En esta ocasión te invito a reflexionar sobre esa frase que seguro has utilizado y que te sitúa en un improbable futuro realizando una no menos improbable acción.
Pero… ¿qué crees que pasaría si ese día menos pensado fuera hoy? Sí, hoy mismo, en este preciso instante, sin esperar a que el universo, dios o algún tipo de oscura magia te dé el valor necesario para hacer realidad ese deseo.
¿Te imaginas que fuera hoy el día menos pensado y hubiera llegado el momento de ser valiente y comprar un billete solo de ida a esa ciudad de la que estás enamorado?
¿Y si fuera ahora el momento de dejar de ser fuerte y permitirte un instante de debilidad que te inunde el alma de melancolía?
¿Y qué tal si te armaras de valor y reconocieses con humildad que te has equivocado una y mil veces?
Seguramente eso aliviaría tu espíritu.
¿Y si fuera hoy el día en que decides que vas a dejar que tus emociones se escapen de la prisión de tu razón y vuelen cada una de ellas al lugar que les dio vida?
¿Imaginas que decidieras que a partir de este instante vas a disfrutar de las pequeñas cosas que te rodean, de una canción, de un minuto de silencio, de una sonrisa, de un olor?
¿Te atreverías a deshacerte de todo aquello que no te da felicidad? Tal vez sea hoy el día en que encuentres el arrojo para hacerlo.
¿Y si fuera hoy el día en que decides que los recuerdos no van a despertar en ti melancolía, sino que te van a hacer revivir y disfrutar esos momentos que has tenido la fortuna de vivir?
¿Y si hoy te atrevieras a andar por la vida desnudo de todos tus prejuicios, miedos e inseguridades? ¿No crees que sería maravilloso?
Y ahora siéntate un segundo e intenta explicarte a ti mismo por qué ese día no puede ser hoy. Sé sincero: ¿has encontrado un motivo verdaderamente sólido que te impida hacer cualquiera de todas esas cosas? Seguro que tienes un millón de excusas, pero son solo eso: una manera muy sutil y cobarde de seguir en tu mundo y no aventurarte a saltar al vacío y arriesgar.
Ese día está esperándote paciente en algún lugar del universo, anhelando hacerte descubrir que solo tú eres el dueño de tu destino, de tu felicidad y también de tus errores, en fin, de tu vida. Y lo creas o no… ese día puede ser hoy.