En episodios anteriores hablamos del slash y empezamos a ver la correlación entre el sexo de las autoras de fanfic y la mala fama de este tipo de literatura.
Creo que todos estaremos de acuerdo con que la pornografía – en todas sus vertientes – tiene mala fama. Las películas eróticas van dirigidas principalmente al género masculino. Algo que corroboran algunas estadísticas como la de Pornhub 2017. La web tiene una media de 81 millones de visitas al día, de los cuales un 26% son femeninas.
Los motivos detrás de esta clara diferenciación entre el publico femenino y masculino de pornografía en una de las páginas más conocidas son varios. Entre ellos se encuentra el hecho de que, debido al público objetivo, al que van dirigidas, suelen ser poco woman friendly (amigable para con las mujeres). Y el hecho de que uno de los términos de búsqueda más populares entre mujeres en esta misma web sea porn for women (porno para mujeres). Categoría que ha aparecido este año y que ha ganado una popularidad de un 359%.
Este dato me lleva a la siguiente conclusión: no es que las mujeres no estén interesadas en pornografía, sino que no se las ha incluido en el target.
Existe, sin embargo, un formato que sí que se ha dirigido al sexo femenino desde hace generaciones: la literatura erótica.
La literatura erótica es un nicho de mercado que existe desde hace más de 500 años y, al igual que la pornografía en formato video, internet no ha hecho más que facilitar el acceso a la misma, con docenas de páginas especializadas en publicar erótica tanto a nivel profesional, como a nivel particular. Escrito por mujeres y para mujeres.
Así llegamos al fic, un nicho en el que autoras podían expandirse y escribir todo tipo de historias. Lo cual incluye un gran porcentaje de erótica. Durante mucho, mucho tiempo, el universo fic se ha considerado «porno para mujeres», con todas las implicaciones negativas que esas palabras conllevan. ¿Por qué para mujeres? Porque, como hablamos en el episodio anterior, los autores de fanfic son, y han sido siempre, principalmente autoras. Resulta que la mayoría de consumidores de fic, también son del género femenino. Y mucho, muchísimo fic contiene escenas explícitas. Algo que es bastante natural, teniendo en cuenta que se trata de un tipo de material que se filtra, principalmente por pairing.
Los tipos de erótica que se pueden encontrar navegando por las redes va desde una escena relativamente inocente dentro de un marco más extenso (como la escena de sexo en cualquier película) hasta aquellas historias marcadas con el tag PWP. Para quienes no lo conozcan, las siglas PWP significan: plot what plot? O porn without plot (el equivalente a ver una película erótica sin ningún, o prácticamente ningún, tipo de trama.
Como podéis imaginar, equiparar todo el fic a «porno para mujeres» es lo mismo que decir, que todas las películas son dramas de nazis. Sí, la cantidad de filmes de este tipo es importante. Sí, de una manera u otra, aparecen figuras nazis en muchísimas cintas. Pero no es, ni mucho menos, el único género que existe.
En el próximo episodio dejaremos atrás ya estas aguas picantes y nos volveremos hacia uno de los temas que más me interesan en relación al universo fandom: su impacto en la forma de comunicarse.
Hasta entonces os deseo una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo