta en algunos casos cuando esta enfermedad está muy avanzada), como no existían los pulmones usualmente el sitio primario de esta enfermedad, entonces opinaron que la muerte se debía a un trastorno electrolítico. Otros señalaron que la causa no pudo determinarse y otros que no era posible descartar la muerte por tuberculosis.

Una extraña anécdota

En los tiempos en que Bolívar conquistaba países. Karl Marx, lo criticaba muy duramente señalándolo como un aristócrata pueblerino, orgulloso, vanidoso e intrigante, copia mala de Napoleón y un cobarde que abandonaba a sus hombres en la derrota.

Posiblemente influyó en esta crítica el papel de Bolívar al encarcelar a su superior Francisco de Miranda por haber firmado un armisticio con los españoles al verse derrotado y tratar de irse de Venezuela. Lo que inmediatamente hizo Bolívar. Lo llamaba el «Napoleón en retirada». Sin embargo, jamás se refirió a que Bolívar se levantaba en cada caída o derrota y lograba posteriormente un éxito.

Los pensadores que más influyeron en su persona fueron: Andrés Bello y Simón Rodríguez, Rousseau, Humboldt y, sobre todo, Montesquieu. Éste influyó mucho en la génesis de su pensamiento político y constitucional. Además, Adam Smith, Voltaire y finalmente Tomas Jefferson de Estados Unidos. Bolívar era admirador de la Revolución de ese país y un crítico de la Revolución Francesa por el desorden que había creado. En su Carta de Jamaica señala eso.

Bibliografía

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