Sebastian Francisco de Miranda y Rodríguez Espinoza nació en Caracas en marzo de 1750 y falleció en Cádiz (España) en julio de 1816 en una prisión. Se ha dicho que él era el americano más universal, debido a que recorrió el mundo de su tiempo. Entre los países que visitó están España, Inglaterra, Francia, Rusia, Holanda, Suecia, Italia, Asia Menor, América del Norte y del Sur y el Caribe, cultivándose y conociendo los diferentes costumbres y formas de gobierno. Además, participó como oficial o general en las Revoluciones de Estados Unidos, Francia y en América del Sur en la de Venezuela. Se ha señalado un posible origen judío, pues una multitud importante de judíos, huyendo de la Inquisición española, se radicaron en las Islas Canarias, donde nació su padre.

Tal vez, por sí mismo, no fue un conquistador como Alejandro, Cesar, Napoleón o Simón Bolívar, pero sí, en cambio, sus ideas iluminaron a muchos grandes militares en diversos lugares del mundo. Se le considera precursor de la Emancipación de Iberoamérica de España debido a sus ideas y esfuerzos iniciales, lograda luego en parte por Bolívar, San Martín y otros. Él fue el creador del proyecto político-social y militar llamado Gran Colombia, que Simón Bolivar trató de consolidar una vez que se llevó a cabo la liberación de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, incluyendo a Panamá, en el año 1826 para formar una sola Nación, lo que lamentablemente no se logró.

La pregunta que surge es si la familia de él era muy rica para que pudiera tener la oportunidad de viajar tan largo y a tantos países. La historia nos señala que el padre de él era un humilde trabajador en las Islas Canarias, que luego se trasladó a Caracas en Venezuela, y ahí triunfó como comerciante de telas, y gracias a eso logró ascender en la escala social casándose con una venezolana de origen español con la cual tuvo nueve hijos, siendo el primogénito Francisco. Gracias a la fortuna de su padre y por ser ellos blancos, pudo ingresar a la Universidad de Caracas, aunque los criollos blancos de esa ciudad descendientes de españoles y que formaban parte de una sociedad conocida como Mantuanos, no aceptaban como tal al padre de Francisco y creaban conflicto racial al resto de los venezolanos criollos y blancos. Este grupo le provocó problemas al padre de Francisco, el cual habiendo sido nombrado capitán del ejército, este grupo rechazó eso, al extremo que tuvo que recurrir a las autoridades de Justicia para que le reconocieran sus derechos.

Francisco ingresó a la Universidad de Caracas donde estudió religión, latín, historia, aritmética, geografía, lógica, física y metafísica; recibiéndose de Bachiller. Estudió luego inglés, francés e italiano de 1764 a 1769. Tiempo después, a la edad de unos 21 años, se trasladó a España desembarcando en el puerto de Cádiz en 1771 donde obtuvo ayuda de un amigo de su familia, el señor José, para continuar su camino a Madrid y lograr perfeccionar ahí las lenguas estudiadas en Caracas, además de trigonometría, geometría, álgebra, óptica, poesía y comedia. Por otro lado, estudió táctica, arte e ingeniería militar.

Pocos militares en el mundo han recibido los honores que le concedieron a él, por su participación en diferentes revoluciones. Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo en París y su retrato esta en Versalles y una estatua de Francisco de Miranda se encuentra en el Campo de Valmy en Francia. Aunque ahora se le rinden honores en su patria Venezuela, en el pasado no fue así.

En sus recorridos por diferentes países y participando en diversas guerras, llegó a conocer a Napoleón Bonaparte, George Washington, Catalina la Grande de Rusia, país en el que obtuvo el grado de coronel del ejército de esa nación. Trató a Federico II de Prusia, al duque de Wellington, al marqués de La Fayette, y muchos más. Y de América a Bolívar, San Martín, Sucre, Bernardo O´Higgins, Andrés Bello y muchas figuras importantes de ese tiempo.

Se ha señalado que las lecturas los autores o libros que más influyeron en él fueron las obras de Maquiavelo y de John Locke. La destrucción de las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas, Los principios del arte militar, de Federico de Suecia, los Comentarios de Julio César y muchos otros autores.

Él logró hacerse militar en España, después de su adiestramiento y exámenes y mediante el pago acostumbrado de una patente de Capitán. Ya en el Ejército, fue incorporado al Regimiento de infantería de la Princesa y luego enviado a las plazas militares de Madrid, Granada y otras más; destacándose posteriormente en la defensa de Melilla atacada por el sultán de Marruecos, lucha que duró varios meses (diciembre de 1774 a marzo de 1775). Luego fue enviado con tropas españolas a conquistar Argel, lo cual se logró.

España participó en la Guerra de Independencia de Estados Unidos con las tropas enviadas de España a la Habana donde venía Miranda, y ahí, organizadas como fuerzas expedicionarias en unión con tropas españolas estacionadas en Luisiana (en ese tiempo de España) atacaron a los ingleses en Pensacola en la Florida, culminando la batalla con un triunfo español en mayo de 1781. Miranda fue ascendido a teniente coronel.

También participó en unión de tropas norteamericanas en el ataque a las islas Bahamas, en ese tiempo inglesas, donde las tropas conquistaron todas las islas.

Un hecho destacado de ese tiempo fue que los envidiosos enemigos que tenía en el Ejército español lo acusaron a la Inquisición de antirreligioso. Al revisar sus pertenencias le encontraron libros prohibidos por lo que la Inquisición lo envió a Cuba para tratar de regresarlo a España y encausarlo y condenarlo. Con ayuda del general Cajigal, su superior en el ejército, que lo apreciaba mucho, logró escapar a la vigilancia del Gobernador de la Habana, llegando a Estados Unidos cuando había finalizado la guerra de la Independencia.

