Desde el momento en que un hijo llega a nuestra vida, nos esforzamos por darles lo mejor, nuestra prioridad en esta vida son ellos.
Para la mayoría de los padres no hay nada que nos haga más felices que verlos felices a ellos. Pero debemos tener cuidado: a veces el querer darles lo mejor puede llevarnos a caer en excesos.
Seguramente todos hemos visto casos donde los padres llenan a sus hijos de regalos, de los juguetes más caros y novedosos, puede que nosotros mismos seamos uno de ellos.
Hay muchas razones para caer en esta conducta. Algunos padres quieren suplir con regalos su falta de atención y tiempo, algunos otros pretenden dar a sus hijos lo que los ellos no tuvieron en la infancia, para algunos otros simplemente es una muestra de amor.
Sin importar cuál sea el motivo, caer en este tipo de excesos, lejos de beneficiar a los hijos, puede perjudicarlos y afectarlos psicológicamente y hasta físicamente debido a la sobreprotección y exceso de bienes materiales.
Ricopatía o el Síndrome del Niño Rico
¿Has escuchado hablar sobre el «síndrome del niño rico», ricopatía? Es un término que inventó el pediatra Ralph Minear, profesor de la Universidad de Harvard y autor del libro El niño que tiene todo en exceso. En dicho libro explica de lo que trata este síndrome.
Según Ralph Minear, la ricopatía se detecta principalmente en hijos cuyos padres cumplen con algunos de los siguientes comportamientos:
• Comprarles regalos costosos en cualquier ocasión.
• Comprar los aparatos tecnológicos más novedosos, como videojuegos, teléfonos celulares, tabletas, computadoras, etc. Aunque el niño ni siquiera sabe usarlos completamente.
• Recompensar a los niños con cosas materiales cada vez que cumple con algún deber (sacar buenas notas, cumplir con sus deberes en casa, etc.).
• Cumplir los caprichos del niño, aunque se tengan que cambiar por otros gastos y planes familiares.
• Preocupación cuando los niños dicen estar aburridos, a pesar de tener un cuarto lleno de juguetes y aparatos electrónicos.
Autoexamínate
Es importante hacernos un autoexamen para observar que no estemos cayendo en este problema. Los niños que siempre obtienen todo lo que desean, suelen tener una idea equivocada de lo que significa el esfuerzo, la gratitud, el trabajo de los demás y el verdadero valor del dinero.
Lejos de lo que pensaríamos, esta conducta se presenta mucho más en la clase media que en la clase alta. Es común ver a niños que tienen muchas cosas materiales, que ya no valoran nada a su alrededor, reciben regalos continuamente que dejan arrumbados en un rincón sin apreciarlos.
La campaña The Giving Pledges
En los últimos años, se ha visto un movimiento interesante. En 2010, Bill Gates y Warren Buffet iniciaron la campaña The Giving Pledges (Las promesas de dar).
Dicha campaña tiene como propósito, que los millonarios donen sus fortunas en vida o después de su muerte a causas benéficas, para no dejar su fortuna totalmente a los hijos.
Warren Buffet comentó que la intención de este movimiento, es que sus hijos tengan «lo suficiente para que sientan que pueden hacer cualquier cosa, pero no tanto como para que no quieran hacer nada».
Hasta el momento, por lo menos, unos cien millonarios se han unido a esta causa; entre ellos George Lucas y David Rockefeller. El objetivo de esta campaña es que los hijos de millonarios trabajen por su propio futuro y valoren el trabajo y el esfuerzo de los demás.
Y no es que no sea bueno hacer regalos, pero nada en exceso es bueno. Recordemos que nuestra responsabilidad como padres, además de proveer bienes materiales, es la educación y buenos valores.
El mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos es tiempo, atención y amor. Con toda seguridad, ellos valorarán más esto que cualquier otro juguete.