Juego de Tronos llega a su fin. Después de 10 años, la octava y última temporada de la serie que ha cambiado la televisión para siempre, está a punto de comenzar. El día 14 de abril podremos ver la batalla final por los siete reinos, la guerra definitiva entre los muertos y los vivos. Y aunque los fans de la saga literaria seguimos esperando el sexto libro de George R.R. Martin, nos conformaremos con saber, por lo menos, cómo acaba la serie. Antes de arrancar con los últimos ocho capítulos, hacemos un repaso a los momentos más épicos de Juego de Tronos. Si no has visto la serie, ¡mejor no sigas! Lo que viene a continuación son spoilers.
La muerte de Ned Stark
La primera temporada de Juego de Tronos devolvió a las pantallas a Sean Bean, el actor que ya nos había enamorado en El Señor de los Anillos. ¡Cómo no íbamos a quererlo también en el papel de Ned Stark! El señor de Invernalia era un hombre justo y honorable, la Mano de su amigo el Rey Robert. Por eso, cuando éste muere, y su hijo el nuevo rey Joffrey le corta la cabeza a Ned… Bueno, eso dolió. Una escena épica que ha quedado en la memoria colectiva de los fans de la serie.
La batalla de Aguas Negras
En la segunda temporada, el hermano del rey Robert, Stannis, se ha auto proclamado heredero al trono, y viaja con su ejército por el mar hacia Desembarco del Rey para derrotar a los Lannister. En la capital le espera, sin embargo, una resistencia que no espera: Tyrion Lannister. El enano le tiene preparada una sorpresa monumental: el fuego valyrio. La escena de los barcos ardiendo entre las llamas verdes en medio del mar, es inolvidable.
Dracarys
La liberación de Astapor en la tercera temporada, cuando Daenerys acaba de comprar al ejército de los Inmaculados a cambio de Drogon, subió el nivel de la serie. En el momento en que el jefe de los Bondadosos Amos toma las cadenas del dragón, le odiamos con toda nuestra alma. ¡No puede quedárselo! Pero entonces ocurre: una palabra, dracarys, y todo empieza a arder. «Un dragón no es un esclavo».
La Boda Roja
Cuando empiezan a sonar Las lluvias de Castemere en el salón de invitados de los Frey, a uno se le ponen los pelos de punta. Si has leído ese capítulo en el libro, seguro que te quedaste sin respiración. Y hay que decir que la representación de la serie le hace justicia. Los Frey asesinan a todos los Stark, incluido Robb, a su mujer y su hijo no nacido, a su madre, su lobo… En fin, a todo el que se mueve. Una escena épica, insuperable, que terminó de catapultar a Juego de Tronos al Olimpo de las series.
La boda púrpura
De una boda sangrienta que nos entristeció, a otra igual de sangrienta, pero que nos hizo saltar de alegría. La boda del insufrible Joffrey y Margaery Tyrell en la cuarta temporada, en la que el monarca recibe la muerte cruel que se merece, es uno de los momentos más top de Juego de Tronos. Esos largos minutos de agonía, con el primer plano del rey echando sangre por los ojos, dejaron claro que la serie no se anda con tonterías. Una escena muy fiel al libro que nos hizo reconciliarnos con la justicia en el mundo.
La muerte de Tywin Lannister
El patriarca de los Lannister, un estratega militar y político sin parangón, muere en la cuarta temporada de la forma más poco épica que se puede imaginar. A manos de su hijo, Tyrion — que tiene razones de sobra para acabar con su padre, todo sea dicho —, con una ballesta y mientras está sentado en el inodoro. «¿Matarás a tu propio padre en la letrina? No», le dice el padre al hijo, retándolo. Pues sí, sí que le mató.
La batalla entre Jon y el Rey de la Noche
En la quinta temporada podemos decir, definitivamente, que ha llevado el invierno a Juego de Tronos. Lo que pasa al sur del Muro es interesante, pero en esta entrega de la serie nos damos cuenta que la verdadera guerra está en el norte. Y que los verdaderos enemigos son los caminantes blancos. Cuando Jon Nieve —perdón, Targaryen —, se enfrenta a las hordas de muertos del Rey de la Noche, descubrimos que el acero valyrio los puede matar. ¡Una esperanza!
Shame!!
La todopoderosa Cersei Lannister recibe lo suyo en la quinta temporada. Se vengará de todos en la séptima, pero de momento la vemos recorrer las calles de Desembarco del Rey desnuda, recibiendo insultos, escupitajos y todo tipo de porquería que le lanzan, para redimirse de sus pecados. Como si ella fuera capaz de tal cosa… El paseo de la vergüenza nos dejó helados, y hasta hizo que nos apiadáramos de la pobre Cersei durante unos minutos. Luego se nos pasó.
Hodor!
La escena es más emotiva que espectacular, pero ha sido de las más comentadas de la historia de Juego de Tronos. El gigantón adorable que protege a Bran Stark muere desvelándonos el motivo de que sólo pueda pronunciar una palabra: Hodor. Si has visto la serie en versión original, cabe decir que tiene mucho más sentido por lo de Hold the door, y que en español la traducción dejó mucho que desear. Aún así, es un momento épico que nos hizo llorar a todos.
La batalla de los Bastardos
¡Qué capítulo! Se han visto secuencias espectaculares en la historia de la televisión, pero la batalla de los Bastardos de la sexta temporada, entre Jon Nieve y el siniestro e indescriptiblemente malo Ramsay Bolton, es de lo más tremendo. Una verdadera obra de arte de la pequeña pantalla que necesitó 25 días de rodaje, más de 600 miembros del equipo de la serie, más de 500 extras y 70 caballos. Una producción titánica que tiene un resultado maravilloso. Ese momento en que el aparece el ejército de Meñique con Sansa, cuando todo estaba ya perdido… ¡Inolvidable!
La agridulce venganza de Cersei
Ver estallar el Septo de Baelor entre las llamas del fuego valyrio fue algo que no esperábamos. La venganza de Cersei por su humillación en el paseo de la vergüenza se venía fraguando desde hacía tiempo, y se materializa cuando la reina mete a todos sus enemigos en un mismo sitio y los vuela por los aires. Mata a todos sus enemigos, pero también provoca la muerte de su hijo Tommen, que se suicida lanzándose al vacío desde el castillo. Una amarga venganza.
«No es un Nieve: es el heredero del Trono del Hierro»
Ya lo veíamos venir desde la primera temporada. Había mucho más en la historia de Jon Nieve de lo que nos habían contado. Y en la séptima temporada, lo confirmamos. El bastardo de Ned Stark no es tal cosa. Es el hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, la hermana de Ned. Fruto no de un rapto forzoso ni de una violación, sino de un amor secreto que cambió la historia de los Siete Reinos. Como le dice Bran a Sam: «Jon debe saber la verdad: es el heredero del Trono de Hierro». Y todo esto lo descubrimos mientras vemos cómo Jon y Daenerys — que son tía y sobrino sin saberlo — dan rienda suelta a su pasión. La cabeza casi nos estalla.
Todo se cerrará en la octava temporada. Sabremos quién se hace con el trono de Hierro, y qué personajes sobreviven. El 14 de abril, damos comienzo al final de una era en de las series de televisión.