El fin de año no tiene que ser causa de estrés. Ese sentimiento que nos embarga a muchos de no haber logrado lo suficiente o tanto como queríamos en un año es algo más común de lo que piensas. Así que no entres en pánico, no estás solo.
Es una sensación que muchas personas experimentan en esta época del año y que, si no es controlada o llevada de una manera inteligente, puede socavar tu estado de ánimo hasta llevarte a un estado de depresión nada agradable.
¿Por qué sentirnos insatisfechos? Hay cosas que podemos autoanalizar sin la necesidad de salir corriendo a terapia. Nosotros mismos podemos controlar nuestras emociones y ser inteligentes a la hora de analizar nuestras metas y logros y encontrar un balance.
Te doy 5 tips para evitar la depresión de año viejo y empezar uno nuevo victorioso:
1. Meditar
Toma el tiempo para descubrir qué es lo que sientes. Ser capaz de reflexionar sobre por qué te sientes mal o qué es lo que específicamente te deprime, te ayudará a descubrir formas en las que puedes mejorar para el próximo año y te ayudará a seguir adelante.
Intenta no concentrarte demasiado en las desilusiones. Si aparecen durante tu reflexión, está bien pensar en ellas durante un corto tiempo y luego volver a centrar tu atención en reflexiones más positivas.
Reflexiona sobre el año pasado mes por mes, asegurándote de reflexionar sobre una cosa buena que sucedió en ese mes.
Revisa tu año por área de vida, toma el tiempo para concentrarse en la vida familiar, profesional, romántica, física, espiritual y financiera. Identifica al menos una cosa de la que estés orgulloso de esa área de tu vida.
2. Reconocer los síntomas de la depresión
La depresión es más que un «estado de ánimo» temporal. Intenta reconocer los síntomas y mientras reflexionas sobre tu pasado o cómo te sientes, sé honesto contigo mismo acerca de cómo te sientes en ese momento.
Puedes sentir muchas veces y sin razón alguna persistente tristeza, sentimientos de inutilidad, desesperanza o pesimismo.
Dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o quedarte dormido.
Cambios en el apetito o el peso, más hambre o menos hambre de lo normal o pérdida de peso. Cambios en el nivel de actividad, como una pérdida de interés o placer en pasatiempos o actividades que alguna vez te apasionaban.
Antecedentes familiares de depresión.
3. Aprender del pasado
Aprende de lo que sucedió y luego intenta dejarlo allí. Si no estabas contento con tu año anterior, toma esto como una oportunidad para aprender de los errores cometidos y poner soluciones en acción para el próximo año. Si no hubo errores, sino un año malo debido a que sucedieron cosas terribles, reflexiona sobre lo que has aprendido sobre tu propia capacidad de recuperación y tu capacidad para sobrellevar lo peor.
4. Ver lo bueno
Concéntrate activamente en el bien, te preparará para entrenar tu cerebro y enfocarte más en lo positivo de forma más regular. El poder del pensamiento positivo es real y, al igual que cualquier habilidad, debes practicarlo para ser bueno en eso.
Intenta enumerar diez cosas que agradeces del año pasado. Esta puede ser la gran vacación que tomaste con tu familia, descubrir una nueva banda o autor que amas, lograr un objetivo, hacer un nuevo amigo o aprender algo nuevo sobre ti.
Saborear el momento, algo tan sencillo como tomar chocolate caliente bajo las estrellas o ver los fuegos artificiales. Simplemente disfruta de la belleza de ese momento.
5. Comenzar una nueva tradición de Nochevieja
Puede ser divertido y útil agregar un tipo de ritual y tradición a la ocasión. Puede proporcionarte un momento para reflexionar sobre el próximo año y presenta un punto de inflexión en el que eliges avanzar. Elige dónde, cuándo y qué tipo de nueva tradición tendría significado para ti. Te doy algunas ideas:
Escribe todo lo que sientas negativo durante el año pasado. Después de escribirlos, deshazte de ellos; tirarlos a la basura, rómpelos o quémalos.
Si quieres hacer resoluciones, escribe el próximo año y bendícelas de alguna manera. Colócalas en un lugar prominente para recordar lo que está por venir en lugar de lo que ha sucedido.
Crea un jarro de Año Nuevo. Tome un frasco y, durante todo el año, cada vez que algo bueno o feliz ocurra, escríbelo y ponlo en el frasco. Luego, en la víspera de Año Nuevo, léelos para recordar el gran año que tuviste.
Enciende linternas con tu familia o amigos y colócalas a flote como una forma de enviar tus esperanzas o deseos al mundo.
Finalmente, te puedo decir que nadie te conoce mejor que tú mismo. Sabes cuáles son tus debilidades, pero también sabes muy dentro en tu corazón cuáles son tus fortalezas, míralas bien, desempólvalas si están escondidas y sonríe porque son maravillosas y es algo que no puedes olvidar, que no puedes dejar en la parte de atrás, sácalas a relucir porque lo más grandioso de todo es que la vida te está regalando 365 días para empezar de nuevo.