Francisco visitó Filadelfia, Boston y Nueva York, donde conoció y se hizo novio de la señorita Susana Livingston, hija del canciller, con la cual se escribió por años, sin llegar a concretar el noviazgo en un matrimonio, pues pensaba que éste le dificultaría su futuro militar. Él previamente había tenido amoríos con algunas mujeres. En su estancia en Estados Unidos, conoció a George Washington en Filadelfia, a Samuel Adams y al general Knox en Nueva York. Tiempo después de una permanencia en Boston, partió para Londres e incluso ahí la Inquisición quiso que lo apresaran, por lo que partió hacia Prusia para presenciar las maniobras militares del rey Federico II el Grande, con un amigo, el coronel norteamericano John Smith. Luego continuó rumbo a Rusia donde le presentaron a Catalina II de Rusia. En sus escritos señala que lo nombraron coronel del Ejército ruso. Luego viajó a Hungría, Alemania, Polonia, e Italia.

Su participación en la Revolución francesa se dio de la siguiente manera; a su regresó a París hizo amistad con altas figuras de los girondinos, quienes en 1791 lo nombraron, por sus conocimientos militares, general de una sección del Ejército revolucionario francés. En la campaña de 1792 participó en la conquista de los Países Bajos, en el ejército del famoso Mariscal de Francia Charles Dumouriez, actuando brillantemente en muchas batallas y por su valor y capacidad fue nombrado Mariscal de Francia en el ejército del norte. Por esa razón es que su nombre está grabado en el Arco del Triunfo de París y nada menos que Napoleón Bonaparte dijo que en el pecho de Miranda ardía el fuego sagrado de la libertad.

Regresó a Inglaterra y después de un tiempo, decidió volver a América ya que pensaba que sería importante independizar a todos los países de América en poder de los españoles y formar un gran imperio con los países desde abajo del río Misisipi hasta la Tierra del Fuego. Se le ocurrió que el nombre más adecuado sería el de Colombia para ese imperio. Con ayuda de los ingleses, que querían debilitar a los españoles, realizó una invasión a Venezuela y empleando una corbeta alquilada en Puerto Príncipe viajó a Trinidad y de ahí a Haití, donde se le unirían dos goletas y un buque para seguir hacia Venezuela y desembarcar en Ocumare de la Costa, pero sus barcos fueron interceptados por las fuerzas navales españolas que aprisionaron a dos de los tres barcos. A duras penas su barco regresó a Trinidad. Ahí el gobernador británico le facilitó a Miranda buques y equipos y pudo así organizar una nueva expedición en 1806, llegando al puerto de la Vela de Coro. Miranda y sus hombres descendieron a tierra, pero lamentablemente el pueblo no lo apoyó y sin lograr organizar un ejército que pudiera enfrentarse con éxito a los españoles, tuvo que reembarcarse nuevamente hacia Trinidad. Indudablemente el azar no le favorecía, aunque no le faltaba valor y persistencia.

En abril de 1810, estando Miranda en Londres, Simón Bolívar lo buscó y lo convenció a volver con él y otros más a liberar a Venezuela. Al llegar lo hicieron general del Ejército revolucionario. En esta oportunidad sí tuvieron los revolucionarios el apoyo del pueblo. Después de algunas exitosas batallas, el 5 de julio de 1811, asumió la presidencia de Venezuela como gobernante de la Primera República de Venezuela. Lamentablemente, el ejército español contraatacó, los venezolanos no pudieron continuar la lucha, pues, al caer en manos de los españoles Puerto Cabello, plaza militar venezolana, que estaba bajo el mando de Simón Bolívar, y dado de que por ahí le llegaban los refuerzos de España al ejercito monárquico; teniendo además en cuenta la falta de recursos de hombres y equipos que padecía, para evitar a una derrota total si persistía en la lucha, Miranda decidió firmar un armisticio con los españoles en julio de 1812.

Estando en el puerto de la Guaira para embarcar con sus ayudantes, para intentar organizarse en el exterior y volver a la lucha — poco antes de que el puerto fuera tomado por los españoles — un grupo de oficiales, entre ellos Bolívar, en desacuerdo con su capitulación, rechazaron las explicaciones de Miranda, sobre que no tenía alternativa porque estaba rodeado y no quería una matanza de sus tropas y de la población civil. El grupo, en la confusión generada por el armisticio consideró que éste era una traición y apresó y entregó a Miranda al coronel Manuel María de las Casas, comandante militar venezolano del puerto, quién se pasó en secreto a los españoles entregando a su vez a Miranda al bando español cuyo jefe era Domingo de Monteverde, junto con los otros compañeros del ejército venezolano que no habían logrado zarpar.

Algunos autores señalan que Simón Bolívar obtuvo un pasaporte para salir de Venezuela del mismo Monteverde (quién había encarcelado a Miranda), de quien se dice que expresó textualmente: Debo satisfacer el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda.

Los españoles aceptaron el regalo de Miranda y del puerto de la Guaira, lo llevaron preso al Castillo de San Felipe en Puerto Cabello y en junio de 1813 lo trasladaron a Puerto Rico y de ahí a España y lo encerraron en un penal conocido como «De las Cuatro Torres». Los españoles, pese a estar Miranda muy enfermo no lo liberaron y falleció a la edad de 66 años de una hemorragia cerebral el 14 de julio de 1816.

Lo más trágico de su final es que Simón Bolívar, culpable de su prisión, señaló posteriormente que Francisco de Miranda era el más ilustre colombiano y un venezolano universal.

Bibliografía

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Wikipedia enciclopedia. (2010). Francisco de Miranda.