Cuando en el resto de países aún debatimos si prohibir los coches diésel y sobre su efecto sobre el medio ambiente y la salud, hay un lugar en el mundo donde la mitad de los vehículos que se venden ya son eléctricos. Hablamos de Noruega. ¿El país más sostenible del mundo?
Concretamente, en 2017, el 52% de los coches vendidos en el país fueron eléctricos o híbridos, según la Norwegian Road Federation. Destacan los eléctricos puros (20,81%), los híbridos enchufables (15,86%) y los híbridos no enchufables (12,92%). Más del 13% de los habitantes del país tiene un coche ecológico. Con estos datos, Noruega es ya el país del mundo con más vehículos eléctricos. ¿Saben cuál es el porcentaje de ventas en España? Apenas alcanza el 5%.
Pero, ¿por qué hay una diferencia tan abismal entre Noruega y el resto del mundo? Pues, principalmente, por las ayudas a la compra de vehículos ecológicos. Los noruegos que poseen un coche ecológico pagan muchos menos impuestos (como el 25% del Impuesto del Valor Añadido), y están exentos de pagar peajes y tasas por aparcar o circular en las ciudades. Tampoco pagan por utilizar los ferris, y pueden circular por el carril bus en ciertas situaciones. Y, además, pueden recargar gratis el coche en un gran número de estaciones gracias al coste tan barato de la energía eléctrica.
Cero emisiones en 2030
Noruega se considera preparada para tener un 100% de coches ecológicos en el año 2015, con lo se que convertiría en el primer país del mundo en conseguirlo. Su red eléctrica puede asumir sin problemas esta cantidad de vehículos, y calcula que el consumo de electricidad en el país no aumentaría más del 6%. Noruega está comprometida a reducir las emisiones de CO2 en un 40% para 2030, para lo que se ha propuesto la electrificación de toda la flota de coches. También se está debatiendo prohibir la venta de coches de combustibles fósiles (diésel y gasolina) en 2025, siguiendo el ejemplo de Alemania, que ya lo ha aprobado para 2030.
El cambio en el país nórdico ha sido rápido y efectivo. En 2012, hace sólo seis años, más del 60% de los coches que se vendían eran diésel. Los fabricantes saben que en Noruega está gran parte de su mercado, y apuestan fuerte por este país con a penas 6 millones de habitantes. De hecho, Tesla es una de las marcas más populares entre los noruegos, y la firma ha invertido en el país creando la mayor estación de carga de coches eléctricos del mundo.
¿Tomarán ejemplo el resto de países de Europa y el mundo? Noruega es la prueba de que, cuando la política y las leyes quieren, los cambios en pro del medio ambiente pueden hacerse realidad.