La documenta 14, inaugurada hace un mes en Atenas, inició este fin de semana en Kassel, sede acostumbrada desde su creación, presentando la renovada obra monumental Partenón de Libros de Marta Minujín en la plaza frente a la sede principal, el Fridericianum. En éste se exhibe la colección del Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Atenas.
El canal de televisión austriaco-suizo-alemán constata que la presente edición de la documenta no calienta los ánimos como ediciones anteriores y Adam Szymczyk, director de la misma, asiente apaciblemente. Pues esta edición, a diferencia de la anterior, que planteaba arte para ser apreciado por mascotas y que reclamaba derechos humanos para chimpancés, vuelve a ser antropocéntrica. No es casual que la primera mitad de esta documenta se haya presentado en Atenas, pues preocupa el proyecto europeo con sus contradicciones y dificultades. Se constata entonces que el capitalismo es nocivo, que las sociedades indígenas aún siguen siendo fuente de inspiración para imaginar alternativas y que el libro sigue brindando el soporte fundamental para compartir el pensamiento.
«¿Y qué hay en cuanto a los medios digitales?» pregunta la reportera de televisión. Si bien hay pocas obras de inmersión en realidad virtual digital, Net Art o monitoreo digital de procesos en tiempo real, lo que sí hay son casilleros, puertas cerradas, un ropero bajo gradas e incluso un coche aparcado, todos en plena Whispering Campaign (2016-2017 de Pope L.) susurrando consignas como Ignoranz ist eine Tugend (La ignorancia es una virtud). La campaña de Pope, cuyas obras están hechas de «nación, pueblo, ánimos, lengua y tiempo», se realiza mediante una audio-instalación con una duración de 9.438 horas. Lo cual obliga, para no perderse ninguna de las consignas, no abandonar la documenta (nos sería más asequible si usara Twitter, como otros que cultivan dicha virtud). Ante tal obra, los 98 minutos que nos exige Seven Stages para ver de pie su video Studies for Massacre resultan ser apenas un breve suspiro.
Esta documenta, que reúne una cuidadosa selección de obras contemporáneos de todo el mundo, pone énfasis en el tiempo, el objeto y el escenario para el diálogo. Lo digital no interesa, la radio analógica y el Mail Art en cambio sí: en la Neue Neue Galerie, antiguo centro de logística de correos, Ruth Wolf-Rehfeldt presenta obras escritas a máquina y enviadas hasta 1982 desde la República Democrática Alemana a todas partes del mundo, M. Dzucy envía un alfabeto fotografiando letra por letra de libros manuscritos a diferentes personas en Kassel, Marta Minujín reconstruye el Partenón con libros prohibidos, haciendo no sólo referencia a la dictadura militar argentina, sino también a la quema de libros por los nazis en la plaza que ocupa la obra actualmente.
Daniel Knorr nos muestra en Expiration Movement a donde el viento se lleva el humo que él hace brotar de la torre del Fridericianum en alusión a la biblioteca que albergó éste hasta ser devastado durante la Segunda Guerra Mundial y Piotr Uklański nos muestra Real Nazis mediante ilustraciones de fuentes diversas. Arin Rungjang recrea en And then there were none (Tomorrow we will become Thailand), mediante documentos ficticios, la visita en casa de Hitler de un emisario de la corte tailandesa para así advertirnos sobre las democracias que permanecen promesas de un mañana y a merced de dictaduras militares.
La presencia griega a través de la colección del Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Atenas (EMST) presenta un gran atractivo y reto a la vez, pues debido a la política europea de austeridad las obras no pueden ser exhibidas desde hace ya varios años. Así, con el acostumbrado cargo de conciencia, se invita al público alemán a conocer artistas griegos contemporáneos y su posición al margen de un arte contemporáneo desarrollado entre Estados Unidos y Europa Occidental, obligando a adoptar una perspectiva desde la perspectiva griega para comprender la elección de obras adquiridas por el EMST.
¿Y qué hay de América Latina? Ulises Carrión presenta material de archivo casi coetáneo a Ruth Wolf-Rehfeldt, Cecilia Vicuña introduce a la historia de América Latina con un retrato de Carlos Marx y exhibe harta lana mexicana teñida de color rojo –sí, efectivamente lana; no dinero en efectivo–, Regina José Galindo huye de un tanque e ironiza el rescate de refugiados mediante helicóptero.
Dejamos esta documenta con el mensaje de que el sexo es saludable, las deudas externas son cancelables en obras de arte y con la plena convicción de que el mejor lugar para saborear carne humana es una antigua fábrica de tofu y que la ignorancia es una virtud. Pues para quienes por sí ya tenemos una apreciación distanciada del las artes en Europa, aunque la protagonicemos cuando las obras tematizan la migración forzosa y/o dictaduras militares, nos sentimos quizás marginados por el precio elevado de la entrada general (22 euros), considerando el supuesto sueldo mínimo de 8 euros por hora. Pero gracias a la radio, la transmisión en vivo online y la propia página web de la documenta podemos seguir los eventos a realizarse todavía hasta el 17 de setiembre en Kassel.
Radio Documenta 14 en la FM 90.4 MHz y online