Hace muchos años que los medios de comunicación son meras herramientas de propaganda con poderosísimos altavoces que pertenecen a poderes establecidos; no es coincidencia ese rol dado que varios medios de comunicación y grupos empresariales del sector estén intervenidos por bancos debido a malas situaciones económicas o directamente pertenezcan a conglomerados empresariales.
Esa circunstancia es lo que convierte a los medios de comunicación en herramientas que difunden noticias, verdaderas o falsas, que quieren que conozcamos o que deliberadamente omiten las que no les conviene que sepamos a las personas más poderosas del país. Un ejemplo; el pelotazo de Florentino Pérez con el Proyecto Castor es sorprendentemente desconocido para un gran sector de la población.
Otro ejemplo muy actual es la cantidad de noticias que recibimos de la dramático situación de Venezuela. Maduro debe convocar elecciones, es altamente nocivo para la región, eso es cierto, pero las noticias criticándolo se cuentan por decenas gracias al presunto vínculo de Podemos con el líder venezolano, y digo presunto porque, pese que ha habido cordialidad entre la formación morada y Maduro, todas las causas judiciales para demostrar que Venezuela financió a Podemos han fracasado, y eso nos sitúa en más de una quincena de casos, con especial reincidencia por parte del demagogo Eduardo Inda y su OK Diario, aunque esos detalles son desconocidos para la gran población y no por casualidad. También ha pasado desapercibido para la mayoría, y, de nuevo, no es coincidencia, que muchos de los opositores de Maduro tienen un pasado estrechamente vinculado con el fascismo y que ninguno es un santo, precisamente.
Un bello contraste con la extensa radiografía que recibimos de Venezuela lo encontramos en nuestro país vecino, Portugal. Recientemente se publicaron los resultados de una encuesta según la cual la gran mayoría de la población española incluso desconocía el nombre del primer ministro luso, Antonio Costa, cuyo liderazgo al frente de una coalición de izquierdas ha permitido a Portugal devolver ya la totalidad de los créditos recibidos durante la crisis y el rescate financiero, gracias a eliminar las medidas de austeridad impuestas desde la llamada troika. España siguió esas medidas y está muy lejos de la situación de prosperidad de Portugal. De todo eso se ha escuchado poco en los grandes medios de comunicación.
Otro tema que los medios de comunicación han omitido durante años es el de la pederastia en la Iglesia Católica. Muchos países nos llevan años de ventaja en este tema, y tan sólo recientemente se ha convertido en algo de dominio público, muy probablemente cediendo ante la increíble cantidad de casos que se han cubierto durante décadas.
La situación de sometimiento de los grupos y medios de comunicación resulta en que el receptor de la información, o consumidor, deba asumir un rol eminentemente activo, opuesto al tradicional rol pasivo, e ir a la búsqueda de información en diversos medios y fuentes si quiere información veraz y contrastada. La gran mayoría de la gente no tiene iniciativa para informarse y comprobar lo que se le dice desde los canales más consumidos, y eso es una lástima ya que, al contrario que hace décadas, ahora sí hay herramientas para hacerlo.